CAPÍTULO NUEVE

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ANTES Y DESPUÉS DE LA VIDA

Matera, Italia.
Meses antes.

Sus pisadas apuradas resonaban con fuerza por los pasillos oscuros del castillo. Su larga túnica negra amenazaba con hacerlo tropezar si no iba con más cuidado.

En menos de lo que pensó y deseó hacerlo, el joven lobo llegó frente a la pesada puerta de roble macizo que lo separaban del hombre más sádico que jamás hubiera conocido en su vida.

Se estremecía del miedo de solo pensar en estar frente a su eminencia.

El hombre tenía el raro poder de infundir respeto y cautela a cualquiera que estuviera cerca de él.

Un don o una maldición, se podría pensar.

Tomó un respiro para adquirir valor y llamar. Entre sus pálidos y delgados dedos tomó el aro de hierro y golpeó sobre la superficie un par de veces.

Avanti*  — murmuró la voz ronca y seca del otro lado.

Vostra Eminenza* — saludó con una reverencia completa, y sin levatar el rostro, estiró ambos brazos mostrando un sobre blanco sobre sus palmas. — Un messaggio urgente* —

— ¿Da dove?* —

— Corea —

El joven se perdió del brillo siniestro en los ojos negros del viejo hombre. El interés fue instantáneo.

Tomó el sobre de papel y leyó su contenido con atento cuidado.

Por primera vez en siglos, una sonrisa tenue y escalofriante se dibujó en aquel rostro pálido y afilado.

¡Finalmente! — exclamó lleno de júbilo.

El chico rubio frente a él, se quedó perplejo ante el fuerte aroma a felicidad que emanaba de su líder.

Algo grande había pasado, y su Señor estaba extasiado con ello.

🍓🍓🍓

— ¡Mateo! — El llamado expresivo y casi feliz inquietó al joven Alfa, quien vigilaba el entrenamiento de los prosélitos a cargo del consejo en la plaza de la torre.

JongDae observó la enorme figura enfundada en telas negras y ostentosas que combinaban con el tono gris en el cielo. Detrás del hombre, su media hermana lo miraba fríamente, casi con odio. Tan impoluta y sería como el infierno.

— Papà... ¿Cosa stai facendo qui?* —

He recibido una carta de los vigilantes en Corea. — habló con el acento Italiano marcando sus palabras. — Al parecer hay algunos desplazamientos de manadas por el territorio. — Hizo una larga pausa y continuó. — Los Park, en específico. —

JongDae se puso tensó.

— ¿Y eso tiene algo de malo? — tentó.

Sea lo que fuere, el tener a la manada de su Omega bajo la mira de los líderes, lo ponía inquietó y preocupado hasta los huesos.

— En absoluto. — exclamó. — Pero, sabes que no me gusta tener cabos sueltos, hijo. — declaró. JongDae no podía percibir ninguna gota de duda o mentira en sus palabras. No había nada y eso lo hizo desconfiar aún más. – Créeme que iría yo mismo a hacer una visita rápida y asegurarme que todo esté bien, sin embargo, un grupo rebelde de asquerosos chupasangre están causando problemas más relevantes que pone en peligro a toda la raza cambia forma. Así que lidiar con las inconsistencias en Corea será tu misión ahora. No me falles, Mateo.— advirtió. — Vete ahora. Quiero resolver esto lo antes posible. —

01. Salvaje y Adictivo [ChanBaek]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora