8. Los rivales más fuertes

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La batalla aún no había terminado y es que fuera de que ambos saiyajin se encontraban agotados ninguno tenía pensado ceder ni un poco contra el otro, sobre todo Vegeta que tenía menos energía que su oponente y a medida que avanzaban los minutos la diferencia se hacía más notoria. Kakarotto no quería cantar victoria aún, pero ya podía sentir que sólo era cuestión de tiempo para ver el fin del combate. Sabía que el príncipe era muy consciente de ello y seguro tendría un plan para contraatacar.

  

La incertidumbre lo divertía, la curiosidad por saber cómo terminaría todo.

  

—¿Qué piensas hacer Vegeta? —retó Goku.

Su oponente estaba tirado en el suelo y el referí hacia la cuenta para definir al ganador.

—Estas en desventaja... Tu Ki es muy bajo en comparación al mío... Cualquiera diría que yo ganaría, pero me emociona pensar en lo que harás... —Goku sonrió como sólo él sabía hacerlo—. Hace tanto que no participaba en un torneo... —respiró hondo recordando sus anteriores combates en los torneos, sobre todo contra Jackie Chun, Ten Shin Han, Piccolo y Paikuhan—, había olvidado esta sensación.


El presentador ya iba por el cinco, seis, siete... Se detuvo.

  

—Idiota, no pienses que me daré por vencido —logró ponerse de pie con mucho esfuerzo—. Aún no has visto mi máximo poder —gritó expulsando ese aura azulada que lo caracterizaba. Lo señaló con el índice—. No puedo comprender cómo es que logras sobrepasar mi poder, ¡siempre! A pesar de lo mucho que entrené, ¡los mismos siete años tú!, aún demuestras ser siempre un guerrero más talentoso que yo... ¡No lo comprendo! —Desató un Ki furioso como una ráfaga de viento del cual Goku tuvo que protegerse— ¡¡Pero no creas que me dejaré ganar... Eso jamás!!


El príncipe lanzó una energía que Goku rechazó, Vegeta rápidamente lo sorprendió con una patada en las costillas que lo hizo aullar de dolor, mas no había tiempo para paralizarse; lo tomó por el pie, lo hizo girar varias veces antes de lanzarlo y así lo persiguió recibiendo un contraataque por parte del orgulloso saiyajin.

Volvieron a chocar los puños y las patadas a ritmo acelerado sin que ninguno cediera su defensa. Goku presionaba por todos los métodos, atacando al estómago, hombros, cara, etc. y el príncipe lograba detener sus golpes a tiempo y seguir esquivando con rápidos movimientos de cuello. Kakarotto sólo esperaba que se rindiera por el cansancio, pero por la desesperación bajo unos segundos su guardia los cuales Vegeta forzó varios jab hasta acertar en la boca del estómago. Goku se quejó por el dolor hasta que fue finiquitado por un puño certero en el mismo lugar donde Vegeta acertó una patada antes, en sus costillas derechas.

  

Kakarotto retrocedió tambaleándose, por unos instantes su visión se hizo borrosa y se frotó los ojos para solucionarlo.

  

Vegeta no había recuperado el aliento todavía y siguió proporcionando jab cada vez más desganados, está vez a la altura del rostro, que le dejó varios moretones al guerrero de gi naranja. Al instante en el que Kakarotto reaccionó asestó un poderoso puño que le reventó la cara dejándolo inconsciente. Fue un ataque potente que generó un cráter en el suelo y una onda expansiva que a todos los espectadores dejó helados.


  

En las gradas estaban las dos mujeres de ambos saiyajin, en silencio, con los ojos cristalizados a punto de dejar caer las lágrimas. Entendían a sus esposos lo suficiente como para no entrometerse en su pelea a pesar de lo cruel que les parecía.

—Goku y Vegeta me tienen sorprendido... sobre todo Goku —Yamcha rompió el silencio—. Siempre que puedo observar sus peleas me deja sin palabras y cuando pienso que no hubo ni habrá enfrentamiento más impresionante que ese, logra sorprenderme de nuevo... A veces me pregunto cuándo fue que Goku se hizo tan fuerte.

—¿Será que está vez Goku encontró a su rival? —se preguntó el maestro Roshi—. Antes creía que Krilin estaría ahí para enfrentarlo, luego Ten Shin Han y después Piccolo... y a todos los sobrepasó. Y cuando aparecía un nuevo enemigo más poderoso se las apañaba para derrotarlo a cómo de lugar convirtiéndolo en el ser más poderoso, ya no de La Tierra, ¡Si no del Universo entero! Quien sabe si Vegeta es el sujeto que podrá detener por fin a Goku... ¿o acaso también superará sus poderes? Este muchacho no parece tener límites.

—Yo ya había imaginado eso desde hace muchos años maestro -dijo Yamcha-, inclusive antes de que llegara Vegeta a La Tierra. Le confieso que pensar en eso me hace sentir algo de miedo...

  

—¿De qué están hablando ustedes dos? —preguntó Milk molesta.

  

—No es nada en especial Milk... —se excusó Yamcha.

—¿Cómo que nada? ¡¿Insinúan que mi Goku puede ser peligroso en un futuro?!

—Yo conozco muy bien a Goku, maestro, Milk... —dijo Bulma— y sé perfectamente que no hay forma en la que Goku se convierta en una amenaza —sonrió para restarle importancia al asunto—. Él jamás haría algo para lastimarnos, ¿no creen?

Oolong apoyó la idea y Milk también. En ese momento Yamcha recordó el pasado cuando Goku le lanzó una senzu a Cell antes de que éste se enfrentara a su hijo Gohan. Seguro que Goku no se convertiría en una amenaza, pero su forma de ser podría traerles problemas.

  


—¡¡Ocho!! —gritó el referí— ¡¡Nueve!! ¡¡Y...!!

Vegeta se levantó de un salto aparentando renovada fuerza.

Goku lo esperaba con su ataque más poderoso.

—¡Ka... Me...! —puso ambas manos al frente y luego las retrajo para cargar energía en esa mítica pose que caracterizaba al movimiento.

Vegeta intentaría también afrontarlo con su Garlick Gun levantando ambas manos a la altura de su cara, sin embargo al instante desistió de la idea.

Eso le pareció curioso a Goku ¿se habrá quedado sin energías?

  

—¡¡Ha... Me...!!

No hacía ningún movimiento, el príncipe solo se encontraba observando a su rival fijamente a los ojos mientras jadeaba de cansancio.

—¡¡¡Haaa...!!! —lanzó Goku la poderosa técnica que había creado el maestro Roshi. A pesar de estar agotado este ataque conservaba mucha potencia y no se trataba de cualquier broma que se podía tomar a la ligera.

  

El golpe fue directo, no había forma en la que Vegeta pudiera sobrevivir al impacto.

  

No era propio de Goku, pero era obvio que había ganado. Esperó a que la luz y el polvo se disiparan para confirmar aquello. Estaba claro que Vegeta había recibido el ataque porque podía sentir su Ki aún frente a él lo que quería decir también que no vio que lo esquivara.

Bajó los brazos, suspiró y...

  

¡¡¡Paaam!!!

   

Vegeta apareció frente a él con un puño bien encajado en su abdomen. Goku gritó tirando sangre por la boca... se doblegó sujetando con fuerza su estomago esperando que el dolor aminorara ahora buscando recuperar el aliento.

  

—Me alegra haberte regresado el golpe Kakarotto... —dijo Vegeta sin ocultar su alegría.



Dragonball: El torneo continúa (What if)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora