Cap. 22 SALIR DE LA CIUDAD

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Una vez fuera del edificio, se subió a un Lenca y le dijo al piloto automático que la llevara al centro de almacenamiento. Inmediatamente el vehículo se elevó en el aire y se dirigió hacia el lugar. Una vez allí, el vehículo descendió en la calle, Alina mientras bajaba le dijo al piloto automático que esperara. Cubrió su cabeza con la capucha de la chaqueta, y caminó por el lugar analizando todo a su alrededor. La entrada principal estaba bien resguardada por mucha seguridad, pero luego encontró una entrada lateral, una puerta de servicio custodiada por dos guardias. Ésa era su entrada, ahora tenía que averiguar cómo deshacerse de los guardias. Necesitaba armas, ya que una vez dentro seguro se tomaría con más uniformados, en ese momento supo al instante donde conseguirlas. Caminó de vuelta al Lenca y ordenó que la llevara al estadio de Guerrtranc, al entrar, fue recibida por Lobo quien la saludó con tristeza.

—Hola Alina ¿Supiste lo que pasó con Mateo?

—Sí, fue una desgracia lo que sucedió.

—Aun no entiendo por qué lo hizo, él se veía tan feliz, tan entusiasmado por tenerte de vuelta en su vida.

—A mí también me afectó mucho lo que hizo, desearía volver en el pasado y evitarlo, pero no puedo. Así que vine aquí para distraerme un poco ¿puedo jugar una partida por un rato?

—Claro, un grupo hizo una reservación para dentro de dos horas, mientras tanto puedes jugar.

Lobo la llevó hacia el estadio, una vez que entraron al cuarto de armas, ella se colocó el traje y tomó todo lo que pudiera necesitar, pistola, cuchillo, un rifle y una escopeta semiautomática, se armó para una batalla.

—Guau ¿La simulación será en una guerra? —preguntó Lobo sorprendido por el arsenal que cargaba Alina.

—Algo así. Podría decirse que una misión de rescate.

—Está bien, me gusta la idea. Sí la partida será con muchos contrincantes, te recomiendo uno de estos —dijo extendiéndole un cinturón con pequeñas esferas incrustadas—. Son aturdidoras, a pesar de que tengan los cascos les afectan igual, presionas el botón rojo y lánzaselos, caerán rendidos.

—Gracias Lobo —contestó mientras se colocaba el cinturón—. Lamento mucho lo que sucedió con Mateo, en verdad, y me disculpo por lo que haré —colocó su mano en el hombro de Lobo.

—¿Qué? —preguntó confundido.

En ese momento, ella quitó la mano de su hombro dejando pegada una aturdidora, Alina retrocedió rápidamente y vio como el dispositivo explotaba aturdiendo a Lobo quien quedó en el suelo muy afectado. Ella caminó hacia la puerta que llevaba al estadio y le disparó al tablero para que no pudiera salir por ahí, luego Alina salió del cuarto de armas y quedó en la habitación de los trajes, donde también le disparó al tablero, haciendo la puerta se cerrara, dejando atrapado a Lobo.

—Tranquilo —dijo mientras enfundaba su arma—. En dos horas vendrá ese grupo a jugar y te encontrarán.

Cuando estaba caminando hacia la salida, vio que en el recibidor había un largo abrigo color café, al parecer era de Lobo. Ella se lo puso para ocultar todas las armas que llevaba, incluyendo el rifle. Se subió al Lenca y fue directo al centro de almacenamiento. Al bajar, fue a ocultarse entre los arbustos, desde ahí, se recostó en el suelo, apuntó el rifle hacia la puerta, y cuando tubo a los dos guardias justo en la mira, les disparó a ambos. Los uniformados no llevaban cascos, así que cuando Alina les disparó directo a la cabeza, ambos cayeron noqueados por el impacto. Ella dejó el rifle y caminó rápidamente hacia la puerta, tomó el brazo de uno de los hombres y acercó su mano hacia la pequeña pantalla junto a la entrada, el brazalete que el guardia llevaba activo la puerta para que se abriera. Alina soltó al sujeto, tomó una de sus armas y la llevó consigo.

GUERREROS La InvasiónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora