Broken |LS|

Capítulo 22

Llevó la cuchara pequeña con puré hacia la boca de la bebé y le asintió con la cabeza cuándo murmuró algo.

—¿Enserio?— le preguntó y Zoe volvió a balbucear —No lo puedo creer..

—¿Apareció de la nada?

Harry miró a Amy —Sí, era la entrada de Aghata y él entró haciendo el truco a la perfección, nos sorprendió a todos— limpió la boca de la pequeña antes de besarle las mejillas —Ven aquí hermosa— la tomó en brazos con cuidado dejando que le tire los rizos que salían de su moño.

—Mi hijo nunca salió de un entrenamiento... realmente te quiere mucho para hacer algo así, a ti y a todos tus amigos.

Me ama, ¡lo dijo hoy! Lo repitió hasta quedarse dormido en mis brazos.

Sonrió —Son sus amigos también y ellos lo aman, Louis es una persona fácil de amar.

—¿Eso es una declaración de amor?— Carl lo miró con los brazos cruzados sobre su pecho y una ceja alzada.

Harry ya llevaba mucho tiempo con los Tomlinson, eso ya no lo intimidaba en nada.

—Puede ser— levantó sus hombros escuchando como la mujer reía al ver la expresión de asombro en su esposo.

—¿Cómo está tu amiga, Harry?

—Oh, bien... tiene el juanete de sastre fracturado pero cuándo la fuimos a ver ya no sentía dolor, los medicamentos ayudaron y mañana ya estará en casa con yeso— besó a Zoe hasta que la hizo reír.

—Lo bueno es que no pasó a mayores...

—Sí, no creo que quiera usar tacones nunca más en su vida, al menos no para bailar o hacer trucos— sintió unos brazos al rededor de su cintura y un beso en el hombro, por encima de la camisa negra.

—Hola...— la voz de Louis sonaba adormilada y podía apostar que estaba sonriendo —Me dejaste solo en la cama— susurró haciendo un puchero.

—Lo siento, bajé a dejar las cosas sucias y llegaron tus padres, nos pusimos al día— levantó sus hombros.

Zoe lo vio e hizo un ruidito estirando sus bracitos a su hermano.

—Hola preciosa...— le besó la frente y las manitos —Hola, papá, mamá— los besó en la mejilla antes de volver detrás de Harry, volviendo a abrazar su cintura —No puedo cargarte ahora Zoe.

Harry la colocó contra su pecho dejando su cabecita en el hombro para que pudiera ver a Louis.

Carl estaba boquiabierto y Amy luchaba por no reír.

—¿Qué llevas puesto?— le habló a su hijo.

—Una camisa de Harry— murmuró besando las mejillas de su hermana y buscando con la mirada a su otro bebé. Sonrió cuándo lo vio dormido en el carro con el chupete en la boca.

—¿Y no llevas nada debajo?

Harry tragó saliva y se dio la vuelta para mirarlo, mala idea.

Louis llevaba su camisa azul que se había dejado una de las tantas veces que dormía ahí, la prenda le llegaba hasta un poco más abajo de los muslos, tenía los pies descalzos, el pelo desordenado, el rostro adormilado y su clavícula derecha se dejaba ver. Quería morderlo ahí, dejar una marca para luego subir a su cuello y seguir marcandolo, besar sus labios hasta dejarlos rojos. Le miró la poca piel de los muslos que se dejaba ver, también quería besarlo y morderlo ahí. El castaño alzó una ceja al ver su mirada oscura.