Capítulo 12.

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Han pasado unas lunas desde que Inuyasha y Koga se hicieron amigos pero Inuyasha lo habían seguido molestando en la escuela por lo que su padre e Irasue ya no lo dejaron asistir más pues cada día llegaba con algún moretón o cortada en su pequeño cuerpo, quien descubrió las heridas fue Irasue y le contó a su marido, ahora faltaba poco para que la isla Horai apareciera e Inuyasha sería llevado; Koga iba a visitarlo o se miraban en la laguna que está en el bosque.

Izayoi se había comprometido con el general Takemaru y en dos lunas sería la boda, Sesshōmaru se había enterado y cada vez más despreciaba a los humanos pues miraba como la madre de sangre de Inuyasha seguía como si Inuyasha no existiera.

Mientras en el palacio se podían ver a dos amigos jugando con la pelota y riendo

Inuyasha: Es muy divertido jugar contigo Koga

Koga: Lo mismo digo Inuyasha... pero ¿de verdad irás a esa isla?

Inuyasha: Si Koga... dice mi papá qué ahí hay personas como yo– sonrió leve a lo que Koga solo asintió y siguieron jugando, Irasue los miraba desde la ventana de sus aposentos

Irasue: Ya faltan pocas lunas para que Inuyasha se valla...

Inu no Taishō: Piensa que será por su bien, si se queda aquí crecerá con el odio de los humanos y de nuestra especie

Irasue: Lo se Touga– suspiró mientras miraba a Inuyasha jugar muy feliz con su gran amigo Koga, porque eso era Koga para Inuyasha un gran amigo.

Pasó un poco de tiempo, Inu no Taishō miro hacia el mar y observo que la isla Horai comenzaba a aparecer, había llegado el momento de que Inuyasha se fuera para tener una vida nueva, se fue al palacio pero antes de llegar había escuchado rumores de que la princesa Izayoi se casaría con el soldado Setsuna no Takemaru a lo cual no le dio importancia al llegar al palacio de dirigió con su esposa para avisarle acerca de que la isla había aparecido

Irasue: No... aún es muy pronto... no quiero separarme de mi niño– un par de lágrimas rodaron por sus mejillas

Sesshōmaru: ¿Pasa algo? – preguntó al llegar a la sala

Inu no Taishō: La isla apareció hijo

Sesshōmaru: ¿La isla Horai?– su padre asintió y vio a su madre– Es lo mejor madre, Inuyasha es molestado por ambas razas ninguna lo acepta solo los híbridos si lo aceptarán y además será por su bien

Irasue: Lo se pero... es difícil, pero también se que Inuyasha no puede creer siendo odiado por los humanos y por los demonios...

Inu no Taishō: Yo hablaré con él, ¿donde está?

Irasue: Está en el jardín jugando...– su esposo asintió y fue hacia el jardín donde miró a su cachorro jugando con la espada

Inu no Taishō: Hola pequeño

Inuyasha: ¡Papá! – corrió hacia él y lo abrazó su padre lo cargó

Inu no Taishō: Hijo... llegó el momento de llevarte a la isla...

Inuyasha: ¿Isla?

Inu no Taishō: Si hijo, la isla de la que te hable... tengo que llevarte, ahí hay personas como tú nadie te molestará tendrás amigos

Inuyasha: ¿De verdad tendré amigos? ¿No me molestarán? – su padre negó– ¿Y cuando me llevarás?

Inu no Taishō: Hoy mismo... la isla desaparecerá en algunas horas... tenemos que ir a tu alcoba por unas cosas y a despedirte

Inuyasha: ¿Cuando volveré?

Inu no Taishō: Pronto hijo... ya verás que el tiempo pasará rápido...– abrazo con fuerza a Inuyasha, un par de lágrimas corrieron por sus mejillas

Inuyasha: ¿Porque lloras papá?

Inu no Taishō: Es que... te voy a extrañar cachorro...– sonrió levemente– Pero es por tu bien hijo...– Inuyasha asintió y ambos entraron al palacio fueron a la alcoba de Inuyasha y tomaron unas cosas que Inuyasha quería llevar, al bajar se despidió de su madre y después de su hermano

Irasue: Cuídate mucho mi niño y siempre sonríe ¿si?– Inuyasha sonrió para ella y la abrazo a lo cual Irasue correspondió al abrazo de su hijo, su cachorro – Te quiero mucho

Inuyasha: Yo también mamá, estaré bien muy pronto nos volveremos a ver– Irasue asintió, voltio a ver a Sesshōmaru quien como siempre tenía su semblante serio – Te voy a extrañar hermano mayor... cuídate mucho

Sesshōmaru: jm, sé cuidarme más bien tú eres el que ahora se tendrá cuidar solo, y recuerda si alguien te molesta ignóralos – Inuyasha asintió y lo abrazo a lo cual Sesshōmaru solo suspiro y correspondió al abrazo levemente

Inu no Taishō: Hora de irnos...– Sesshōmaru se separó de Inuyasha y su padre lo cargó se despidió por última vez y se fueron, Irasue al ver a su cachorro irse no pudo contenerse y lloró para Sesshōmaru era la primera vez que veía a su madre llorar.

Después de un rato, Inu no Taishō llego y aterrizo en la isla aún cargando a Inuyasha se adentro un poco, una mujer apareció delante de ellos quien los miraba

???: ¿Quienes son?

Inu no Taishō: Soy Inu no Taishō, y él es mi hijo Inuyasha

???: Veo que su hijo es un hanyo– Inu no Taishō asintió– Aquí hay niños como tú Inuyasha, ¿te gustaría conocerlos?– Inuyasha asintió su padre lo bajo y la mueve le indico donde estaban los niños

Inu no Taishō: Mi hijo es rechazado por la raza humana y la de demonios, no quiero que mi hijo crezca siendo odiado... y mi elección fue traerlo a la isla cuando apareciera...

???: Entiendo, la madre de Inuyasha ¿está de acuerdo?

Inu no Taishō: Desde el nacimiento de Inuyasha o más bien desde que estaba dentro de ella lo rechazó– esto sorprendió a la mujer – Mi esposa Irasue lo a querido como si hubiera nacido de ella pero también está de acuerdo ella lo ha visto llorar lo a visto herido y no quiere que siga así y yo tampoco... ¿podría cuidarlo?

???: Claro que si, mi nombre es Kanade soy la sacerdotisa quien cuida esta isla

Inu no Taishō: Mucho gusto señorita Kanade, dejo a mi hijo... en sus manos, cuídelo por mi y mi esposa por favor...

Kanade: Así será mi lord – llamo a Inuyasha para que se despidieran uno del otro

Inu no Taishō: Aquí estarás bien hijo, aquí serás aceptado – lo abraza fuertemente, pues ese día ya no lo vería por 50 años

Inuyasha: Papá... ¿vendrán a visitarme?

Inu no Taishō: Claro que si, cuando vengamos por primera vez, te llevaremos a casa de regreso

Inuyasha: ¿Me lo prometes? – su padre asintió mientras lo abrazaba pues al momento que lo soltara miraría como su pequeño hijo es llevado hacia lo profundo de esa isla

Inu no Taishō: Se lo encargo mucho sacerdotisa Kanade...

Kanade: Sabe que mi deber es proteger a los habitantes de esta Isla – el da yōkai asintió y se separó de su hijo, la sacerdotisa toma la mano del pequeño para así llevárselo con ella Inu no Taishō se elevó quedó viendo la isla, pasaron unas horas el sol comenzaba ponerse y la isla comenzaba a desaparecer

Inu no Taishō: Todo sea...por tu seguridad y bienestar...hijo mío...– dijo mientras sentía un dolor en su garganta y en su pecho al observar como la Isla había desaparecido junto con su hijo menor en ella.

Los TaishōDonde viven las historias. Descúbrelo ahora