The Truth

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Las palabras de JJ se repiten en mi cabeza una y otra vez, soy tan estúpida que en vez de parar de pensar en eso, ni si quiera me he detenido un segundo, mi cabeza es una peonza y mis lágrimas ya no salen de mis ojos, pero eso no significa que mi ...

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Las palabras de JJ se repiten en mi cabeza una y otra vez, soy tan estúpida que en vez de parar de pensar en eso, ni si quiera me he detenido un segundo, mi cabeza es una peonza y mis lágrimas ya no salen de mis ojos, pero eso no significa que mi corazón siga doliendo en mi pecho.

¿A dudado de que lo quiero? ¿Sólo por que no le he apoyado cuando estaba siendo irracional?

Muerdo el interior de mi mejilla para no volver a derramar otra lágrima antes de entrar a mi casa. No escucho ni un solo ruido y eso me hace sospechar un poco, es extraño que mis padres no estén en el salón o en la cocina, pero absolutamente nada, ni un solo ruido en toda la casa, al menos dentro de ella.

Me siento en el sofá aprovechando que estoy totalmente sola, y me restriego los ojos una última vez, por si acaso siguen algo rojos de las lágrimas derramadas anteriormente.

Mi respiración esta algo más calmada, y lo cierto es que estar en mi casa me a ayudado bastante. Sentirme segura de no tener miedo de ocultar como realmente me siento es lo que me calma. Ésta casa en sí siempre a hecho ese efecto en mí.

Mis ojos se encuentran con la mesita de la cocina desde donde estoy. Veo un par de cartas acumuladas encima de la mesa, así que me levanto hacia la cocina y cuando estoy dentro de ella, agarro una de las cartas. No pone nada, y eso me parece extraño. ¿Que en una carta no venga información, ni siquiera con remitente o con dirección para que el cartero sepa donde entregarla? Eso no es muy normal.

Pero no la abro, decido no hacerlo, por que si lo hago mis padres sabrán que la única vez que he venido a casa después de pasar mucho tiempo fuera de ella a sido para cotillear sus cosas y abrir cartas que no son para mí, asi que dejo la carta de nuevo en la mesa de la cocina y me dirijo a mi habitación.

Una vez en ella, me siento en mi cama y de nuevo una nube de lágrimas cubre mi mirada. Recordar la silueta de JJ en mi habitación, justo donde yo ahora estoy, solitaria y con el corazón tocado, me duele pensarlo. Respiro por mi nariz para frenar las lágrimas.

Pero lo que las frena no es mi respiración, si no el sonido del timbre de la puerta sonar, haciendo que me levante de inmediato, con algo de miedo por abrir la puerta, por que mis padres no pueden ser, ellos tienen llaves y no llamarían a la propia puerta de su casa, y el cartero solo echa las cartas en el buzón de fuera o los deja en la puerta.

Al final, después de un debate interno, terminó abriendo la puerta, encontrándome con una cara que esperaba no ver por aquí. Mi ceño se frunce y mis brazos se cruzan en mis brazos.

Pensé que estarías con tus amigos —La voz del chico simplemente me irrita, me irrita tanto que me entran ganas de cerrarle la puerta en las narices, pero no puedo, necesito saber que hace aquí.

Es mi casa, Rafe y no te importa si estoy o no con mis amigos —El rubio sonríe de una forma que me hace casi querer vomitar.

Bueno, estas muy brava ¿no? Qué tal tu marca —El rubio baja su mirada a la marca que el mismo me hizo en la clavícula. Será hijo de..

𝑨𝒕 𝒉𝒊𝒔 𝒇𝒆𝒆𝒕𝒔 - 𝑶𝒖𝒕𝒆𝒓 𝒃𝒂𝒏𝒌𝒔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora