Elizabeth se sentía la peor bailarina del mundo.
Ella no bailaba tan bien como Diane, quien lograba moverse con tanta facilidad y destreza. Elizabeth tropezaba con sus compañeras, con sus pies e incluso con el aire. Se había torcido el tobillo ya varias veces, fue tanto que tuvieron que dejarla sentada en un rincón mientras veía a sus compañeras bailar y moverse tan bien, bueno, al menos era mejor que seguir haciendo el ridículo.
Suspiro, no quería reprobar la clase, pero tampoco podía seguir arruinando toda la coreografía. Tal vez unas clases para aprender a bailar le vendrían bien. Por un momento se imagino que pensaría Meliodas al verla bailar tan patéticamente, probablemente se reiría o le tendría algo de pena a la pobre chica que tropezó con el mismo aire en un patético intento de bailar.
Últimamente Elizabeth pensaba mucho en Meliodas, y eso la asustaba.
Ella no se estaba enamorando, ¿O si? Esperaba que no fuera así, aunque muy, muy en su interior esperaba que si. La última vez que se había enamorado de un chico había terminado totalmente mal. Ella se le declaró y él la acepto, todo bien hasta allí. Después solo estuvo jugando con ella, la tenía solo para no estar solo y para demostrar que él podía tener a cualquier chica. Era simplemente un imbécil.
Ella ya no quería algo como eso otra vez. Así que tuvo que repetirse varias veces que Meliodas solo le atraía hasta que finalmente se lo creyó. Aunque ella misma sabía que no era normal que sientas atracción por un chico por más de un año. Porque si, Elizabeth llevaba más de un año sintiendo esa atracción por Meliodas.
—Elizabeth Goddess —La voz de su maestra la sacó de sus pensamientos. Se levantó del suelo y intentando no tropezar fue hacía ella.
[💌]
—¿Entonces? —Pregunto la pelirroja con algo de cansancio.
—¿Entonces, qué?
—¿Ya descubriste si te gusta Meliodas o no? —Elizabeth, quien estaba refrescando su garganta con un poco de agua después de hacer ejercicio se atragantó cuando esa pregunta llegó a sus oídos— Tenías en la cabeza hoy ¿O no? —La peliplateada por un momento pensó que su mejor amiga era una bruja, ¿Como supo eso?
—C-claro que no, no seas ridícula.
—Tartamudeaste, es un si —Se burlo. Elizabeth abrió la boca indignada y le lanzó un poco de agua de su botella—. ¡Oye!
—Es un no.
—Si.
—No.
—Sii.
—Nop.
Y así se la pasaron toda la tarde discutiendo algo que ambas sabían, pero que una negaba. Y no era que Elizabeth solo quisiera negarlo, porque en el fondo ella solo tenía miedo de aceptarlo y al final ser rechazada, sin saber que en otro lado el mismo chico al que ella le deja cartas no duerme por pensar en quien sería su chica misteriosa.
Pero como dice el dicho: El amor es ciego.
*
Doble capítulo porque ayer no pude actualizar :b
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La Chica De Las Cartas [Temp.1] 💌 Melizabeth.
Fiksi Penggemar¦Terminada.¦ Borracha no es la mejor manera de empezar a mandarle cartas a tu crush. Tampoco es el comienzo de una historia para contarle a tus nietos. Pero sin dudas si una muy divertida para recordar. «Querido Meliodas: No trates de esforzarte, es...