La belleza... La belleza la encontré en su mirada. Y esa mirada hace más de un mes que no la veo.
Es increíble como puede cambiar tu vida en un segundo. Y ese segundo, fue un accidente. Ese maldito accidente que dejó a Rubí en coma. Dicen que el dolor es una percepción sensorial localizada y subjetiva que puede ser más o menos intensa, molesta o desagradable y que se siente en una parte del cuerpo. Pero lo que siento cuando la veo en esa cama, va más allá de toda lógica.
¿Por qué? Me repetía una y mil veces. ¿Por qué no estoy postrada en esa cama yo, y no ella? ¿Por qué...?
Suspiré profundamente antes de entrar a la habitación donde estaba. La miré mientras me encaminaba hacia ella, tomándo su mano, y entrelazándola con la mía para poder sentir de nuevo.
Di un suave beso en su frente.
— Mi amor... — susurré. — No sabes lo que daría por ver de nuevo la belleza de tus ojos... —
Así eran mis días. Iba todos los días al hospital esperando el momento en que despertara.
Estaba en la sala dibujando cuando sentí una mano en mi espalda. Sonreí viendo a la señora Ágata.
— Te traje algo de beber, cariño. — dijo sentándose a mi lado, mientras me daba un vaso. — Me dijo la doctora que tiene nuevas noticias. — segundos después, apareció la doctora Lauren. (Janet Montgomery).
Nos levantamos mientras se acercaba hacia nosotros. También se encontraba mi padre, Esme y Jose.
— Familia, hay avances en la recuperación de la señorita Cárdenas.
— ¿Cómo está ella? ¿Va a despertar ya? — dijo rápidamente la señora Ágata.
— Señora Cárdenas, el coágulo en el cerebro que sufrió su hija, aumenta la presión interna del cráneo y provoca la liberación de sustancias inflamatorias... Hemos hecho una, teleradiografía para ver como está evolucionando. Y hemos encontrado una mejoría considerable en el coágulo. — respiramos aliviados. — Pero quiero que sepan, que también en algunos casos puede surgir, incluso, invalidez del paciente o pérdida de la memoria... Cuando despierte, veremos los daños...
Me senté mientras llevaba las manos a mi rostro.
— Hija, todo saldrá bien. — mi padre intentó abrazarme, pero me alejé de el.
— No necesito tu lástima, papá. — miré a las chicas. — Voy a tomar el aire. En seguida regreso.
Desde el accidente no he hablado más de un minuto con mi padre. Muchos pensarán que soy egoísta, pero no puedo mirarle a la cara y no sentir enfado, rabia... No puedo.
Después de un rato a fuera, entré al hospital, y vi a las chicas acercarse a mi rápidamente con una sonrisa. Eso significa que...
— ¡Rubí despertó, Maca! — dijo la señora Ágata.—
— ¡Oh Dios! — nos abrazamos fuertemente mientras le susurraba... — Necesito verla, señora Ágata...
Mis manos temblaban levemente mientras me encamina hacia la habitación, como cada día. Pero hoy era diferente. Hoy despertó...
Respiré profundo, porque mi corazón latía como la primera vez que la vi. Abrí lentamente la puerta...
Y si, ahí estaba la belleza de nuevo. Sus hermosos ojos mirándome. También se encontraba Dorothy (Adria Arjona), la enfermera.
— Me siento débil... — susurró... —
— Es normal. Vas a ir recuperando la fuerza poco a poco... — añadió Dorothy. —
— Es increíble que estés de nuevo aquí... — dije acercándome. — Yo nunca perdí las esperanzas. Sabía que en cualquier momento te ibas a despertar. —
— Gracias, doctora. —sonrió débilmente mirándome. —
..........
De nuevo, volví a escribir. Definitivamente quería volver con una historia que fuera eterna. Finalmente, esta es.
Espero que les guste.
Nos leemos muy pronto :)
