Limpié las lágrimas que corrían por mis mejillas al salir del departamento de Rubí. Ella había ido a mi casa, para hablar conmigo, pero nos encontró a Lauren y a mi besándonos.
Mientras caminaba, recordaba la conversación que mantuvimos.
Flashback
— Necesito hablar contigo.
— No quiero hablar contigo, Maca. No hay nada de que hablar. — dijo Rubí mientras se encaminaba a su habitación.—
— Rubí, por favor no te vayas. Quiero saber para que viniste a mi casa. — se giró, mientras nos sentábamos una en frente de la otra.—
— Ya no importa. — contestó tajantemente.—
— A mi me importa. Porque si fuiste a mi casa a buscarme, tengo derecho a saber.
— Recordé algo. Una conversación que tuvimos. Hablamos de tener dos gatas... — inevitablemente sonreí.—
— Que lindo que hayas recordado eso. También hablamos de que ibas a montar una sala de pintura y bromeabas con que en el segundo piso tendrías un estudio para hacer lo que más te gusta. Y que íbamos hacer muy felices. — ambas sonreímos con lágrimas en los ojos.—
— En mi recuerdo, yo estaba feliz... — asentí. — El punto Maca, es que yo no siento esa felicidad. Es como si todo, le hubiera pasado a otra persona. No lo siento. Por eso fui a verte, y pensé que hablando contigo y teniéndote cerca, eso iba a cambiar. Pero no...
— Y justo cuando viniste, te encontraste conmigo y con Lauren.
— Eso cambias las cosas, ¿no?
— No cambia nada.
— ¿Qué fue de ese amor que decías que sentías por mi?
— Estás siendo injusta conmigo.
— Realista. — se levantó rápidamente. — ¿Sabes qué? Lo que pasó, pasó. Lo que nosotras tuvimos es parte del pasado. — me levanté también. — Tu estás siguiendo con tu vida, y yo voy a seguir con la mía.
— Rubí, te pido que me escuches con el corazón. Con el corazón. Por favor, vamos a sentarnos. — nos sentamos de nuevo. — Rubí, cuando yo te vi, me enamoré de ti. Tu amor, me cambió la vida. Tú, me cambiaste la vida para siempre.
— ¿Sabes lo que creo? Que tu y Lauren están juntas desde que estuve ingresada. ¡Vamos Maca! Yo sé lo que vi.
— Entonces, estás celosa. Reconócelo.
— ¡No son celos! — levantó la voz. — ¿Estás utilizando a Lauren para darme celos?
— ¡Yo jamás he utilizado a nadie en mi vida! Yo no uso a la gente, yo no soy así. — esta vez, levanté yo la voz.—
— Es difícil confiar en una persona que dice una cosa, y hace otra.
— Rubí, me estás volviendo loca...
— ¡Yo me estoy volviendo loca! Porque de pronto, tengo recuerdos, estoy intentando tener claridad, entonces, me voy hasta tu casa, y, ¿con qué me encuentro? Contigo y otra mujer.
— ¡Si tu me rechazas todo el tiempo! ¿Qué quieres que haga? Explícame a que fuiste a mi casa, si no sientes nada por mi. ¡Yo no puedo hacer nada, Rubí! No puedo ayudarte a recordar. No puedo. ¿Sabes lo único que puedo hacer? ¡Lo único que puedo hacer es amarte! Pero tú, no me ayudas, no me dejas acercarme, no puedo hacer más nada. — me levanté. — Rubí, ¿te puedo pedir un favor? — asintió mientras se secaba las lágrimas. — No me busques más. Déjame hacer mi vida.
— Creo que es lo mejor. — se levantó también.—
— ¡No! — de pronto, salió Esme de la cocina. — No te vayas Maca. Este, no puede ser el final. Tu amas a mi hermana, tu luchaste por ella. Sis, esta mujer te ama. Tienes que reaccionar.
— Basta Esme. — dijo Rubí seriamente.—
— ¡Mírala! ¡Mírala! ¡Ella te ama! — sus ojos encontraron los míos de nuevo.—
Segundo después, Esme nos dejó a solas.
— Esme siempre me ayudó a mi. En realidad, siempre nos ayudó a las dos. Con ella y mi hermana también, pudimos superar cosas difíciles.
— ¿Cuáles fueron esas cosas difíciles?
— Por ejemplo, mi padre. Yo pensé siempre que cuando el sentimiento era verdadero, las cosas se podían solucionar. Pero, pensé mal... Me equivoqué.
— Lo intenté... — lo dijo quebrándole la voz por las lágrimas. — Lo intento, pero solo tengo recuerdos aislados. Y no siento nada. No siento nada por ti...
— Me va a costar dejarte... — susurré entre lágrimas... — Me tengo que hacer cargo de lo que está pasando y aceptarlo.
— ¿Qué tienes que aceptar?
— Rubí, mi Rubí, mi vida, se murió en ese accidente. Y lo más duro para mi es que no estás muerta. Que estás aquí, cerca. Eso es lo más difícil de entender para mi cabeza. — me acerqué a ella. — Yo te veo aquí, cerca, pero te siento muy lejos. — levanté mi mano, para acariciarle su mejilla, pero su mano tocó la mía alejándola. — Eso es lo que me pasa. Que ya no aguanto más. No puedo más. No aguanto más tu rechazo. No quiero sufrir más.
— Perdón, perdón, perdón... — decía entre susurros.—
— Contigo, conocí el amor. — en ese instante nos quebramos llorando. — Mírame, por favor... — Tu me enseñaste hacer mejor persona. Yo no voy a insistir más. Aunque me parte el alma, te dejo libre.
Fin del Flashback
Al día siguiente, el detective Gideon nos reunió a toda la familia, en la comisaria. Al parecer, ya saben quien fue el responsable del accidente de nosotras.
..........
¿Qué les está pareciendo la historia?
Nos leemos pronto, ¡gracias! ;)
