Que siga el trato || Jamie y Dakota

Capítulo 2

Amanecía cuando llegaron a la casa de los abuelos, cuando él apagó el motor del vehículo todo se sumió en un denso silencio solo roto por sus respiraciones, Jamie y Dakota se miraron a los ojos un instante antes de echar un vistazo a Olivia en el asiento trasero, la pequeña estaba recostada en los asientos dormida, su rostro pálido con los ojos enrojecidos estaba sereno, parecía tan pequeña y vulnerable, no era justo que una niña perdiera a sus padres siendo tan joven, pero ahora los tenía a ellos. E iban a tomarse en serio esa responsabilidad.

-No sé si despertarla o llevarla en brazos -murmuró Jamie de forma apenas audible.

-Veamos que sucede cuando intentes sacarla del asiento, anda.

Salieron del vehículo al fresco amanecer, Jamie fue quien abrió la puerta trasera, tomó suavemente a Livvy por los hombros y al momento ella abrió los ojos, un poco desorientada.

-Vuelve a dormir, te llevaré a descansar.

-Yo... puedo andar.

La niña se deslizó hasta salir, Jamie la rodeó por los hombros guiándola hasta la puerta, Dakota ya estaba dentro sacándose el abrigo, la casa a pesar de estar en silencio olía a té caliente.

-Hay que descansar algunas horas –Dakota se acercó a Olivia y le acomodó el cabello detrás de las orejas- ¿quieres dormir con Phoebe y Dulcie?

-Me... me gustaría dormir contigo.

-Por supuesto, nos quedaremos juntas entonces.

-Ya están aquí -Jin apareció por la entrada de la cocina, fue directamente hacia Olivia y se inclinó para verla mejor- Livvy, ¿Cómo te sientes? Me refiero a físicamente, sabes que soy doctor y ayudo a que los niños se sientan mejor.

-Me duele un poco la cabeza, doctor Jin.

-Me lo imaginé, ven conmigo, te haré una pequeña revisión y te daré algo para el malestar.

Se llevó a la niña de la mano hacia la cocina, una vez solos, Dakota se abrazó a Jamie con fuerza, él la estrechó contra su pecho, besó la cima de su cabeza y cerró los ojos, no había tiempo para mostrarse débiles ante una situación así, tenían una niña pequeña por la cual preocuparse y que ahora era su responsabilidad.

-¿Estás bien? -Dakota alzó el rostro, sus preciosos ojos azules estaban rojos por las lágrimas contenidas.

-Tanto como se puede -suspiró y le dio un rápido beso- debes estar agotada, recuerda que no debes esforzarte demasiado.

-Dormiré con Olivia en la habitación de invitados, las niñas se despertarán pronto así que puedes descansar en su habitación.

-No te preocupes por mi –le pasó las manos entre la cabellera oscura, echándole el cabello hacia atrás- eres tú la que me preocupa ahora, deberías estar descansando.

-Señor Norman, su bebé y yo estamos bien –le regaló una pequeña sonrisa antes de dejar un beso en su barbilla que comenzaba a mostrar un poco de barba.

No del todo, pensó él, hacía un par de semanas se habían llevado un enorme susto cuando de la nada ella había comenzado con calambres y un ligero sangrado, el médico de Dublín les había dicho que todo estaba bien con el bebé, pero Dakota debía estar tranquila y estar en reposo el mayor tiempo posible, nada de esfuerzos o demasiado estrés, y él se estaba encargando que así fuera, pero el día anterior todo había cambiado, por la mañana Jessica les había llamado contando que Andrew estaba en el hospital luego de una gripe que no paraba de empeorar, había sido Livvy quien llamó a una ambulancia cuando su padre perdió el conocimiento la noche anterior, como no podía quedarse sin supervisión el área de servicio social del hospital la había enviado al asilo de momento hasta que apareciera él, pero de alguna forma había logrado escabullirse para volver al hospital.