Capítulo 4

523 62 6
                                    

Descorrió la cortina de la cama tres con manos temblorosas, en una horrible camilla de hospital con los ojos cerrados y una manta azul de hospital cubriéndola estaba Dakota, seguía pálida, pero parecía más tranquila, tomó una de sus manos que seguía fría y se la llevó a los labios.

-¿Dakota?

-Le hemos dado un calmante- su padre apareció detrás de él, le puso una mano en el hombro para darle unas palmaditas antes de sentarse al borde de la camilla- pero está bien, ella y el bebé.

-Gracias al cielo -el alivio casi lo hace derrumbarse.

Qué día más horroroso.

-Van a llevarla a una habitación, espero que para cuando esté instalada se le haya pasado un poco el efecto de la medicina -su rostro estaba serio- necesito hablar con los dos.

-No quiero pasar la noche aquí.

Ambos miraron a la recién despertada, que apenas y podía abrir los ojos, pero la mano libre fue directamente a su barriga redondeada antes de soltar un largo suspiro.

-Fue un buen susto el que nos diste -Jim revisó a prisa sus signos, todo estaba en orden de momento- por suerte, el abuelo estaba listo para cualquier imprevisto.

-Eso no me distrae, si estoy bien no quiero pasar la noche aquí.

-Ah jovencita, me temo que en eso no voy a ceder esta vez -se colocó delante de la camilla para verlos a ambos- hemos hecho una ecografía y he notado algo que anteriormente no parecía de importancia pero al parecer sí lo es, tenemos un caso de placenta previa.

Jamie frunció el ceño y miró a Dakota que tenía un gesto muy similar, todo este tiempo durante las consultas decían que todo estaba en orden, aunque los malestares de las últimas semanas habían sido leves, el miedo ya estaba instalado en ellos.

-¿Es muy grave la situación?

-Bueno, no es muy común en mujeres tan jóvenes, pero has tenido dos partos naturales ya, lo cual te hizo más susceptible, la cosa es que la placenta está demasiado baja, obstruye una parte del cuello uterino, lo cual provoca constantes malestares y hemorragias.

Las manos de Jamie y Dakota se apretaron mutuamente con fuerza, Jim seguía serio, pero les había contado la situación con tranquilidad y de forma que ambos lo entendieran.

-Pero el bebé estará bien, ¿cierto?

-Así es, está bien y su abuelo se asegurará de que siga así -por fin, hubo una pequeña sonrisa en su rostro- así que espero que se vayan haciendo a la idea de tener un pequeño bebé inglés, porque no dejaré a Dakota volver a Dublín.

-¿Qué? -respondieron a coro, haciendo reír a Jim.

-Como lo escuchan, a partir de ahora y por lo que resta del embarazo, Dakota se quedará en reposo absoluto, no quiero que mueva ni un músculo que no sea necesario.

-Jim sé que mi condición es delicada pero...

-Nada de peros, nada de reclamos -se dio media vuelta- esta noche te quedas aquí y mañana nos vamos a casa, de donde no saldrás hasta que ese bebé esté bien horneado.

-Pero tengo que estar con Olivia ahora, y con las niñas -miró a Jamie suplicante- dile algo, ¡es tu padre!

-Y es tu médico ahora, así que tenemos que hacerle caso a todo lo que diga.

Ella gruñó, haciendo que, por primera vez en el día, Jamie sonriera un poco, le dio un toquecito en la nariz antes de inclinarse a besarla.

-Te estás poniendo de su lado y no del mío.

Que siga el trato || Jamie y DakotaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora