CAPÍTULO 12

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Los susurros a mi alrededor se hicieron presentes apenas mi mano retumbó en la mejilla de la que decía ser mi novia, mi ceño fruncido y la adrenalina recorriendo por mi cuerpo no me permitía pensar con claridad, el rostro de Lauren se veía entristecido y sorprendido por mi acción. 

Mi respiración era fuerte y sentía la necesidad de seguir desahogando todo el enojo que tenía acumulado del día anterior. 

—Camila... —escuché una voz a mis espaldas que provenía de mi enfermera. No me giré, solo miré desafiante a la pelinegra que estaba en frente de mí. 

—Nina, déjanos a solas por favor, respeta las visitas —gruñó Lauren sin hablar del tema y eso provocó que mi furia aumentara. 

—No quiero estar a solas contigo —habló el enojo —Y no le hables así a Nina —gruñí aún más que ella.

—¿Por qué? ¿Me vas a seguir golpeando? —dijo desafiándome, entrecerré mis ojos —¡Vamos! Vuelve a golpearme, ¡No hay nada que me duela más que haberte hecho daño! —gritó un poco, fue en ese entonces en donde mis ojos comenzaron a aguarse de a poco, mi garganta se cerró y mi estómago se revolvió.

¿Lo peor? Es que quería volver a golpearla. 

Alcé la mano con la intención de hacerlo, pero antes de que pudiera realizar cualquier movimiento, los brazos de Nina rodearon mi cuerpo sujetándome con fuerza para que no me moviera.  

—Camila, vamos a tu habitación —gruñó Nina, la mirada de Lauren se posó sobre la mía, sus ojos estaban más enrojecidos que antes y las lágrimas comenzaron a salir, mi pecho pesaba y el sonido de mi respiración agitada se escuchaba fuertemente. 

Intenté soltarme del agarre de Nina pero esta no desistía, con la fuerza que tenía me arrastró hasta la salida del cuarto con dirección a mi habitación.

—Puedo sola —forcejeé y tal vez fui un poco brusca por la mueca que su rostro realizó al terminar mi acción. 

—¿Qué te pasó ahí dentro? —preguntó preocupada y algo exaltada soltándome, me alejé de ella. 

—Déjame sola, no necesito que me reproches, no ahora —le dije desde la furia mientras caminaba hasta mi habitación dejándola sola en la puerta de entrada del cuarto en donde se encontraba Lauren. 

Sin mirar atrás, llegué hasta mi habitación y cerrando de un portazo la puerta me adentré en ella tratando de procesar lo que había pasado hace unos segundos atrás. Los impulsos se habían adueñado de mi cuerpo y de mis acciones, mi cabeza no pensaba con claridad y la furia era más grande que mis ganas de aclarar las cosas.

¿Será que siempre fui así de impulsiva? 

Caminé hasta mi cama y me senté, lo primero que hice fue tomar la almohada y comenzar a golpearla sin parar para poder desahogar todo lo que llevaba por dentro, pero sentía que no estaba funcionando. 

En mi mente se vino el recuerdo de ayer, la forma en la que esa chica trataba a Lauren, la forma en la que ella se fue sin despedirse, como Kyle me arrastraba hasta mi habitación sin poder aclarar las cosas y Stacy ayudándome y siendo muy gentil para lograr distraerme del mal momento que estaba pasando. 

Lancé la almohada al suelo y me crucé de piernas encima de la cama, quería llorar, gritar y quitarme esa sensación tan horrible que estaba sintiendo. No me sentía yo, pero ¿A quién engañaba? Desde el accidente que no sabía quién era yo. 

La culpa comenzó a asomarse en mi mente, al ver el rostro de mi novia sorprendido por el golpe que le propicie; triste, dolida y con ganas de que la siguiera golpeando. 

QUIMERA | CAMRENDonde viven las historias. Descúbrelo ahora