La primera semana de Jimin viviendo dentro del palacio fue... terriblemente abrumadora, los cambios por los que estaba pasando eran muchos más de los que creía tener que soportar.
Para empezar, la primera noche no pudo dormir ni un poco, pues la diferencia de espacio entre su antigua habitación a la nueva era enorme. Y a pesar de que esos majestuosos ventanales le otorgaban una vista preciosa durante el día, por las noches las sombras que reflejaban resultaban aterradoras; el vidrio lo hacía sentirse desprotegido, prácticamente estaba en contacto con el mundo exterior.
Pero adaptarse a sus nuevos aposentos fue mucho menos complicado que acostumbrarse a todo lo demás.
Estaba muy emocionado con la idea de explorar cada rincón del castillo en compañía de su diminuto mejor amigo, sin embargo, Jimin no podía dar un paso sin que alguno de los guardias lo escoltara y estuviera a su completa disposición aunque este no lo necesitara.
Había aprendido a ser completamente autosuficiente en dieciocho años de vida, pero ahora, tenía distintos sirvientes para cada una de las actividades que a él, no le permitían realizar, por ejemplo: limpiar su alcoba, cocinar para sí mismo, incluso para vestirse estaba acompañado.
Yeontan se encontraba encantado con todas las complacencias que la servidumbre le daba, pero para Jimin, el que lo ayudaran con prácticamente todo lo hacía sentirse algo inútil. Lo más frustrante era el hecho de que no había podido pintar ni un solo trazo en toda su estadía, obviamente en las paredes no le estaba permitido, pero ni siquiera sobre papel o un lienzo lo había logrado.
Le parecía irónico que antes, encerrado en la torre, podía hacer muchísimas cosas más no las que él deseaba y actualmente, no podía hacer ninguna de las dos cuando se supone que ya era "completamente libre". Se sentía más aprisionado que nunca.
Aunque debía admitir que tampoco todo era tan malo. Estaba pasando mucho tiempo de calidad junto a su padre, quien se encargaba de educarlo en muchísimos aspectos, desde las reglas y los modales que deben seguir los miembros de la realeza, hasta una paulatina y escalonada enseñanza acerca del funcionamiento del Reino. Namjoon era un tutor paciente y entusiasta con su hijo, le alegraba ver que sus ganas de aprender eran idénticas a las de Nayeon cuando era joven.
Pero sin lugar a duda, el momento favorito de Jimin eran las tardes cuando, junto a su pareja, iban a visitar a Jungkook y a Yoongi a su habitación donde seguía recuperándose de la herida. Se notaba que el joven soldado estaba mucho mejor que antes, pues esas visitas estaban repletas de carcajadas entre las largas charlas que los cuatro compartían.
Pasar tiempo en los brazos de Taehyung, en donde recibía y daba amor por igual, lo motivaban lo suficiente para seguir con su vida como príncipe.
– Jimin, hijo, despierta – con pereza el pelinegro talló sus ojos para que se acostumbraran a la luz del día y entre un bostezo devolvió el saludo.
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= Veo en ti la Luz = [VMIN]
FanfictionJimin y Taehyung son dos jóvenes dispuestos a todo con tal de alcanzar sus respectivos sueños, sin embargo, nunca pensaron que para cumplirlos, primero tendrían que toparse con el otro. Uno había estado toda su vida encerrado en una torre generando...