Capitulo 10 - Sophie

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Me quedo un poco descolocadla ante la conversación que acabo de tener con Damiano. Todo lo que ha dicho, lo que hemos dicho, ha sido muy profundo y muy verdadero y me siento un tanto... inestable. Como un náufrago a la deriva. Nunca creí que Damiano podría llegar a ser tan intenso y tan profundo. Pero lo es, y tengo que reconocer que me siento un tanto sorprendida por ver este lado suyo. Sin embargo, me niego a confiarme y pensar que Damiano siempre es así porque ya me ha demostrado en más de una ocasión que puede ser de lo más agresivo y malo. Por eso cuando Thomas ha salido a buscarnos he decidido entrar con el en el edificio porque sabía que si continuaba fuera con Damiano iba a confiarme y creer que realmente es bueno.
Thomas y yo volvemos a la sala donde será el concierto y por el camino hablamos bastante y no puedo evitar reírme casi todo el tiempo ya que Thomas es de lo más divertido. Es esa clase de personas que habla poco y que hace gracia con solo respirar. Cuando llegamos hasta el teatro me encuentro con Vic e Ethan tocando la guitarra de manera enérgica y alocada, y me sorprendo al ver a Ethan tocando la guitarra ya que pensaba que tan solo sabía tocar la batería. Todo los del grupo son una caja de sorpresas.
- Ey, Sophie, ven aquí.
Me llama Ethan y yo me subí al escenario y me coloco a su lado tras preguntarle que es lo que ocurre.
- ¿Sabes tocar la guitarra?
Me pregunta Vic a la vez que levanta un poco la suya ofreciéndomela pero yo rápidamente niego con la mano y ella la baja y la deja colgado sobre su cuerpo al ver mi gesto.
- Hemos pensado que nos hace falta una chica más al grupo.
Me informa Vic y yo me rio ante su comentario. La verdad es que no puedo quejarme porque todos me han acogido súper bien y me han tratado como una más de ellos desde el primero segundo, a pesar de que tan solo estoy aquí para trabajar.
- Debe haber algo que sepa tocar-dice Thomas a la vez que se cuelga su guitarra y comienza a tocar un par de acordes-Tienes cara de que sabes tocar algún instrumento.
Yo me encojo de hombros y pienso por un momento hasta dar con una respuesta que pueda servirles.
- Puedo tocar la flauta.
Todos se ríen por mis plantas y yo sonrío un poco. Estar con ellos es tan fácil y tan natural, todo lo contrario que con Damiano. Con el todo es complicado y una encrucijada.
Thomas, Vic d Ethan continúan haciendo bromas acerca diferente cosas y yo me rio a carcajadas todo el tiempo.
- Sophie, ¿puedes venir un momento?
Me llama mi tío desde el final de la sala y yo acudo rápidamente. La verdad es que no estoy ayudando mucho y no estoy realizando correctamente mi trabajo y no puedo evitar sentirme un poco culpable. Cuando llego hasta el me quedo quieta en mi sitio esperando a que termine de hablar con uno de los seguratas y cuando finaliza se gira hacia mi y me dice colocando sus manos sobre sus caderas.
- Cuando empiece el concierto te quiero lo más cerca posible de los seguratas. Esto se convierte en una locura con adolescentes gritando totalmente histéricas.
Yo asiento y me quedo un poco conmocionada ya que pensaba que me había llamado para que ayudase en algo.
- ¿Y hay algo en lo que pueda ayudar?
Mi tío me mira de reojo a la vez que mira algo en su teléfono con el feo fruncido.
- Ehh, no. De momento no hay nada que puedas hacer. Si quieres puedes subir arriba a descansar.
Yo le miro con el ceño fruncido un tanto confundida ya que creía que hoy tendríamos muchísimo trabajo pero por el contrario estoy trabajando menos que nunca.
Cuando veo que mi tío no va a darme ninguna tarea para hacer me doy media vuelta y me dirijo hacia la zona de sonido, donde se encuentra Bruno, ya que el grupo ha comenzado a ensayar de nuevo y no tengo mucho que hacer.
- Hola Sophie.
Me saluda con una sonrisa Bruno y yo le respondo el saludo a la vez que me siento en una silla que hay junto a él.
- ¿Que estás haciendo?
Le pregunto intrigada y rezo porque haya algo en lo que pueda ayudar. Me siento tan impotente e inútil merodeando entre todas las personas que hay aquí, que están trabajando y haciendo cosas productivas.
- Pues...-comienza a decir a la vez que gira unos botones y mueve otras cosas-de momento solo estoy jugando un poco con la mesa para comprobar cómo se oye mejor.
Yo asiento y para mis adentros hago un puchero ya que este no es para nada mi campo y me siento todavía mas inútil.
- ¿Y hay algo en lo que pueda ayudar?
Bruno me mira con las cejas bajadas claramente sintiéndose un poco mal por no poder encomendarme ninguna tarea. Yo asiento y me acomodo en mi asiento con un suspiro a la vez que miro hacia el escenario donde Damiano se mueve incesantemente.
- Ya os lleváis mejor, ¿no?
Pregunta de repente Bruno y yo me giro para mirarle sorprendida ya que no esperaba una pregunta de repente. Y me sorprendo más al darme cuenta de que no ha dicho ningún nombre pero yo ya sé a quien se refiere.
- Bueno, no diría que somos mejores amigos, pero nos... soportamos.
Respondo yo y Bruno asiente mirando de nuevo al frente mientras continúa presionando botones y moviendo ranuras.
- Algo me dice que Damiano se siente atraído por ti.
Cuando oigo sus palabras me incorporo rápidamente en mi silla ya que es la tontería más grande que he oido nunca.
- ¿De que estás hablando Bruno?
Soy consciente de que mi tono es borde y grosero pero no me importa ya que estoy harta de las insinuaciones por parte de Damiano y ahora no pienso recibir insinuaciones por parte de Bruno.
El se da cuenta de que me ha sentado mal su comentario y titubea un poco cuando dice:
- Es solo que..., bueno, por la forma en que te mira
y te trata. Llevo ya bastante trabajando con el y créeme cuando te digo que ese chico no muestra tanto interés por alguien si no es porque tiene alguna intención oculta.
Yo le quedo perpleja con sus palabras ya que no me puedo creer que el, un chico que conozco desde hace dos días, se sienta con la comodidad de darme consejos y advertencias.
- No tengo doce años, de momento se cuidarme por mi misma gracias.
Esta frase no es del todo cierta ya que en el pasado ya se ha demostrado que no se me da tan bien cuidarme, pero eso no tiene porque saberlo el.
Bruno me mira con los ojos caídos y por su expresión se que me he pasado.
- Tienes, razón, lo siento Sophie. Me he tomado demasiadas confianzas. Es solo que..., bueno, conozco a Damiano y no creo que seas de esas chicas que quieren caer en su red.
Yo le quedo callada y meditó sus palabras por unos momentos y de repente siento que la furia, que me ha consumido hace unos momentos, desaparece y me siento un poco culpable por no aceptar sus consejos. En el pasado le hubiese encantado que alguien me hubiese dado alguna advertencia porque así me habría ahorrado esa terrible experiencia, pero nadie me la dio. Pero ahora si estoy recibiendo esa ayuda y puedo contar con ello para que el futuro no se convierta en una repercusión de mi pasado.
- No, lo siento yo Bruno-digo unos segundos más tarde y el cuando escucha mi voz me mira-Tu tan solo has intentando aconsejarme como un buen amigo y yo he reaccionado de una manera muy agresiva.
Bruno me mira con una media sonrisa y en sus ojos rápidamente percibo que no está enfadado conmigo. Yo le devuelvo l sonrisa para hacerle saber y sentir que yo tampoco estoy enfadada
- ¿Ósea que ya me consideras un amigo?
Cuando dice esto le doy un codazo cariñoso mientras me rio a carcajadas y el también se parte de risa.
Durante el siguiente para de horas yo permanezco aquí con Bruno aunque no sirvo mucho de ayuda, pero por lo menos podemos hablar y entretenernos un poco.
Cuando el ensayo termina yo suelto una bocanada de aire ya que no aguantaba más tiempo encerrada aquí. Bruno y yo nos dirigimos hacia la sala de descanso para comer algo pero cuando llegamos Bruno se da cuenta de que se ha olvidado el móvil abajo lo cual hace que tenga que bajar corriendo a por el y yo me quedo sola peor decido entrar a comer algo para hacer tiempo hasta que Bruno suba de nuevo.
En mi cabeza no deja de sonar una de las canciones de Måneskin y no puedo evitar cantarla bajito mientras miro la mesa de comida y decido que comerme.
- No sabía que tú también cantases.
Dice una voz a mi izquierda que sale de los camerinos y yo dejo de cantar y de moverme; incluso de respirar, al encontrarme con Georgina.
Me encojo un poco ante su presencia ya que me siento inferior e intimidada. Georgina desprende seguridad y confianza en sí misma y por alguna razón me siento mucho más inferior a ella.
- No sabía que estuvieses aquí.
Digo yo un tanto bajo y cuando las palabras salen de mi boca le siento un tanto estupida ha que el tono es tan bajo que seguramente ni se ha dado cuenta de que he hablado.
- He estado aquí durante todo el ensayo-dice mirándome directamente a los ojos mientras permanece con una postura segura apoyando la cadera contra una de las mesas de maquillaje-Esperando a Damiano.
Su forma de decir esta última frase es sinuosa como si quisiese dejarme claro que está con Damiano y enseguida me doy cuenta de lo insegura que se siente hacia su relación con el.
- Pues el ensayo acaba de terminar por lo que no tardará nada en subir.
Digo yo tratando de ser lo más amable posible y continuo mirando la mesa pero me doy cuenta de que se me ha quitado todo el apetito por lo que me limito a coger una botella de agua.
- Estupendo.
Dice de repente Gorgina con una sonrisa maliciosa y yo la sonrío por no parecer mal educada pero realmente mantengo mi sexto sentido alerta porque Georgina no me da ninguna confianza. No entiendo como Damiano puede estar con ella.
- ¿Porque no aprovechamos este rato para conocernos mejor?
Dice de nuevo ella mientras yo le doy un trago a mi botella de agua. La miro con la cejas levantadas al escuchar su propuesta y ella se limita a mirarme con esa sonrisa de suficiencia de nuevo.
- ¿Que es lo que te gustaría saber?
Digo a la vez que dejo la botella sobre la mesa y la miro fijamente mientras poso mis manos en mi cintura, como si así pudiese sentirme más confiada frente a Georgina.
- ¡Oh, Dios! ¿Siempre tienes que utilizar ese tono tan falsamente dulce?
Mis ojos se abren como platos al escuchar sus palabras ya que no me esperaba que me agrediese verbalmente de esa manera. De echo estaba siendo bastante maja, salvo por esa postura de superioridad.
- ¿Perdona que?
- Arg, déjalo.
Digo a la vez que hace un gesto con la mano como si golpease algo y lo apretase hacia otro lado pero yo continúo de piedra en mi sitio. 
- Mira pijita, te lo diré solo una vez así que intenta abrir mucho tus oídos-comienza a decir Georgina a la vez que camina hacia mi y se coloca frente a mi mientras me señala con un dedo-Aléjate de Damiano. El nunca tendrá nada contigo, jamás podría fijarse en una mojigata sensiblera como tú así que deja ya de intentar pegar el braguetazo de tu vida liándote con un cantante de rock porque te aviso desde ya que no lo vas a conseguir.
Sus palabras hacen que me hierva la sangre. ¿Con que derecho de cree para poder tratarme así, hablándome como si fuese una guarra de calle? No me importa cuanto me intimide, no me pienso dos veces mis palabras cuando digo:
- Georgina, no te conozco, pero algo me dice que eres una chica muy insegura y controlador a con tu relación, que solo va a conseguir alejar a Damiano y te vas a ver sola. Solo quiero informarte de que si crees que puedes controlarme y manipularme como si fueses la chica popular del instituto estas flipando.
Ella me mira fijamente y por su mirada se que mis palabras no la han echo sentir inferior ni insegura por un momento.
- Vaya, si la monjita tiene lengua.
Nada más decir esto la puerta de la habitación se abre y Georgina y yo nos giramos para ver de quien se trata.
- Chavales, creo que vamos a presenciar una pelea de gatas.
Dice Thomas al vernos y aunque se que lo dice para hacer reír a la gente yo no puedo evitar molestarme, pero conmigo misma. Me siento como una de esas guarras de instituto que se pelean por un chico. Pero lo peor de toda esta situación es que no si quiera se porque me estoy peleando si yo no siento nada por Damiano.
Rápidamente como mi bolso que está sobre el sofá y salgo corriendo de la sala debido a la humillación que siento. Todos deben de pensar que soy una monta follones que se va peleando con todo el mundo que se cruza.
Avanzó corriendo por el pasillo para llegar al ascensor pero cuando una mano tira de mi me giro completamente hasta encontrarme con Damiano.
- Marlena, ¿que ocurre?
- ¿Que ocurre?-digo yo gritando furiosa- Ocurre que te conozco desde hace dos días y todas las conversaciones que he tenido hoy se han basado en ti y en insinuaciones de si tú y yo tenemos algo. ¿De que va esto Damiano? ¿Estás intentando dar algún tipo de imagen y me quieres meter dentro de tu juego?
- ¿De que coño hablas Marlena? ¿En que puto juego te crees que te quiero meter?
- ¡No lo se! Yo solo se que desde ayer sólo recibo consejos de la gente sobre ti.
Damiano me mira fijamente y en sus ojos puedo ver como el también se siente furioso. Se que no es justo dejar caer todo esto sobre Damiano pero es que ya no aguanto más. No he venido a Roma para que mi vida sea esto, para convertirme en el reality de la gente.
- ¿Que coño insinúas Marlena? ¿Que voy diciendo a tus espaldas que estamos liados? ¿Crees que yo soy capaz de hacer esas cosas?
- ¡No lo se! No lo sé porque no te conozco y por eso no quiero más que la gente nos vincule. Ere suba persona egoísta y grosera a la que le encanta hacer sentir mal y hundir a los demás. Desaparece de mi vida, Damiano.
- ¡Entonces desaparece tu de la mía! No te quise aquí desde el primer día y continuo queriendo que te pires. Así que hazlo ya y desaparece.
Dice el igual de enfadado que yo gritándome de la misma manera en que yo lo he echo.
Las venas de su cuello están hinchadas, incluso su cara esta roja por el esfuerzo de gritar tanto. Su pecho sube y baja rápidamente y una respiración entrecortada sale de sus labios; y no se porque siento que yo tengo la misma imagen. Mi vergüenza aumenta porque ahora estamos dando gritos en un lugar público y cualquiera podría pasar y pensar mal de nosotros.
- Un placer.
Digo cortante y me doy media vuelta para llegar hasta el ascensor y escabullirme de allí.
No se porque pero de alguna manera las palabras de Damiano le hacen sentir mal ya que pensaba que el y yo ya nos llevábamos mejor y el si quería que rebajase con ellos, pero está claro que todo ha sido una fachada.
No se porque todo el mundo tiene la sospecha de que estamos juntos pero tampoco quiero averiguarlo, solo quiero trabajar y punto.
Cuando llego al ascensor y entro en el me encuentro con la mirada de Damiano al final del pasillo y una parte de mi siente un dolor en el pecho por toda esta situación. Pero la parte que manda se da cuenta de que esto ha sido lo mejor y de que no puedo seguir lidiando con Damiano. He llegado a mi límite y el me ha llevado hasta aquí. 

MarlenaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora