Lo cierto es que ir en la moto de Damiano no estaba resuelta dos er tan terrorífico como creí que sería en un principio. Es cierto que al principio había sido de lo más incómodo tener que agarrarme a él pues que no tenemos esa clase de confianza como para poder estar tan cerca, sin embargo, ahora que llevamos un rato en esta posición todo tipo de incomodidad ha desaparecido.
Tan solo nos estamos dirigiendo al estudio por lo que el trayecto es de unos quince minutos, más o menos. Y se que no es necesario que debemos tantas vueltas para llegar a el, por lo que cuando me doy cuenta de que Damiano está moviéndose por prácticamente toda Roma mi corazón da un vuelco porque por alguna razón me conmueve su simple gesto de querer enseñarme toda la ciudad.
Al principio me desquicio un poco puesto que este camino improvisado solo hará que lleguemos tarde y que Dante se enfade con nosotros, pero por otro lado me siento eufórica porque realmente lo estoy pasando bien y quiero dejarme llevar. No quiero continuar viviendo reprimida con miedo a moverme, a hablar, a respirar... Quiero ser yo misma. Y en cuanto esto pasa por mi mente la imagen de Damiano también lo hace porque por alguna razón siento que la razón por la que estoy deseando dejarme llevar es gracias a él. Supongo que su espíritu de pájaro en libertad me está comenzando a dar envidia y quiero que se me pegue parte de él.
De repente Damiano pone una mano sobre la mía que se encuentra apoyada en su estómago y yo me sorprendo un poco ya que justo estaba pensado en el cuando me ha tocado.- ¿Como vas Marlena?
Por su tono de voz se que está sonriendo, sin embargo no creo que sea una esa clase de sonrisa
con la que pretende reírse de mi por ser mi primera vez montando en moto. Todo lo contrario, me lo tomo como que de verdad está interesado y preocupado por saber cómo estoy.- Bien, muy bien.
Digo yo con una enorme sonrisa porque estoy disfrutando más que nunca. Me está encantando poder ver toda la ciudad, a pesar de que ya la había visitado, en moto con el sol sobre nosotros acariciando nuestra piel y sin ningún tipo de preocupación.
- Me alegro-dice el y de nuevo puedo notar su sonrisa-¿Alguna vez has gritado mientras ibas en moto?
-¿Tengo que recordarte que es mi primera vez montando en moto?
Digo yo con una risilla que realmente no se de dónde sale pero por alguna razón me siento eufórica y tengo ganas de gritar, bailar, cantar; y hacerlo todo a la vez.
- ¿Entonces a que esperas para hacerlo?
Me pregunta de repente Damiano y yo no puedo evitar sentirme un poco perpleja al ver que de verdad quiere que grite. ¿Tan desalocada cree que soy?
- No puedo hacerlo.
Digo yo con un tono un poco bajo y por un momento pienso que no me ha escuchado pero sí que lo ha hecho y lo sé cuando dice:
- Por supuesto que puedes, ¿porque no vas a poder?-hace una pequeña pausa y yo pienso enserio en la respuesta puesto que tiene razón. ¿Porque razón no voy a ser capaz de gritar yendo en moto?- Si quieres, yo iré primero, pero agárrate.
-¿Como que me...
Mi pregunta queda abierta cuando se repente acelera y comienza a meterse entre los coches a toda velocidad. Yo me engancho más a él ante el miedo y el vértigo de caer cuando de repente pega un grito que hace que me sobresalte y que me ría a carcajadas.
-Tu turno Marlena.
Cuando dice esto Damiano mi cuerpo se llena del doble de energía y de repente del fondo de mi ser sale un grito que nunca antes había escuchado y que hace que me sorprenda hasta yo.
Una vez que lo hago me siento muy relajada, como si hubiese liberado una gran cantidad de energía y de nuevo me rio y lo hago aún más cuando Damiano y yo nos ponemos a gritar como si fuésemos dos lunáticos.
Nunca pensé que diría esto, sobre todo después de nuestra conversación en la terraza del estudio, pero lo cierto es que Damiano no es tan malo como yo pensaba. Y es bastante divertido y desde luego me está haciendo ser capaz de dejarme llevar.
Finalmente nuestro emocionante trayecto llega a su fin cuando Damiano para la moto en seco enfrente de un enorme edificio y cuando aparca el baja primero y después me ayuda a bajar a mi y me ayuda a quitarme el enorme casco que me ha obligado a ponerme antes.
Ambos nos encontramos en la calle, enfrente del otro riéndonos a carcajadas y lo cierto es que no se porque lo estamos haciendo, pero sienta bien, muy bien.- ¿Entonces está ha sido tu primera y última vez en moto conmigo?
La pregunta de Damiano me pilla un poco desprevenida y hace que mi risa se corte de golpe.
En sus ojos puedo ver que de verdad necesita saber la respuesta de su pregunta y de nuevo mi corazón da un vuelco al ver a un Damiano preocupado e interesado por mi. Entonces, en este momento, me doy cuenta de que estamos muy cerca el uno del otro y de que apenas pasa aire entre ambos. Sus labios se encuentran a la altura de mis ojos y por alguna razón no puedo parar de fijarme en ellos.- Digamos que el servicio ha sido muy bueno y quizás lo solicite de nuevo algún día.
Mi respuesta parece complacerle porque una enorme sonrisa se coloca en su cara, mostrándome esos hoyuelos que le dan un aire mucho más joven. Yo también sonrío al ver su muestra de felicidad y por un momento siento que todo lo que se encuentra a nuestro alrededor a desaparecido por completo.
Decido romper la distancia porque sostenerle la mirada está siendo muy difícil pero cuando me muevo para entrar en el edificio Damiano me coge del brazo impidiéndome avanzar. Y solamente con ese gesto siento que me hormiguea todo el brazo. ¡¿Dios mío que me está pasando?!-Marlena-comienza a decir pero enseguida me doy cuenta de que le está constando encontrar las palabras por lo que decido acercarme de nuevo a él para hacerle sentir mejor y que pueda exteriorizar lo que tenga que decirme-Yo...-de nuevo para de hablar y se pasa una mano por el pelo a la vez que mira hacia otro lado como si sintiese miedo de decir lo que piensa-Bueno, que yo, quería pedirte perdón por...todo, básicamente. Se que no me he comportado muy bien contigo y no te he dado una oportunidad, pero te prometo que a partir de ahora voy a cambiar.
Me quedo petrificada ante sus palabras porque me esperaba que me dijeses cualquier cosa menos esa.
¿Damiano pidiendo perdón? ¿Que está pasando hoy? ¿Y porque siento que estoy a punto de desmayarme? Eso es lo que más me confunde de todo, no sus palabras, sino mi forma de sentirme al respecto. Pero, a pesar de que es verdad que me la ha hecho pasar un poco mal desde el principio, le perdono. Le perdono porque siento que es lo que verdaderamente quiero hacer.
Entonces soy yo la que busca las palabras y cuando me doy cuenta de que me he quedado completamente muda me pongo de puntillas y le doy una abrazo enganchándome a su cuello. Al principio, Damiano se queda de piedra sin saber como reaccionar pero tras unos segundos extiende sus brazos al rededor de mi cintura y me estrecha contra el. Estar tan cerca de el me permite poder conocer mejor su forma de oler: una mezcla entre tabaco y menta. Y por alguna razón me encanta y me reconforta ese olor.
Tras unos segundos así rompemos el abrazo pero continuamos el uno enfrente del otro, aunque en cuanto me encuentro con su cara se que está muy sorprendido por mi reacción.- ¿Vamos a ser amigos?
Pregunto yo a pesar de que su declaración ya lleva la respuesta a mi pregunta de forma implícita, pero aún así quiero escucharle responder la pregunta.
- Vamos a ser amigos.
Su respuesta va acompañada con una sonrisa y entonces me permito confiar en el y en su posa es. Quiero ser su amiga al igual que lo soy del resto, pero para eso debo concederle el don de la duda. Por intentar se amigos no vamos a perder nada ninguno de los dos.
Entonces de repente aparece Vic, saliendo disparada por la puerta y se dirige hacia nosotros a toda velocidad, lo cual no me da muy buena espina.- ¿Donde estabais? Dante os va a matar, sobre todo a ti Damiano. Necesitan maquillarte y vestirte ya para la sesión, ¡vamos!
Damiano y yo vamos detrás de Vic en cuanto nos insta a hacerlo y mientras estamos entrando Damiano pasa un brazo por mis hombros y me atrae hacia el a la vez que dice en voz alta para que Vic se entere:
- Tranquila Vic, Marlena y yo hemos hecho las paces y somos amigos. Nada malo me va a ocurrir.
- Tu no eres el que me preocupa.
Dice Vic todavía llevándonos la delantera mientras entra en el ascensor. Pero yo me quedo un momento dándole vueltas a las palabras de Damiano porque de nuevo me han echo sonreír y por alguna razón todo lo mal que me lo ha hecho pasar estos días cae en el olvido porque solo puedo pensar en cuanto me ha geo sonreír. Solo espero que esta amistad salga bien a pesar de que los dos seamos dos personas muy explosivas.
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Marlena
RomanceSophie es una chica tímida, responsable y amable que tras una mala experiencia dos años atrás decide mudarse a Roma, donde viven sus tíos. Sophie pensaba que este era el comienzo que siempre había esperando hasta que conoce al carismático cantante d...