•25: Beso•

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El camino hasta sus respectivas habitaciones fue llevado en silencio. No incomodo, era tranquilo, relajante.

Llevaban sus manos entrelazadas; a pesar de que sólo había sido un beso, querían mantener el contacto, por lo que llevaron de la mano durante su trayecto.

Pasar entre las personas tomados de las manos, era algo inusualmente nuevo, y les gustaba.

Para YoungJae, JaeBeom había sido su primer todo, su primera cita, algo así como su primer amor, y su primer beso.

Por el lado de JaeBeom, podía decirse que también era algo parecido; estaba consciente de que toda su vida había sido atraído por chicos, había tenido algunas citas, pero nunca llegaron a nada, hasta que llegó ese precioso chico de mechas que le cambió todo.

—Espera— YoungJae soltó su mano, agachándose para amarrar su cordón suelto.

Cuando hizo el nudo, se topó con la sorpresa de tener a JaeBeom —casi— encima suyo.

Estaba cerca nuevamente, y no tuvo ninguna pena de tomar la espalda baja de YoungJae con una sola mano, atrayéndolo más hacia el, sintiendo su respiración en su cuello, debido a la altura.

YoungJae alzó su vista, colocando una mano en el pecho del contrario, buscando los orbes de JaeBeom, lo que no le costó, pues él ya estaba observándolo.

Era la mayor tensión que jamás pudo vivir; pero le gustaba.

La mano que se encontraba ocupada, apretaba fuertemente el peluche que JaeBeom había ganado para él, producto de los nervios.

La única mano libre de JaeBeom se colocó en el cuello del de mechas, acariciando sus cabellos levemente, y su otra mano le daba caricias.

Tenían sus labios entre abiertos, con las respiraciones agitadas aún y las pulsaciones de sus corazones latiendo a mil por segundo.

Las ganas de tener nuevamente el contacto de sus labios aumentaba conforme los segundos pasaban, aumentando también el calor de sus mejillas.

—JaeBeom— susurró YoungJae.

—YoungJae— fue lo último que escuchó de alguno para estrellar sus labios contra los del menor, quien correspondió.

En el medio del pasillo, donde todo estaba oscuro y el sonido del viento por detrás azotaba; sus corazones latían al mismo ritmo.

Dando pasos muy, muy cortos, JaeBeom comenzaba a llevar a YoungJae hasta la pared más cercana por dos razones.

Razón uno; para no ser vistos tan fácilmente, dado que estaba en el medio del pasillo.

Razón dos; subir el nivel del beso.

No estaban tan lejos de llegar hasta la habitación del menor, y JaeBeom por dentro recordó que YugYeom le pidió no llegar esa noche.

YoungJae sintió el frío de la pared colarse por alguna parte de su espalda, además de sentir cuando chocó con ella.

Los chasquidos podían escucharse levemente, dándose muy pequeñas pausas para poder recuperar el aire.

La mano que una vez estuvo en el cuello de YoungJae bajó hasta la cintura de éste, continuando con su atracción hacia su cuerpo.

En cambio, las manor del de mechas soltaron el peluche, dejándolo en el suelo un par de minutos, para poder tomar el cuello y las mejillas del alto, acariciando ambos con cuidado.

Inconscientemente, una de las manos de JaeBeom hizo presión en la cintura del menor, haciéndolo soltar un pequeño quejido, que hizo a JaeBeom sonreír en medio del beso, y a Jae sonrojarse.

𖤜 Amnesia | ²ʲᵃᵉDonde viven las historias. Descúbrelo ahora