𖤜 Amnesia | ²ʲᵃᵉ

•10: Chocolate•

Su pierna subía y bajaba tan rápido como cualquier rap de ChangBin en su estudio.

Estaba nervioso por ver entrar a JaeBeom por esa puerta.

No sabía cómo demonios podría verlo luego de lo sucedido ayer en la tarde.

Tragaba grueso también, y le costaba pasar saliva por su garganta.

—Estás tan nervioso que parece que mataste a alguien y va a venir por ti a cobrar venganza— JinYoung se cambió al asiento donde se suponía JaeBeom iba a sentarse, YoungJae lo miró mal—. Ya, ¿qué te pasa?

—No es nada, sólo-

—No me digas que no es nada, YoungJae, te conozco y algo tienes— YoungJae no detenía su movimiento, JinYoung se acercó más y susurró para que apenas él pudiera escuchar—. ¿Es por JaeBeom?

YoungJae se ruborizó sólo de escuchar su nombre. ¿Cómo era posible? Ni siquiera tenían una semana de conocerse.

—Es por él— afirmó JinYoung mientras el otro trataba de bajarse el sonrojo—. Es sólo una cita, tampoco es que van a cog-

—Chico— el alto aún no se aprendía el nombre  del menor—. Ese es mi asiento.

A Jae le costó pasar la saliva.

JinYoung se volteó, teniendo la esperanza de que JaeBeom no haya escuchado lo que estaban hablando.

Y JaeBeom sólo buscaba que JinYoung le diera su asiento.

JinYoung se levantó—. Disculpa, hyung.

JaeBeom tomó asiento al lado de YoungJae, quien ahora tenía la cabeza entre sus brazos, tratando de hacerse el dormido.

Era gracioso como con sólo su presencia, JaeBeom ponía tan nervioso a Jae.

El menor rogaba, rezaba e imploraba que su mayor no haya escuchado la conversación con JinYoung.

Escucho como el zipper de la mochila del otro se abrió, revolcando cosas en su misma mochila, para luego sacar unas cuantas cosa y dejarlas en su sitio, y luego, se cerró.

Seguramente perdió la cantidad de veces que pidió al cielo para que JaeBeom creyera que estaba dormido.

Escuchó también la suave risa de JaeBeom cerca de su oído, muy cerca de él, dejándole la piel de gallina.

Se puso aún más nervioso cuando sintió su mano apartar un mechón de su oído, sintiendo el cálido toque del pelinegro.

Pero cuando su corazón de verdad se aceleró, fue cuando escuchó el susurro en su oído.

—Sé que estás despierto— eso fue tal que quiso caer desmayado en sus brazos.

El menor no hizo más que tomar una gran bocanada de aire y levantar su cabeza, dejándole a JaeBeom la vista de un chico de cabello castaño con mechas rubias, sonrojado y nervioso hasta las orejas.

—Hola, hyung— dijo en lo que pudo, manteniendo su compostura.

—Hola, Jaenie— la sonrisa de JaeBeom, no había nada más que agregar, sólo la sonrisa de JaeBeom—. Tengo algo para ti.

—¿P-para mí?— se señaló a sí mismo.

—Sí.

Se dió la vuelta, buscando algo en su mesa. El castaño con mechas seguía sorprendido de lo su hyung estaba haciendo con él.

Acercó hasta él una barra de chocolate. Su envoltorio era realmente lindo, de color violeta y con la frase: "Lindo" impresa directamente en ella.

Era tan linda que no quería romperla para comérselo.

Un momento, ¡JaeBeom le estaba regalando un chocolate!

Definitivamente iba a terminar desmayado.

—G-gracias, hyung— dijo tomando aquello con demasiado cuidado entre sus manos—. ¿Por qué dice "lindo"?

JaeBeom río bajito,  y juró ver un suelas color carmesí en sus mejillas, para luego poder hablar.

—Es lo que pienso de ti. Eres lindo, YoungJae.

Nota de la autora: Espero les guste el capituló, ¡Besos! <3