Capítulo 7.

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Historia coescrita con la fabulosa Latilsita, sin ella la historia no sería ni la mitad de lo que es realmente.

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Cuando volvió en sí, lo primero que percibió es que estaba solo en la cama. Lo segundo fue el dolor. Su cuerpo, especialmente la parte baja, ardía y punzaba en dolor. Sin embargo, también sentía un extraño calor reconfortante en la parte baja de su espalda. Se giró y sintió un peso caer a la almohada. Una examinación posterior descubrió que era una bolsa de arena caliente. Algunas rosas y lirios decoraban la habitación, que con las ventanas abiertas olía a flores, y no a otras actividades.

No se había limpiado antes de dormir, solo había desmayado en los brazos de su esposo, sin embargo, en ese momento podía notar que su cuerpo parecía haber limpiado de alguna manera. Lo que claramente no podía limpiarse eran la enorme cantidad de marcas violetas que el Duque había dejado marcando territorio. El solo pensamiento lo hacía sonreír.

Una de las puertas de la habitación se abrió y salió Tom con una toalla en la cadera, y sus cabellos goteando. En el cuello tenía un rasguño bien marcado. ¿Él había hecho eso?

—Buen día, Harry. El baño está disponible para usar. Pero antes necesito chequear algo… —se sentó en la cama y abrió las piernas de Harry, que inútilmente intentaron ejercer resistencia, y metió un dedo en su interior, sacándole un quejido—. Hm… luce bien. Te pondré algo de medicina. Sanarás más rápido y te sentirás mejor. Resiste un momento.

Sacó algo de su mesa de luz, una especie de pomada y antes de que pudiera protestar estaba colocando la medicina dentro de él. Vergonzosamente, en cuanto hizo algo de efecto calmante, el dedo que se movía dentro suyo comenzó a ser interesante para su cuerpo. Tom rió al ver a su miembro reaccionar.

—Es bueno ver que mi esposo aprecia tanto mis atenciones —murmuró antes de tomarlo en su boca y succionar. Harry vio las estrellas y la imagen de esos labios envolviendo su entrepierna fue demasiado para él. En unos momentos todo había acabado y completamente rojo y jadeante gimió en éxtasis y vergüenza.

Tom se relamió los labios y Harry decidió mirar a cualquier lado excepto el rostro de ese sensual demonio de ojos rojos. La resistencia resultó fútil, ya que su esposo lo tomó en brazos y lo llevó a la habitación contigua donde había un baño de agua caliente preparado.

—Relájate un rato. Podemos regresar a la mansión por la tarde… y si no te sientes muy bien, mañana. Voy a ver la comida.

El Duque salió y solo en ese momento se dio cuenta de que no solo su esposo estaba cuidando de él de muchas maneras, sino que también le había hecho un felatio y no había pedido ningún tipo de atención a cambio.

En el libro… había sido un esposo sobreprotector con Cissa. Celoso, y maniático sexual. Pero ella siempre recatada, lo frenaba seguido, le podía límites e intentaba hacer las cosas por sí misma. Nunca había considerado que con otra personalidad podría responder tan…

Se sonrojo al sentir su cuerpo responder positivamente. Maldito cuerpo de adolescente hormonal. Actuando como si no le doliera todo.

Tom Riddle no estaba destinado a ser suyo, lo sabía. No sentía nada por él, solo la posesividad. Eso no quería decir que no podía disfrutar el momento. Ya se sentía atraído por él desde que había leído el libro. ¿A quién engañaba? No había manera de resistirse. Quería ahogarse en ese hombre. Aún si en el momento del divorcio, tuviera que arrancarse el corazón.

♣♣♣♣

No duraron mucho en la propiedad de su familia, terminaron viajando de regreso a la mansión un día después de aquella noche. Era temprano cuando ya tenían sus pocas pertenencias listas gracias a los sirvientes, pero aún así habían desayunado ahí antes de partir.

La duquesa de Slytherin.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora