La duquesa de Slytherin.

Capítulo 13.

Historia coescrita con la fabulosa Latilsita, sin ella la historia no sería ni la mitad de lo que es realmente.

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Avery solía darle su correspondencia durante la hora del té. Usualmente recibía cartas de Gryffindor con reportes y documentos que necesitaban su sello. Entre ellos se encontraba una carta de grueso papel de pergamino, elegante tinta y emblema dorados. Era una carta de invitación del Emperador. Era la única invitación que Harry recibía últimamente. Irónicamente, no era una que esperaba recibir, así como tampoco una que podía rechazar.

La abrió anotando la fecha en la que era convocado y escribió su aceptación, poniéndola en la pila de cartas a enviar.

Entonces la vio. Una inusual carta sellada con flores violetas. Quizá una pequeña ramita de lavanda o algo similar. Harry sabía que algunas damas de alta sociedad hacían esas cosas en sus cartas ya que a Petunia le obsesionaba estar a la última moda en cosas tan triviales como sobres.

La abrió, y con sorpresa y satisfacción, notó que era una invitación a una reunión de té en la mansión de los Abbot, dentro de dos días.

La cantidad de tiempo era poco decorosa. Harry podía adivinar que había sido añadido a último momento, lo cual era buena señal de que el plan funcionaba.

Estaba feliz de tener al menos una buena noticia, por lo que cuando un rato después entró Rodolphus, le comentó la novedad:

—He recibido una invitación. En dos días. Creo que sería bueno presentarme a pesar del corto tiempo.

Rodolphus se mordió un labio pensativo.

—Si bien concuerdo que es una buena noticia, Su Gracia, no creo que asistir a la primera invitación sea lo mejor. Y menos mientras el Duque está fuera. Lo mejor sería esperar a su regreso antes de responder ninguna carta.

Rodolphus ni siquiera había preguntado de qué familia, notó Harry con inquietud. Sentía que esto no tenía que ver con la primera carta, sino con la ausencia de Tom. ¿Qué sabía que no le estaba diciendo? ¿Estaba esperando una separación inminente y por eso no quería que actuara como duquesa?

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A pesar de su charla con Rodolphus, Harry confirmó su asistencia a la primera carta. Tampoco era como si pudiera retrasar ese momento, sería de mal gusto y podría tomarse algo grosero el ignorar una carta de tal magnitud. No sabía qué necesitaba el Emperador de él, pero debía ser más que una simple cita para tomar el té.

Miró la hora que estaba escrita en la nota rápida que hizo, no estaba de más salir con sobra de tiempo, más cuando podría perderse con el paisaje y distraerse un poco con eso.

Le dijo a Rodolphus que iba a ir con el Emperador y, antes de que le diera algún pero, salió directo a su encuentro. Aunque dudaba que le negara eso.

No llevaba mucho, no se iba a quedar mucho tiempo ahí, sólo llevaba lo esencial por si algo se le cruzaba.

Dio un último vistazo y guardó su nota en el bolsillo, justo cuando levantó su mirada, las puertas principales se abrían mostrando al Duque algo desarreglado. Si su mente pensó en la cara de Cissa como el porqué de esto, Harry simplemente lo ignoró.

—Tom —saludó forzando a su voz en decir el nombre y no un simple "Duque"—, ¿estás… bien?

La mente de su esposo parecía estar en otro lado en lugar de con él, ¿puede que esté recordando las noches pasadas? Una parte de su mente le decía que no era eso, por lo desaliñado que estaba, que algo más ocurría...