Prólogo.

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Aviso.

Como está dicho en la descripción, esta historia tiene contenido chico x chico. Está bajo su responsabilidad leerlo.

Si no te gusta la temática, te invito a no leerlo. Si te gusta, bienvenida/o.

Fic coescrito con Latilsita, ella estará publicando en FanFiction y AO3 bajo el nombre de LaTil, no olviden darle su amor también.

Historia basada en la saga de Harry Potter de J.K. Rowling.

♣ ♣ ♣ ♣

Cuando el coche de policía quedó atrapado en una aglomeración de tráfico, se bajó y corrió entre los coches. Algunos pasos más adelante, unos delincuentes hacían lo mismo, en sus brazos una bolsa que, sabía, contenía un niño secuestrado. No podía dejarlos escapar cuando estaba apenas a unos metros de ellos.

Corrían en zig zag, dispersándose por distintos lados. Él sólo perseguía al que tenía al niño, la prioridad no era atraparlos, si no, salvarlo.

El secuestrador se giró para apuntarle con un arma. El giro abrupto y un movimiento de la bolsa hicieron que perdiera agarre y éste la dejó caer.

Todo sucedió muy rápido. Un balazo impactó en su costado a la vez que la bolsa se removía en el pavimento. Un auto tocó bocina, a punto de impactar con la bolsa. Se lanzó contra ésta y empujó al niño fuera del camino recibiendo de lleno el impacto del automóvil.

Mientras yacía en el suelo en un charco de su propia sangre, pudo escuchar la voz de su compañero a lo lejos, junto al llanto de un niño. Lo habían recuperado. Era un alivio.

El frío se apoderó de su cuerpo. No se arrepentía de haberse sacrificado por el niño. Esperaba que, en una próxima vida, pudiera vivir lo suficiente como para formar su propia familia.

♣ ♣ ♣ ♣

Su vida no había sido la mejor, sus padres habían fallecido cuando él tenía poca edad, causando que pasara a vivir con sus tíos. Tío Vernon y tía Petunia eran el uno para el otro, los dos tenían ese amor por el dinero que los motivaba a hacer cualquier cosa.

Por otro lado, también estaba su primo. Un niño mimado que nunca había tenido que usar sus manos ni para arreglar el desastre que hacía cuando comía, y vaya que hacía un desastre, el cual debía limpiar Harry.

Desde que llegó a la casa no fue bienvenido, no debía de ser un genio para saberlo. Aún con eso, los Dursley siempre se habían aprovechado al máximo de la situación, usando a Harry como algún tipo de sirviente que debía limpiar y organizar la casa, sin mencionar el hacer las comidas, cuidar el jardín y revisar las cartas que podrían llegarle a su tío.

En caso de que no cumpliera con alguna orden, sus tíos se encargaban de castigarlo. Harry prefería mil veces los castigos de su tía, los cuales consistían en algunas palabras afiladas lanzadas hacia su persona o hacia sus padres para luego dejarlo encerrado en su "habitación" sin alguna comida del día. Su tío Vernon... bueno, definitivamente no quería hacer algo malo frente a él, no era tan brusco, pero debía admitir que su gorda mano podría dar fuertes golpes.

Tal vez debió prestar atención cuando la puerta se abrió con fuerza, una clara advertencia del mal humor de su tío, pero simplemente siguió con sus deberes. Dudley, su primo, se había encargado de molestarlo un poco, ensuciando y desorganizando lo que ya había arreglado. Ya estaba acostumbrado, así que no notó la extraña hora de llegada del líder de la casa.

—¿Por qué sigue todo sucio? —esa pregunta llegó a sus oídos y, casi saltando, su espalda se enderezó y dejó todo movimiento, sólo para mirar a la puerta.

La cara de su tío era una clara señal de su mal día laboral, pero no dijo nada al respecto, simplemente se quedó quieto a la espera de algo que, sabía, recibiría.

Como era de costumbre, una bofetada aterrizó en su mejilla, lo normal era recibir de una a tres bofetadas, pero... Pero esa vez había algo diferente. Hasta Dudley ya se había ido escalera arriba no queriendo ver el espectáculo como solía hacerlo.

Un segundo golpe en su rostro causó que el joven se encontrara con el suelo. Su tío no lo perseguía cuando eso pasaba, sólo gruñía y lo agarraba del cabello para llevarlo a encerrar a su habitación. Cerró los ojos esperando el jalón en su cabello, pero éste nunca llegó. En cambio, un dolor se instaló en su estómago.

Sí, no era usual ese comportamiento.

Otro golpe llegó, esta vez directo a su costilla. Harry tosió para agarrar aire, sus pulmones habían soltado todo el oxígeno que debían mantenerlo.

Los maltratos eran normales en esa casa, pero no a tal grado.

Una patada voló hacia su rostro, pero no llegó a su destino cuando, de un fluido movimiento, su tío terminó en el suelo con Harry arriba de él, dejando su pierna y uno de sus brazos en una forma algo extraña.

Parpadeó, ¿qué había pasado?

Otro movimiento de su tío, ahora un golpe con su brazo libre. Harry sólo se hizo a un lado y volvió a actuar de forma automática. Esta vez logró ver luces.

Luces amarillas y una persona soltando una bolsa.

Soltó a su tío en un brusco movimiento, empujándolo mientras el ojiverde se levantaba confundido.

Un auto, una bolsa, un hombre corriendo. Luces y el llanto de un niño.

Se llevó la mano derecha hacia su cabeza, tratando de contener el mareo que lo empezaba a invadir.

Por alguna razón sabía que esa extraña carroza era un automóvil. Cerró los ojos, tratando que todo eso pasara, pero sólo logró ver más recuerdos, ahora no sólo de un secuestro, sino de sus amigos, de sus años como policía, sus estudios...

Se recargó en la pared y, por alguna rara razón, su tío ya no lo estaba molestando. No podía corroborar qué pasaba, debía admitir que ya no estaba en sus cinco sentidos tanto como le hubiese gustado.

Más recuerdos llegaron a su mente y, con eso, un mareo más grande.

La duquesa de Slytherin.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora