Comes back. / #2

(18)

Martinez Moll's G.

Alexander Moll's G

Bruno Moll's L.

Adress Moll's P.

Phill Moll's W.

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Dinastía extensa, apellido renombrado por las generaciones y si todos son sinceros de ninguna buena fama, Alexander y Martinez eran sucesores luego de Andrecco Moll's, un fastidioso empresario para el cual realmente nadie deseaba trabajar y sacó una empresa de fachada a flote pesé a que su esposa no lo permitía por conservar cosechas y semblantes, cosa que jamás abandonaron hasta la fecha, como se dijo, empresa fachada.

Martinez se hizo cargo al morir su padre al ser su sucesor primero, a los seis años lo sacaron por tratos indebidos con el nombre de la empresa. Su rencor acumulado podría ser letal por eso siempre monitoreaban todo.

Alexander era el siguiente en la lista, padre de Bruno, padre del cual no tenía buenos recuerdos ni siquiera lo recordaba en su infancia por esa empresa, se mantuvo casi treinta años hasta que su hijo tomo el lugar formando un maldito desastre automatizado, cambio de oficinas y un extraño sector infantil que no entraba a lugar.

<<Dinastía, puta mierda>>

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Reuniones extra temporales, poco frecuentes pero ya que todos estaban dentro de la misma ciudad era totalmente necesaria, discutir un rato entre familia no va demás.

-¿Phill será tu heredero?- frunce el ceño indeciso.

-Claro-

-Pero Josefa es la primogénita- Adress interviene frunciendo el ceño

-Me da igual, tú deberías ser el siguiente en caso de todo pero no puedes, aunque no seas primogénito, tu único problema es el cáncer- gira los ojos

-No le puedes negar derechos por solo ser mujer, es mi nieta y no te lo permito- su padre frunce el ceño

-No es eso, mierda, esa niña puede tener el mundo pero no tiene el carácter, Phill nació con él y siempre supe que seria el correcto- alza la ceja harto.

-Hablaremos esto en algunos años- Adress termina de hablar y termina por salir harto, y Bruno se queda quieto frente a su padre quien dejó de joderse la vida hace años.

Ambos se observan, no eran el tipo de padre e hijo que se contaban sus problemas mutuamente, así que poco les quedaba por hablar.

-Casi golpeo a Sam hace un par de días- rompe el hielo suspirando

-¿Qué? ¿Qué clase de mierda cree?- frunce el ceño

-No lo hice, quizá solo le deje marcas pero no la golpee, no lo haría- hace una mueca de desagrado -Estaba borracho, molesto y herido- cierra los ojos -Y está embarazada-

-¿Embarazada?- su rostro se desfigura

-Trece semanas- frunce el ceño abriendo los ojos

-¿Niño o niña?- Alza la mirada

-Ni puta idea, no he ido a ultrasonidos, no quiero ilusionarme demás- suspira

-Quizá deberías apoyarla- toma su hombro -Es un proceso difícil, tienes dos hijos deberías saber lo complicado que es- ladea su mirada -es una buena chica, no la deje ir por su cobardía, señor-