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El timbre había Estado sonando en repetidas ocasiones durante los últimos diez minutos y se preguntarán ¿Por que nadie atiende?  Y la respuesta es sencilla, les da ladiya.

Rusia había salido con su veneco a hacer las compras y habían dejado a sus hijos en la casa, los rusos decidieron ignorar la existencia de los venecos–a excepción de Moscú y San Petersburgo quienes sentian curiosidad por los latinos–dejando a los estados venezolanos solo en la sala, viendo Netflix.

—¿Es que no se cansan?—se cuestionó Táchira.

—Ve a abrir, Miranda—ordenó Amazonas.

—¿Por que?—pregunto con fastidio el menor.

—Por que yo lo digo.

Cansado de la situación San Petersburgo se levantó de su asiento junto a Miranda y fue a atender la puerta.

—Hallo, St. Petersburg, ist dein Daddy da?

El euroasiático se mantuvo un buen rato en silencio, sabía que era una falta de respeto a su visita pero no podía evitar alternar la mirada entre el y los venezolanos.

—Святой Петр, кто это?—pregunto Miranda acercándose a la puerta, mientras Táchira lo seguía.

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—Llegamos—anuncio Venezuela con una pequeña sonrisa entrando a la casa cargando una bolsa de mercado.

Sin embargo su ánimo no se mantuvo durante mucho tiempo.

—No le daré vueltas al asunto, quiero una prueba de paternidad y en caso de que salga positivo la custodia de los niños—reclamo Alemania.

—¡Que no soy tu hijo!—exclamó Miranda mientras San Petersburgo intentaba calmarlo en base a caricias en la espalda.

—He vivido una mentira—susurro Táchira quien se encontraba recostado en las piernas de Caracas.

—¿¡Te acostarte con Alemania!?—pregunto Rusia, indignado.

—¡NO!

problemas
intrafamiliares
is coming in

˗ˏˋ 𝙋𝙪𝙧𝙚, 𝙙𝙖𝙩𝙚 𝙘𝙪𝙚𝙣𝙩𝙖┆𝘙𝘶𝘴𝘝𝘦𝘯𝘦 ˊ˗̖Donde viven las historias. Descúbrelo ahora