˗ˏˋ 𝙋𝙪𝙧𝙚, 𝙙𝙖𝙩𝙚 𝙘𝙪𝙚𝙣𝙩𝙖┆𝘙𝘶𝘴𝘝𝘦𝘯𝘦 ˊ˗̖

•O15•

— Quiubo pues ¿terminaste con esas maletas?—pregunto Caracas entrando al cuarto que compartía con Miranda.

Miranda suspiro ignorando la pregunta del caraqueño, era la cuarta vez que preguntaba lo mismo y ya estaba perdiendo la poca paciencia que tenía.

—Mira en lugar de preguntar pendejadas, ven y siéntate arriba de la maleta, no la puedo cerrar.

Caracas hizo caso y se sentó sobre el equipaje y ayudó a su hermano a cerrarlo. Luego de meter en los bolsillos otras cosas pequeñas como cepillos de dientes y cremas salieron de la habitación y fueron a ver si ya Amazonas tenía todo listo.

—Separece maricos, no quiero traumas hoy—grito Caracas entrando al cuarto.

Amazonas gruño tan pronto como escucho la voz del caraqueño, pero sin soltar la cintura de Bolívar que sin tomarle importancia a la presencia de sus hermanos continuo mimando a su novio.

—No quiero ir—se quejó Amazonas mientras se aferraba al más alto.

—Nadie quiere ir a conocer a los hijos de Rusia, haz fila—Miranda se sentó sobre la cama de Bolívar y abrazo uno de sus peluches—. Oigan ¿saben si Nueva Esparta esta lista? Nos vamos en media horas.

—Tengo entendido que aún no sale del cuarto y que hace dos días esta haciendo huelga de hambre—explicó Bolívar.

Luego de unos segundos escucharon gritos y cantaleta en el primer piso y como las viejas chismosas que son bajaron a ver que sucedía, Caracas fue el primero en asomarse y lo que encontró fue una Nueva Esparta siendo arrastrada fuera de su cuarto por Carabobo.

—¡Sueltame!

Caracas río e invitó a sus hermanos a asomarse para que vieran lo que sucedía.

—¿Cual es la guachafita pues?—pregunto Venezuela entrando a escena.

—El vuelo sale en una hora y ella lo único que hace es fumar y beber—dijo Carabobo.

—A ver vampirin, hágase pa' ya.

Venezuela obligó a a Carabobo a soltar a su hermana y luego la llevó de vuelta al cuarto y se encerró allí.

Los demás solo se limitaron a rezarle a la Virgen por su hermana, por que nada bueno pasa si Venezuela se encierra en un cuarto con cualquiera de sus hijos.

—Le va a quitar la depresión a punta de correazos.

—Amén.

la igual que
nueva esparta
me declaró en
depresión, bye.