One-shot /Escenarios Kimetsu no Yaiba ·En Edición·

🔥 Rengoku Kyojuro 🔥

Este es un pedido de valery-8 espero que te guste uwu

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Ya hace dos años los demonios habían dejado de interferir en la paz de la noche, mismo tiempo de vida tenía su hijo Yasu, nombre que significa paz justamente, y actualmente esperaban otro bebé junto a tu ahora marido Kyojuro.

Llevabas pocos meses así que podías seguir haciendo ciertas cosas antes de que los Rengoku no te dejen siquiera lavar los platos, tal y como pasó con el primer embarazo, tiempo que fue entre cómico y algo frustrante para tí y tu cambio de humor producto del embarazo, después de hablarlo directamente con tu esposo, lograron llegar a un acuerdo, siendo que empezando tú séptimo mes las tareas para tí disminuirían.

Senjuro se encontraba jugando con su pequeño sobrino, mientras que tú pareja se estaba contigo sentados en el amplio patio que tenía la finca del rubio, apenas se casaron te pidió vivir con él, argumentando que así no estarías del todo sola, refiriéndose a su familia, además que no veía la hora de poder compartir habitación contigo, se trató de colar semanas antes de su matrimonio para dormir contigo pero Shinobu lo atrapó en el acto (ella estaba de visita y al salir lo vió) por lo que no tuvo de otra más que esperar hasta el ansiado día de la boda.

Cuando se enteró de tu primer embarazo te abrazó inmediatamente, en su cabeza agradecía a los dioses por dejarle tener una familia que por fin no tuviera que lidiar con los demonios, sería la primera generación después de tanto tiempo, en voz alta no paraba de repetir lo agradecido que estaba.

Tras el nacimiento de tu primer hijo, no te sorprendiste al ver que era igual a su padre, por otro lado Kyojuro se veía algo desilusionado al ver que no tenía nada tuyo, pero eso no evitó que se emocionara de más y llorara de alegría mientras te besaba la frente y los labios y sostenía delicadamente a su hijo.
Era gracioso ver una versión en miniatura de tu esposo, el niño lo seguía a todas partes y lo imitaba en casi todo, dos gotas de agua, incluso Senjuro se entretenía discretamente viéndolos a ambos, le recordaba a un pato con sus crías siguiéndole.

Al enterarse del segundo embarazo, Kyojuro casi saltó de la emoción alzando en brazos a Yasu y besándote apasionadamente.
– Ehhh! Mamá mía!– inmediatamente su hijo se puso en medio tratando de alejar a su papá, quién a modo de broma siguió besándote, solo lo veías con una cara divertida, no pedías nada más en esta vida.

Tras ser cazador, además de con el puesto de pilar, Rengoku contaba con varias cicatrices, no tantas como Sanemi, pero sí llevaba algunas cuantas, cosa que al niño le parecía entretenido a la hora del baño, la marca que más llamaba su atención era una grande del abdomen, según su papá, era resultado de una batalla contra un demonio muy fuerte, del cuál gracias a la madre de Yasu, logró salir con vida.

Al pequeño le parecía fascinantes las historias que le contaban sus padres, demonios que lastimaban personas y que, gracias a ellos y sus compañeros, lograron eliminarlos.
– Yo podré ser como ustedes papá?– el niño asomaba su cabecita para ver a Kyojuro, quién le dió una de sus sonrisas.
– Serás mejor que nosotros hijo, no es necesario que hayan demonios para demostrarlo, la llama de tu corazón se extiende y crecerá, protegerá a las personas débiles y las hará fuertes.– había recordado la charla que varios años atrás, su mamá le había dado, agradecía de corazón sus palabras de pequeño.

Aún si Yasu no terminaba de entender las palabras de su padre, de alguna manera se sintió inspirado, pronto encontraría significado a la frase. Igual manera, aunque los demonios ya no estaban, Rengoku seguía entrenando, ahora más para mantenerse en forma y tratar de que las enseñanzas no se perdieran, así que sin dudarlo, decidió, obviamente con tu consentimiento, que a la edad de seis años, su hijo empezaría a entrenar, no tanto como él mismo lo llegó a hacer, pero sí lo suficiente para transmitir esas enseñanzas a la siguiente generación de su familia.