One-shot /Escenarios Kimetsu no Yaiba ·En Edición·

🔥 Rengoku Kyojuro 🔥

Este pedido es de: MaxineHenderson0

Lamento la tardanza, es pero te guste el resultado ❤️

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Sí algo puede confirmar, es que desde ese día, no es el mismo, los demás lo notaron, antes su sonrisa transmitía seguridad, alegría, tranquilidad, pero ahora era diferente, aún si a simple vista, se veía como siempre, sus cercanos sabían que algo no estaba bien, desde que llegó aquella noticia.

No supo cuándo, cómo ni dónde, solo supo que estaba enamorado de tí.
Tu aroma lo volvía loco, amaba la fragancia que dejabas a tu paso.
Amaba tus ojos, tan profundos, cualquiera que tuviera contacto visual con ella, sentiría que le está observando hasta sus peores secretos, pero él veía una luz en lo profundo de aquel color de iris que se volvió su favorito.

Amaba todo de tí, tu forma de ser, carácter fuerte y a la vez calmado, eras como una llovizna, leve pero que arrasaba con todo a su paso.

Lamentablemente sus compañeros pilares no te veían de la misma forma.
A algunos les resultabas intimidante, demasiado, otros te veian como alguien muy orgullosa y terca, y los demás preferían mantener su distancia, el único que realmente amaba todo eso era el pilar de la flama.

Sus cercanos le repetían varias veces que viera por alguien "mejor", que no fuera tan complicada, pero él siempre contestaba, tan enérgico como siempre, que no retiraría sus sentimientos, y que esperaría al momento adecuado para ser más cercano a tí, fuese como fuese.

– Pero ella es muy distante, cortante, como Tomioka pero peor.– Mencionó el gran pilar del sonido, hablando con su amigo sobre el tema.– Sabes que te puedo llevar a conocer a otras mujeres cuando quieras ¿No?
El rubio sonrió y negó diciendo.– Ella es diferente a las demás, y eso me gusta, no me importa lo que digas, y rechazo tu oferta, gracias.– Siguieron caminando tranquilamente, sabía que tras la personalidad de una persona, había un por qué, nadie nacía siendo como es.

Tuvo oportunidad de compartir misiones contigo, trataba de sacar plática de donde fuese, sabía identificar cuándo era un buen momento para hablar y cuando no, tu nivel de concentración era tal que en la pelea, se limitaba a hacer los movimientos que él debía hacer sabiendo que tú te adaptatarías a estos, te admiraba por tus grandes habilidades, y deseaba aprender de ellas.

Aprendió a ser observador, la verdad es que sus compañeros tenían razón en ciertas partes, eras algo complicada, por tanto difícil de entender, pero nada sería imposible para él tratándose de tí, y aprendería de tus gustos, disgustos, pasatiempos, todo.

Había que decir que cuando se enteraba que alguno de sus cercanos tuvo misión contigo, iba a interrogarlo, pedía detalles, aunque los comentarios no siempre fueran favorecedores.
– ¿Cómo pudo decir eso?– Se quejaba el albino.– ¡Yo soy un Dios, el Dios de las festividades, de la extravagancia! Esa chiquilla no me respeta, el día que, como ella dice, "Me falte extravagancia" ese día los cerdos volarán.– Siguió caminando con su amigo rubio, que escuchaba atentamente la experiencia del mayor después de una de sus misiones contigo, y antes que pudieran seguir hablando, el chico jabalí salió de la nada de una de las copas de los árboles para aterrizar casi frente a ellos.– .....eso no cuenta.