Capítulo 34 - Sorry

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Estático era poco.

Austin al escuchar mis palabras se quedó totalmente inmóvil, analizando la magnitud de lo que dije.

-Definitivamente eso no lo esperaba-.

-Obviamente yo tampoco Austin-. Suspire.

-¿Y qué piensas de ello?-.

-No lo sé, son bastantes sentimientos frustrados-.

-Aún lo amas-. Afirmo.

Sus palabras me provocaron escalofríos, no iba a admitirlo enfrente de él, eso me convertiría en una total perra, pero admito y estoy totalmente segura de que Kellin ya no es el único en mi corazón.

-¿Qué? Austin... Es complicado-.

-Ash eres demasiado fácil de leer, te vi llorando por el ¿Recuerdas? Si no te importara ya no llorarías con tanto sentimiento-.

-Tienes razón, duele. Pero precisamente por eso jamás olvidaré su traición y el daño que me hizo, nada me garantiza que no lo volverá a hacer-.

-¿Has hablado con él?-.

-Sólo una vez-.

Al decir eso un silencio incómodo llenó el ambiente a nuestro alrededor.

-Austin... No tienes por qué preocuparte ¿Sabes algo? Soy una persona demasiado rencorosa y no olvido las cosas fácilmente-.

-Pues eres mujer ¿Que esperabas?-. Bromeo.

-¡Oye!-. Dije golpeando su brazo, haciendo que su sonrisa de millón de dólares apareciera de nuevo en su rostro.

-Te quiero Austin-.Me acerque un poco más a él para poder acariciar su rostro.

-Y yo a ti hermosa, no sabes cuánto-.

Elimino la corta distancia entre nosotros para poder acariciar mis labios con los suyos, uniéndonos en un dulce, cálido y tierno beso. Este fue diferente a todos los anteriores, desato en mí un sentimiento viejo y olvidado, era indescriptiblemente hermoso e hizo que mi corazón latiera con fuerza.

Amor. Ese estúpido sentimiento era amor.

Definitivamente lo amaba, su dulzura y rebeldía habían entrado de lleno en mi roto corazón.

Pero ahora todo se complicaba un poco más ¿Es que acaso se puede amar a más de una persona a la vez?

Me despedí a regañadientes de Austin en el umbral de la puerta de mi casa, el comenzó a caminar mientras yo lo observaba perdiéndose entre las calles con dirección al bar. El tonto había mandado a arreglar su auto y se rehusó a aceptar que le prestará el mío ya que según el Alan pasaría por él.

-Lo amo- dije sonriendo como estúpida mientras me tiraba en el sillón.

Estaba a punto de quedarme dormida cuando el sonido del timbre me despertó ¿A quién mierda se le ocurre molestar a esta hora?

Fui hacia la puerta aún con los ojos cerrados, lo cual fue pésima idea ya que tropecé con todo a mi paso. Al abrir la puerta la personita que estaba ahí hizo que despertara de golpe.

-Ke... ¡Kellin! ¿Qué diablos haces aquí?-. Tartamudee.

-Obviamente vine a verte-. Sonrió al puro estilo Quinn -¿Me dejarás pasar?-.

- Ammm Si... Entra-. Dije mientras torpemente me apartaba para dejarlo entrar. -¿Cuánto tiempo te quedarás?-. Dije mientras regresaba al sillón.

-¿En tu casa o en California?-. Cuestiono divertido.

-En... En las 2-.

-En tu casa hasta que me corras y en California aún no lo sé, gran parte de nuestros fans son de aquí así que hay muchos conciertos que dar-.

Bones Exposed.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora