Kate temía su regreso a casa aquella noche. Harry estaría enfadado, y aunque ella sabía que sus sospechas eran perfectamente justificadas en esas circunstancias, no podía decírselo.
Porque él negaría cualquier acusación que le hiciera, o podría reconocerlo todo y dejarla. Ir al lado de la otra mujer. Y eso era lo último que quería que sucediera.
«Quiero recuperar mi matrimonio», pensó con fiereza. «No voy a dejar que se rompa por un desliz estúpido de Harry. Siempre que sólo sea eso, por supuesto», corrigió con una mueca. «Por lo que sé, podría ser la gran pasión de su vida».
—¿Has tenido una comida grata? ¿Es un restaurante al que podemos recurrir? —preguntó Louie al entrar para recoger una carpeta.
—La comida era buena, pero no me pareció que tuviera un gran ambiente —repuso, conteniendo un escalofrío.
—Hablando de comida, y como ninguna de las dos va a trabajar el sábado, me preguntaba si a Harry y a ti os gustaría venir a cenar. Es... es un banquete de despedida para Neil.
—¿Despedida? —Neil había sido una presencia constante en la vida de Louie durante los últimos tres meses.
—Ha aceptado un contrato de dos años en Arabia Saudita. Es comprensible. Prefiere trabajar al aire libre que con un bolígrafo en la oficina.
—Pero, ¿a ti no te... importa? —Kate se mordió el labio.
—Ojalá me importara —respondió con sinceridad—. No fue hasta que me dijo que se iba que me di cuenta lo poco unidos que estábamos.
—¿Estás segura?
—Absolutamente —asintió—. Neil aún seguía obsesionado con su antigua novia.
—Oh, Lou, lo siento.
—No tienes por qué —sonó tensa—. Yo fui igual de fría... ya que seguía pensando en alguien a quien tampoco podía tener. Ambos nos usamos como pantalla de humo para ocultar lo que realmente deseábamos.
—No lo sabía —la miró.
—No era algo de lo que quisiera hablar —indicó con ironía—. Pero me he dado cuenta de que la vida es demasiado corta para esperar hasta que alguien decida si su matrimonio va a funcionar o no. No quiero conformarme con eso.
—Claro que no —Kate hizo una mueca—. Y estoy segura de que el sábado será perfecto. Lo consultaré con Harry, y te llamaré esta noche para confirmarlo —«siempre y cuando Harry vuelva a hablarme».
Al entrar en el piso lo encontró sentado de cara a las ventanas abiertas; leía, con una copa de vino sobre una mesita a su lado.
Desde la cocina llegaba un tentador aroma a tomate, ajo y especias, y a pesar de sus nervios y del estómago revuelto, apreció el olor.
—Huele bien —comentó con normalidad... al menos hasta que volviera a estallar la tormenta.
—He hecho unas albóndigas para acompañar la pasta —su tono sonó sosegado, incluso amigable. Su rostro no reveló nada.
Aunque jamás lo hacía. Kate recordó el comentario de un antiguo compañero suyo de la bolsa al hablar sobre la cara de póquer de Harry. «Es lo que hace que sea tan buen jugador». Pero en esa ocasión jugaba con su matrimonio... con su futuro juntos.
—Pensé que te vendría bien algo de alimento sólido —añadió él—. No comiste mucho en el almuerzo.
—No es de extrañar, ¿verdad? —dijo ella tensa. Dejó la bolsa y el maletín y se situó justo frente a él—. Harry... es evidente que tienes algo que decir. ¿Por qué no acabamos de una vez? Soy mayorcita, puedo encajarlo.

ESTÁS LEYENDO
Bajo Sospecha - Harry Styles
Romance«Tu marido ama a otra mujer». La nota la firmaba ''Un amigo'', pero ningún amigo haría eso. ¿Sería verdad? ¿El matrimonio de Kate Styles se estaba desmoronando? Aún amaba a su marido, Harry, aún la excitaba su contacto, pero, ¿cuándo fue la última...