Despertó y nada le indicó que era más tarde que de costumbre. Pero un vistazo al reloj se lo confirmó.
—Oh, Dios —hizo a un lado las sábanas y recogió la bata. Se lanzó escaleras abajo.
Harry se encontraba de pie ante una de las ventanas del salón con una taza de café en la mano. Se volvió al oírla.
—¿Cuál es la prisa?
—Llego muy tarde —repuso de camino a la cocina—. No escuché el
despertador.
—Yo lo desconecté —la siguió y la observó mientras ponía la tetera al fuego e introducía una bolsita de té en una taza y comenzaba a cortar unas rodajas de limón—. Deja que yo lo haga —avanzó y le quitó el cuchillo de la mano.
—¿Por qué?
—Porque tú aún estás medio dormida, y no quiero que te cortes los dedos en vez del limón —hizo una mueca irónica—. Además, si manchas todo de sangre estropearías los muebles de la cocina.
—No me refería a eso —dijo con impaciencia—. ¿Por qué desconectaste mi despertador?
—Me pareció que necesitabas dormir —Harry añadió la rodaja de limón a la taza y vertió el agua hirviendo—. Y como ayer vomitaste, pensé que hoy quizá te tomaras el día libre.
—¿Crees que debería hacerlo?
—Yo diría que es una decisión que debes tomar tú —la miró—. Tú sabes cómo te sientes.
—Hmmm —jugó con la cucharilla y lo miró de reojo—. ¿No prefieres tener el piso para ti solo cuando trabajas?
—Yo no voy a estar —tiró la bolsita de té y le pasó la taza aromática.
—Comprendo —bebió un sorbo con cautela—. ¿Tienes programado algo interesante? —no era fácil sonar indiferente, cuando lo que quería era tirarlo al suelo y sacarle la verdad con cigarrillos encendidos.
—Un poco de todo —lavó su taza vacía—. Al mediodía voy a almorzar con mi editor.
—Oh —Kate se relajó un poco. Con Joe Hartley no iba a descarriarse demasiado; era su editor desde que Harry se vinculó a Chatsworth Blair. Joe era un hombre relajado, divertido y de ingenio afilado, con una esposa a la que adoraba. Harry no encontraría simpatía en él—. Estupendo —continuó con auténtico afecto—. ¿Cómo está Joe?
—Bien —dijo después de un silencio.
A Kate le pareció detectar un deje extraño en su voz y lo observó, pero parecía tranquilo.
—Ya sé —prosiguió—. Hoy al mediodía no tengo nada especial. ¿Por qué no me reúno con vosotros? Hace siglos que no veo a Joe.
—En esta ocasión no, cariño —repuso con amabilidad—. Es un almuerzo de trabajo. Voy a entregar el primer borrador del nuevo libro, y hablaremos de ello. Ya sabes lo mucho que te aburren las charlas literarias.
—No es verdad —protestó—. Me interesa mucho tu trabajo.
—Sí, cuando se trata de ir a firmar libros a Harrods —su sonrisa mitigó sus palabras—. Pero no te fascinan demasiado los misteriosos procesos que trasladan las palabras a la página. Reconócelo.
—Es posible —asintió despacio—. Pero ello se debe a que las palabras te alejan de mí —no era lo que había pretendido decir.
—Estoy aquí, Kate —su voz sonó suave y extrañamente intensa—. Siempre he estado aquí. Escribir es un oficio solitario. Eres tú quien se va a trabajar, quien conoce a gente, quien cierra tratos.
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Bajo Sospecha - Harry Styles
Romance«Tu marido ama a otra mujer». La nota la firmaba ''Un amigo'', pero ningún amigo haría eso. ¿Sería verdad? ¿El matrimonio de Kate Styles se estaba desmoronando? Aún amaba a su marido, Harry, aún la excitaba su contacto, pero, ¿cuándo fue la última...