Kate despertó poco a poco, estirándose como un gato mientras somnolienta absorbía la sensación de total bienestar que la invadía.
Con los ojos cerrados ante la luz que penetraba en la habitación, dejó que su mente vagara de vuelta a lo sucedido la noche anterior, sonriendo con alegres reminiscencias.
Hacer el amor con Harry siempre había sido bueno, pero últimamente quizá se había vuelto demasiado doméstico. Aunque lo de la noche anterior había cambiado todo... había abierto una nueva dimensión.
Podrían haber sido desconocidos que se encontraban por primera vez, buscando los secretos más íntimos del otro con inusitada ansia, utilizando el placer mutuo para elevarse a cumbres insospechadas.
En ocasiones, su capacidad para incitar al igual que responder le había asustado. Harry había mostrado un salvajismo próximo a la oscuridad, y alguna faceta escondida y desconocida en ella había salido a su encuentro.
Estiró la mano para tocarlo, pero...
Abrió los ojos y se sentó con la mirada clavada en el espacio vacío junto a ella.
Pero Harry no estaba. Y su decepción resultaba casi absurda.
Si no estaba... ¿a dónde había ido?
Durante un momento se quedó muy quieta, tratando de escuchar... incapaz de detectar la tranquilizadora ducha. Miró inquieta la almohada ahuecada de Harry y se preguntó si podría haber imaginado toda esa experiencia gloriosa y sensual.
Luego oyó inconfundibles sonidos de movimientos en la planta baja y se relajó.
Claro, se preparaba para su viaje. Después de todo, lo había oído hablar con el organizador, acordando que estaría en Yorkshire al mediodía.
Y también ella tendría que moverse a la velocidad de la luz si pensaba acompañarlo. Tenía pendientes unas vacaciones, y Louie podría mantener el fuerte unos días. Quizá así no recordara sus problemas.
«Sea como fuere, no volveré a perder a Harry de vista», pensó con decisión. «Nunca más».
Se puso una bata y bajó las escaleras. Se detuvo, mirando a su alrededor, sintiéndose extrañamente tímida. Quiso que Harry la abrazara y le enseñara con el contacto de su boca que la noche anterior no había sido un sueño, sino una dorada realidad.
En medio del salón tenía preparada su maleta de piel. La puerta de su despacho se veía entreabierta.
Kate avanzó en silencio y se asomó. Harry se hallaba ante su escritorio y guardaba unas carpetas en el maletín. Cuando la puerta crujió, alzó la vista con las cejas enarcadas.
—¿Te he despertado? Lo siento. Quería dejarte dormir —dijo con voz casi impersonal. No era el recibimiento que ella había esperado.
—Bueno, mis planes eran diferentes —miró su reloj—. ¿Cuánto tiempo puedes darme para avisarle a Louie y guardar algunas cosas en una maleta?
—¿Para qué quieres hacer eso? —preguntó tras una pausa y cerrar el maletín.
—Porque he decidido ir contigo... a la convención —rió y se echó el pelo hacia atrás—. No sé si Yorkshire habría sido mi elección ideal para una segunda luna de miel, pero aprovecharé al máximo lo que pueda ofrecer —estudió su rostro en busca de alguna señal de satisfacción por su parte—. ¿Algo va mal? ¿No te complace que quiera estar contigo?
—Me encanta —repuso con tono seco—. Por desgracia, no va a ser posible —esbozó un amago de sonrisa—. En otra ocasión, tal vez.
—Si no te conociera mejor, diría que me dejas a un lado —expresó despacio.

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Bajo Sospecha - Harry Styles
Romance«Tu marido ama a otra mujer». La nota la firmaba ''Un amigo'', pero ningún amigo haría eso. ¿Sería verdad? ¿El matrimonio de Kate Styles se estaba desmoronando? Aún amaba a su marido, Harry, aún la excitaba su contacto, pero, ¿cuándo fue la última...