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ESO ES TODO.


Hoseok estaba sobre su vacío escritorio sin poder ver nada ya que Namjoon le había vendado sus ojos con su corbata. Su pecho estaba contra la dura madera mientras sus manos estaban atadas en su espalda con su cinturón.

El menor no lucía temeroso o asustado, se notaba que estaba disfrutando el momento que Namjoon le estaba dando. –He vuelto- Hoseok agradece que no se haya demorado tanto. Hace unos minutos le dijo que debía traerá algo de su oficina por lo que salió. –¿Crees que deberíamos irnos a un hotel?

-No, así está bien. Solo quiero que te apresures- Hoseok lucía ansioso y Namjoon sonrió feliz.

-Mantén la calma- Namjoon se movió hasta estar detrás de Hoseok mientras ponía bastante lubricante en sus dedos. Escuchó gemir a Hoseok cuando empezó a hundirlos suavemente. Se notaba que Hoseok ni siquiera había jugado con su parte trasera una sola vez. Estaba muy apretado y sería un poco difícil si no estaba bien preparado.

El mayor empezó a mover sus dedos mientras con su zurda tomaba un puñado de cabello de Hoseok. Con un poco de fuerza haló la cabeza hacia atrás y le sacó un gran gemido que le puso más duro.

-No te asustes por esto- Namjoon sacó sus dedos y tomó el dildo que trajo de su oficina y lo empapó de lubricante. –Dime si duele o quieres que me detenga.

Hoseok no dijo nada porque no podía formular bien las oraciones, solo asintió a lo dicho y esperó al movimiento que Namjoon iba a hacer. El mayor llevó en objeto a la entrada del menor y fue empujándolo. No se detuvo ante el respingo que dio Hoseok y siguió hundiendo el consolidar.

Escuchaba los gemidos de Hoseok y le gustó el verlo retorcerse ante la intromisión de aquel juguete. Unos cinco centímetros quedaban todavía afuera y con una malévola sonrisa los hundió con fuerza y de una sola embestida.

Amó el grito que Hoseok dejó salir. –No calles tus gemidos. Puedes gritar, rogar y gemir sin problema. Amo cuando son demostrativos.

-Lo que entró no es tu pene, ¿cierto?- su voz estaba agitada y su cuerpo temblaba sobre aquel escritorio.

-Claro que no. Este es un dildo de pequeño tamaño. Debiste sentirlo frío. Un pene de verdad está caliente y el mío es más grande que este juguete.

Namjoon empezó a masajear las nalgas de Hoseok ganándose dulces gemidos. Se recostó sobre su delgada espalda y llevó su boca a su hombro derecho. Allí dejó una mordida y luego comenzó a descender mientras chupaba y dejaba besos húmedos por su espalda. Sus manos se deslizaron por sus muslos y dentro de ellos.

Hoseok se retorcía y soltaba gemidos ante los toques de Namjoon. Sabía que al estar vendado los ojos sus otros sentidos se harían más sensibles, ya que lo leyó en el libro que escribió Namjoon, pero jamás pensó que sería tan vívido.

Su saliva caía sobre la madera ya que no podía cerrarla porque los gemidos ya no podían ser controlados. Estaba temblando y no por el frío, era la primera vez que alguien le tocaba y jamás pensó que sería tan intenso. Estaba amando todo, pero aun así quería más y no dudó en decirlo.

-Más. Quiero más- Namjoon detuvo todo movimiento. Miró lo que había hecho del cuerpo de Hoseok y lo amó todo. Su espalda llena de marcas de dientes y su trasero y muslos con marcas de sus dedos. Pensó en hacer algo más, pero recordó que Hoseok era muy inexperto y no quería asustarlo.

-¿Qué quieres?- Namjoon cubrió la espalda de Hoseok con su cuerpo y llevó su boca a la oreja del menor. -¿Quieres esto?- Namjoon empujó su erección contra el trasero de Hoseok con fuerza y obtuvo un sollozo de respuesta.

El dildo se había hundido más y había ido tocando varios puntos muy sensibles. Namjoon llevó su diestra a la base del juguete y empezó a sacarlo dejando la punta dentro. Fue deslizando su lengua por la curvatura de su cuello y empujó el dildo con fuerza. Otro dulce gemido salió de la boquita de Hoseok.

Empezó a repetir lo que hizo una y otra vez, pero de vez en cuando movía el juguete en círculos o lo empujaba rudamente. Hoseok tenía su cabeza sobre el escritorio hasta que Namjoon con su mano libre lo atrajo hasta su pecho sin dejar de empujar el dildo ni por un segundo.

Sentía el cuerpo de Hoseok temblar, retorcerse y mojarse por el sudor. La mano en el pecho de Hoseok fue deslizándose hacia su quijada y Namjoon metió dos dedos en la húmeda y caliente boca del menor. Empezó a jugar con su lengua mientras sacaba aquel juguete de la entrada de Hoseok y lo dejaba sobre el escritorio.

Los gemidos se calaron un poco, pero Namjoon no iba a parar ahí. Desató su pantalón y bajó su ropa interior dejando su pene ya erecto libre. Sacó sus dedos de la boca de Hoseok y empujó suavemente su cabeza contra el escritorio. Ahora él iba a follarlo hasta hacerlo llorar y pedir que se detuviera.

Namjoon vio las enrojecidas manos de Hoseok y decidió desatar el cinturón. Acarició las muñecas un poco lastimadas y luego el menor las llevó al borde del escritorio. Nam no esperó más y empezó a hundir su erección en la ya abierta entrada de Hoseok.

Y aunque había metido aquel juguete no dejaba se estar apretada. Los gemidos y sollozos volvieron en ese momento pero aun así Hoseok no le pidió en ningún momento que se detuviera. Namjoon amó aquello, eso demostraba lo bien que lo estaba disfrutando.

Se hundió lentamente ya que quería disfrutar aquella magnífica sensación de ser envuelto por el calor y la humedad del culo de Hoseok. Su mano derecha fue hacia la delgada cintura del menor y la izquierda a su blanquecino cuello.

Ahora comienza el verdadero sexo. Namjoon se deslizó fuera y se hundió con fuerza hasta el fondo haciendo que sus pieles chocaran y produjeran un gran sonido. En aquel momento Hoseok supo que iba a terminar llorando y rogando por que se detuviera tiempo después. Se dio cuenta que iba tener sexo rudo y que iba a terminar con la garganta y el culo adolorido.

HÍMERO [NAMSEOK]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora