Capítulo 7

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Asami entró a su estudio, y allí vio aquella larga cabellera de espaldas, atado con una coleta.

-¿Que te trae por aquí?-Preguntó, encendiendo un cigarro sobre sus labios, mientras caminaba en dirección a su asiento para quedar frente a él.
-Vaya, que raro es verte tan informal.-Rió serenamente mientras cruzaba una pierna.
-Pues, te has tomado el atrevimiento de venir a mi casa.-Frunció los hombros.
-Te busqué en Sion, pero me dijeron que trabajarías unos días desde aquí... Al parecer haz encontrado a Takaba.
-¿Que quieres?-Su mirada ahora era intensa y fría.
-Como te cambia el tono de voz...-Sonrió gustoso.
-Parece no haberte quedado claro hasta donde soy capaz de llegar si alguien vuelve a hacerle daño.-Respondió soltando el humo en su cara.
-Vamos, Asami. ¿En serio piensas que vine hasta aquí sólo por él? Yo no soy tú.-Negó.
-¿Y entonces qué es lo que buscas, Feilong?-Estaba haciéndole perder la paciencia.
-Hubieron unos movimientos extraños en una de mis rutas aquí... Creí que dijiste que podría hacerla tranquilamente mientras no interfiriera tus bienes...

Era cierto, luego del incidente de Hong Kong, Asami permitió que Feilong abriera una ruta en Tokio, que no tenía nada que ver con su mercancía, siempre y cuando no generara disturbios, ni pérdidas, ni muertes, no en su territorio.

-¿Y yo que tengo que ver?-Frunció el ceño.-Mira, aquí lo único que hago con tu ruta, es vigilarla. De tu mercancia no me interesa ni lo más mínimo, mucho menos de tus hombres o clientes.-Apagó la colilla en el cenicero.
-Asami, creo que estas discusiones tontas las deberíamos haber dejado atrás hace años. ¿Por qué crees que estaría aquí?
-Empieza desde el comienzo, y tal vez lograré comprenderte. Pero no, yo no tengo nada que ver en ningún movimiento extraño.
-El tipo que me ha estado causando problemas, ha venido aquí y tu has estado yendo a uno de sus edificios. ¿Qué tipo de relación tienes con él, si no es por mis rutas?
-Espera, ¿qué?-Lo miró incrédulo.
-¿Estás sordo o qué? Parece que haz visto un fantasma, ¿Qué te sucede?-Feilong lo miró extrañado, estaba actuando muy raro.
-Dime el nombre de ese maldito bastardo.-Dijo apretando los dientes, enderezando su espalda y cerrando los puños.
-Uzuki Natz...
-¡Lo sabía!-Golpeó con fuerzas el escritorio.-¡Maldición, yo lo sabía!
-¿Qué es lo que te pasa, loco?-Feilong empezaba a confundirse aún más.
-¡Ese maldito enfermo, es con quién ha estado Akihito estos 5 malditos meses!-Levantó la voz, estaba enojado.
-No me digas qué...
-Si Feilong, Akihito huyó de mi hace meses. Y conoció a éste imbecil, quién le ofreció uno de sus departamentos.
-¿Entonces has estado yendo a ver a Takaba?
-Sí... No... Bueno sí, algo así.
-¿Cómo algo así? Maldición, Asami, habla claro ya. Estás confundiéndome, ¿Estás metido con este topo, si o no? ¿O debo averiguarlo por mi maldita cuenta?
-No hagas nada, Feilong. No seas idiota. No estoy metido con nadie. No debo darte explicaciones.-Sus manos se movían de forma inquietante.
-Oh, claro que sí, por algo estoy aquí. Estoy cansado de los problemas contigo, de verdad quería que rondara la paz por un buen tiempo, pero contigo no se puede. Me descuido un año y me jodes la ruta que tu mismo me ofreciste.-Se levantó enfadado dándole la espalda sin saber que hacer, Asami estaba volviéndose loco.
-Tuve un hijo, Feilong.-Soltó sin más.
-¿Un qué?-Se volteó de manera siniestra.
-Sí.-Pasó su mano por su frente, suspirando.
-No bromees. ¿Tú? ¿Un niño? ¿Haz engañado a Takaba?-No podía creerlo.
-No, mi hijo es de Akihito también.-Lo miró seriamente.
-¿Co.... Oh.. ¿Es un doncel?-No salía de su asombro.
-Sí.-Asintió.
-¿Y cómo?-Volvió a tomar asiento.
-¿Quieres que te lo demuestre?-Levantó sus cejas.
-Imbecil, asqueroso. Me refiero a cuando, qué pasó.
-Pues el se fue de aquí sin ninguno de los dos saberlo. Para cuando lo encontré, estaba viviendo con este tal Uzuki, y mi hijo tenía una semana de nacido.
-¿Y eso cuando fue?
-Esta semana.
-Cuando estuviste frecuentando ese edificio de porquería...-Todo le cerraba.

La atmósfera se volvió silenciosa. Pero no incómoda. Asami tenía muchas cosas en su cabeza, se veía pensativo y enojado, mientras que Feilong estaba tratando aún de salir de su asombro.

Get you back: ¿Recuperarte? Donde viven las historias. Descúbrelo ahora