Capítulo 13

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-Estás recibiendome desde la puerta...
-Entre...-Pasó su brazo hacia atrás con cuidado de no tirar a Akihito, y ambos se corrieron dándole paso.

Asami hizo una pequeña reverencia y cerró la puerta.

-Veo que estabas durmiendo, ¿qué pasó con el trabajo?-Dejó el bolso de mano que traía, sobre el sillón y comenzó a despojarse de sus abrigos.
-Tomé un descanso por el fin de semana.-Estaba serio y un poco rígido. Sintió las manos temblorosas de Akihito agarrarse de la espalda de su remera.
-Veo que la paternidad te ha sentado un poco la cabeza, nunca había escuchado que este gran empresario se tomara descansos.-Entrecerró un poco sus ojos, llevándose un cigarro a la boca.
-No fume dentro, aquí vive mi hijo.
-¡Cierto!-Elevó sus brazos, acababa de recordar a qué había llegado.-¿No vas a presentarme a...?-Señaló el rostro escondido del rubio, mientras guardaba nuevamente el cigarro.
-El padre de mi hijo.-Se hizo a un lado obligando a Akihito a aparecer.
-A..ah.. Hola.-Achinó sus ojos sonrojandose, mostrando su mejor sonrisa nerviosa.-Mi nombre es Takaba Akihito...
-Takaba Akihito... Había oído de ti, mucho... Pero no sabía como te veías realmente.-Asintió observándolo.-Mucho gusto, mi nombre es Asami Anton.-Estiró su mano. Akihito la estrechó temblante.
-El gusto es mío, señor Anton Asami.-Luego de saludar, miró al mayor un poco confundido.
-Oyó sobre ti porque, si bien yo dejé de verle hace 18 años, él aún sigue espiándome.-Asami rodeó sus ojos, explicándole.
-Sigo siendo tu padre. Mi deber es cuidarte.
-Usted ya no tiene deber sobre mi, padre.-Su rostro estaba serio. No le agradaba del todo la visita de su padre.

Akihito lo miraba embobado. Era idéntico a Asami, un poco más flaco, un poco más bajo. Con los mismos trajes italianos, y el mismo peinado. Sólo que él tenía mechones grises mezclados con su cabello castaño oscuro, y algunas arruguitas debajo de sus ojos.

-¿Cuántos años tiene tu padre?-Susurró Akihito, mientras le ayudaba a preparar café en la cocina.
-Cumplirá 70 dentro de poco.
-¿Queeee qué?-Abrió sus ojos gigantes y volvió la vista a ese hombre mayor, quien ojeaba un periódico esperando el desayuno.
-¿Qué tiene de extraño?
-Asami, parece casi de tu edad. Si no fuese por sus canas y apenas arrugas, creería que fuese apenas mayor que tú.
-Deja de decir tonterías. Él ya es muy mayor.-Rodeó los ojos.-Y no sé que está haciendo aquí.
-Es muy apuesto.-Elevó sus cejas, sin dejar de observarlo.
-Oye, idiota.-Gruñó, dándole un manotazo en su hombro.
-¡Auch!-Se quejó.
-¿Qué clase de pensamientos estás teniendo con ese viejo? No te pases.-Volvió a gruñir.
-No te enfurezcas.-Rió nervioso.-Yo sólo decía.-Encogió sus hombros, y llevaron las cosas a la mesa ratonera de la sala.

Un café para cada uno, y una bandejas con medialunas de manteca que había pedido Akihito.

-Gracias.-Agradeció Anton recibiendo su taza.-¿Y bien... dónde está m....

Y de repende aquél tan conocido llanto desgarrador, con ese tono temblante, los hizo recordar...

-Lo invocó.-Dijo Asami, poniéndose de pie para ir al rescate de su hijo.

Al entrar a la habitación, lo divisó en medio de la enorme cama, movía sus manitos desesperado, mientras su rostro estaba rojo y arrugado, acompañando el llanto.

-Dome, aquí estoy.-Susurró levantandolo en brazos.-De seguro te sentiste solo, ¿verdad?-Lo acercó a su rostro y éste cesó su llanto, pero su carita mostraba una expresión angustiada, haciendo puchero con sus ojitos cerrados.-Ven, no llores, hay alguien que quiere conocerte.-Lo apoyó sobre su hombro, y peinó un poco su cabellito hacia el costado.

Al volver a la sala, su padre se puso de pie y Asami pudo ver en su rostro algo de miedo y ternura.

-Es muy pequeño.-Dijo con calma, viéndolo acercarse.

Get you back: ¿Recuperarte? Donde viven las historias. Descúbrelo ahora