Get you back: ¿Recuperarte?

Capítulo 19

El bolígrafo de mi libreta se ha vuelto mi mejor amigo en éste vuelo eterno. Me sudan las manos y no puedo dejar mi pierna quieta.
Me he estado cuestionando desde que embarque, si realmente esto era una buena idea. Pero el Dr. Tahashi no me da opción. La ansiedad y los nervios le hacen daño a mi tan herido corazón. Ojalá fuera solo una metáfora, pero mi corazón está mal. El último enfrentamiento lo lastimó, y su tercera parte ya no funciona. Hoy puedo decir que verdaderamente estoy viviendo al límite.

Mi hijo despertó sentimientos que estaban muertos en mi, y mis brazos ruegan por cargarlo y arrullarlo. Ya no hay lugar en mi cabeza para otra cosa que no sea él.

Él, y su cabello fino y sedoso, tapando sus orejitas y algo de su frente. Él, y sus cachetes redondos y diminutos esperando a ser mordidos. Él, y su pequeño cuello lleno de rollitos con sólo olor a leche y bebé. Sus manitos apretando fuerte mis dedos. Su llanto que solo se calma en mi pecho. Sus muecas al dormir.

Dome y... Todo él.

Mis ojos están empapados y no puedo creer el cambio que ha habido en mí.

¿Realmente puedo estar tan vulnerable?

Ya no puedo arrepentirme y pensar en todo lo que pensaba antes. En que si él no estuviera yo sería un poco más fuerte.

Porque él ya está.

Siento miedos que jamás sentí, esperanzas que jamás pensé. Me quita el aliento de una forma arrebatadora y ya no puedo pensar.

Y hoy siento todo mi ser derretirse ante él.

*-*-*-*-*-*-*-*

Akihito despertó un poco aturdido, estaba sudando por el calor de las mantas y el hogar que llameaba en alto. El fuego rugía y la habitación se sentía demasiado caliente.

Refregó un poco sus ojos y se estiró entre las sábanas intentando orientarse. A lo lejos se escuchaba el llanto de un bebé.
Estiró sus piernas, acomodó un poco su cabello y salió de la habitación con pantuflas en sus pies.

Llegó a las escaleras, y vio la silueta alta y esbelta. De espaldas a él, vestida de un traje totalmente impecable y negro que reconocía bien. El hombre levantaba en lo alto a su bebé que había dejado de llorar, y ahora sólo se quejaba. Apenas llegaba a oir suaves susurros instandole calma.

Las enormes manos bajaron al bebé hasta el rostro del hombre que aún no lograba ver con claridad.

Pero todo se enfocó cuando se movió hacia un costado, y observó, como acariciaba la carita de Dome con la punta de su nariz. Con los ojos cerrados y tanta paz.

Bajó tembloroso, sin hacer ruido y aterrado de que todo fuera un sueño. Paso por paso, aferrándose a la baranda de mármol.

Y todo se volvió real, y cobró sentido y color, cuando se aferró hundiendo la cara en la enorme espalda, abrazando al hombre por detrás y aspirando su aroma como si en cualquier momento fuera a desaparecer. Comenzó a sollozar y lo sintió desestabilizarse, y más fuerte se aferró.

El hombre se apoyó un poco hacia atrás, sobre él y él lo sostuvo con fuerza. Llorando aún más y sintiéndole tan suyo. Por fin lo tenía en sus brazos.

Vivo, en sus brazos.

-¡A..asa..Asami!-Gritó, desde lo profundo de su pecho, lleno de angustia.
-Shh, Akihito, todo está bien.-Susurró con calma, dándole el tiempo para descargarse.
-¡N..no lo está!-Se quejó, aún sin despegar el rostro de él.
-Claro que sí, puedes verme.-Intentó girar, pero no pudo.

Akihito abrió apenas sus ojos, todo se veía borroso, su pecho vibraba, sus dientes tiritaban y seguía sollozando sin parar.

-Ryuichi.-La voz calma de Maxim intentando no interrumpir, se sintió cerca.