mi primera y única flor - chaelisa

dejar ir

Lisa seguía con el cargo de conciencia persiguiéndola como un ente unido a ella, mientras que Rosé seguía confundida por todo lo que ocurría a su alrededor y no lo sabía, los días transcurrían y ellas parecían alejarse más, Lisa evitaba a toda costa a Rosé. Cuando pasaba por ella en su trabajo, le decían que ya se fue o que hará horas extras, todo para no ir con Rosé.

Sabía que si estaba en algún momento con ella soltaría todo lo que pasó incluso con detalles, no estaba lista para esto, no lo haría así, si bien ya tenía una decisión aún tenía que darse el momento.

En un momento de desesperación en su oficina ella no se dio cuenta cuando Lau entró, se llevó un buen susto.

- Solo vine a disculparme por estos días, me he portado muy inmadura... – y aquí vamos otra vez – no quería hacer esto, me iré a Tailandia mañana mismo.

No se como la convencería de quedarse, porque arruinar su paseo no lo haría, darles explicación a mis padres de lo sucedido, no lo haría ni pagada.

- Yo entiendo que te quieras ir, pero es un paseo organizado por mis padres, solo no hagas esto de nuevo

- No puedo dejar de hacerlo entiendes, esto me tiene mal, no me iré, tampoco me hago responsable de nada- ella lograba estresarme la verdad. 

primero me decía que lo sentía y luego que no se haría cargo de sus acciones.

Hubo un silencio incomodo en la pequeña habitación, mi vista viajaba por todo su ser con decepción y enojo y ella desviaba su vista a los papeles con  los que había estado pasando tiempo para no salir. Estaban para "ordenar" esa era mi excusa para no salir con Rosé esa noche, solo estaba pasando en tiempo con esos papeles.

El silencio mental que me rodeaba se rompió cuando Lau se sentó en mi regazo y me besó, si, lo hizo otra vez.

Rosé

Estaba yéndome y decidí que llevaría a Lisa a su casa y me dijeron que ella haría horas extras.

Me dirigía al auto cuando pensé en ir a comprar comida y llevársela, acompañarla a sus horas extra. Procedí a ir al restaurante y pedí comida para llevar y me dirigí a la agencia con toda la felicidad a flor de piel, todo por verla, por alguna razón la tensión incrementaba en mi a medida que me acercaba a su oficina, un presentimiento se apoderó de mí.

Abrí la puerta mis ojos se abrieron cual platos, no creía esto y fue como ver mi vida pasar por mis ojos.

Ellas me miraron con una expresión de susto, parecían haber visto al mismísimo diablo.

La que había visto el terror de su vida era yo.

Mis ojos se inundaron de lágrimas y no podía moverme, la escena pasaba por mi mente una y otra vez como una tortura, como miles de mariposas encerradas en mi mente.

- Rosé yo lo puedo explicar.

- ¿Qué...?

Corre

Hice caso a mi voz mental y salí corriendo y Lisa solo me siguió por todo el lugar.

Corre, corre, corre, CORRE. 

y eso hice, solo quería irme, yo hablaría con ella, pero hoy no, quiero pensar todo con cabeza fría.

Nunca pense pasar por esto.
Ardía y dolía, era como un tornado dentro de mi cabeza y yo solo quería llorar a gritos, el viento al correr golpeaba mi cara como cachetadas lanzadas por el mismísimo universo.
El amor de mi vida ¿ya no me amaba? ¡acaso hice algo mal!
Me quería morir...no, algo se murió dentro de mí.

Llegue al carro y me fui  a la velocidad que pude, no quería que al llegar a casa me viera.

Se me ocurrió que esta  noche la pasaría en un hotel con botellas de compañía, no queria llegar a casa y tener que hablar con ella o dar explicación a las demás.

Así pase la noche llorando con alcohol en mano y asumiendo que la próxima charla con Lisa sería la última, voy a dejar ir la mano que sostuve algún día y ahogaría mis penas esa noche para ser fuerte cuando el momento llegue, si es que podría llegar a serlo.