Amada mía

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"tu solo siendo tu, amada mía"

Lisa

Estaba a punto de viajar, todas los recuerdos pasaban por mi mente.
Desde nuestra adolescencia hasta nuestra adultez.
Mezclada de momentos dolorosos y felices- pero ninguno se igualaban a este - en fin, iba a ver a Rosé y sinceramente no esperaba la mejor reacción.
A alguien se le ocurrió que sería buena idea una fiesta de bienvenida, no era la mejor decisión pero a ver que pasaba.

Mi cabeza era literalmente un desastre durante el vuelo, no pude ni conciliar el sueño. A penas llegue me tiré a mi cama y dormí hasta el día siguiente.

Abrí los ojos y lo primero que oí fueron los platos de la cocina, como si alguien los removiera.
Tal vez mi chófer había querido comer, pero ella fue a otro lado, un río de miedo recorrió mi ser haciéndolo sonar.
Salí con cautela y en mi celular se marcaba el número de emergencia.
Al momento de descubrir quien era la persona me escondería y llamaría a la policía, avancé y logre visualizar la espalda de Jisoo; Respiré y sentí la paz.
Salí hacía la sala y ví otra persona esta vez un aire de timidez recorrió mi ser.

Era Jennie, la amiga de Jisoo y Rosé, ella me habló mucho de Jennie, ella había cuidado a Rosé como si de su  hermana se tratase, le debía agradecer eso, gracias a ellas dos Rosé no se dejó morir (al menos no tanto).

-hola dormilona, no avisaste cuando llegaste-  el saludo de la pelinegra hizo que Jennie saltará de su asiento y voltee a verme.
- hola

Jennie se puso de pie y me saludó alegremente, tenía un aura muy dulce, ahora entiendo como Rosé se lograba calmar.

- ¿chicas que hacen aquí?

-pues recibirte, hacerte el desayuno y llevarte a tu fiesta.

- fiesta...si - sinceramente el ánimo no me daba para una fiesta, todo esté tiempo todo era demasiado.

- sinceramente - interrumpió Jennie - No creo que haya sido bueno una fiesta de bienvenida.

Tenía razón, era una pésima idea y una pésima bienvenida, imagínate no saber que reacción tendrá tu ex amada al verte, y en público.
Era una idea muy estúpida viéndola de nuestro lado.

Paso el tiempo después de desayunar y se hizo hora de ir a la fiesta, trataba de ir lo más casual que podía, arreglar las cosas era el objetivo principal, pero poco a poco. Obvio no lo haría todo hoy.

Llegamos a la puerta, Jennie tomó la decisión de ir con Rosé, sería su apoyo si se salían de control las cosas.
Decidimos entrar y ahí estábamos los pocos amigos de trabajo que tenía, los demás ni idea de quiénes eran.

Saludé a todos y si, ahí estaba ella.
Nos quedamos viendo, era una tensión que se sentía entre las dos, Jennie agarraba el brazo de Rosé y la calmaba, pero Rosé parecía estar en blanco.
Algo me decía que trataba de controlarse para no llorar.

Vamos Rosé, por favor no llores, no en mi presencia...

Y ahí estaba mi chica valiente, me saludó incorporándose a la realidad y manteniendo la compostura, estuve tan orgullosa en ese segundo.

La fiesta continúo, y ya todos estaban tomados era temprano aún.
Con la esquina del ojo logré visualizar a Rosé saliendo, la seguí y estaba borracha.

Desde ahí supe que nada saldría bien.

Rosé me vio y corrió hacía mi, pareció darse cuenta de su carrera que se detuvo nerviosa.
Para mi sorpresa me abrazó.

-Bienvenida- susurró en mi oreja, ocasionando erizar mi piel.

Estuvimos abrazadas un rato, con la música de fondo. De verdad extrañaba esto, ese abrazo, el contacto de nuestros cuerpos envueltos de ese calor hacía que una nostalgia recorriera mi cuerpo y no quería separarme nunca.
La sentía más fría y pequeña, su cuerpo había perdido peso, su cabello todo desteñido y sin cuidado, Dios como quería que volviera a cuidarme, que vuelva a su escencia. Yo era una egoísta.

Se recostó en mi regazo y la cubrí con mi abrigo, antes de quedarse dormida en un hilo voz me dijo: "te extrañé"

La llevé hasta su apartamento y la deje en su cama, y sin darme cuenta yo me quedé en su sofá.

Rosé

Hoy no fuí nada fuerte tal y como había predicho, a penas la vi apareció un zumbido en mi oreja y me quedé totalmente ida.
Sentí que lloraría, pero me mantuve fuerte - claro eso no duraría mucho -
Tomé tanto inconscientemente que tan temprano estaba borracha y decidí salir, no contaba con que Lisa me siguió.
La abracé y le dí la bienvenida y le dije que la extrañé, genial, de ahí no recuerdo nada, tan solo eran 3 AM y yo estaba en mi cama Dios sabrá como.
Rosé estaba en el sofá, me acercó a ella y a observar como duerme, todo está oscuro pero por alguna razón ver su cara iluminó todo para mí.
Amada mía, mi flor.
Al fin la tenía de vuelta mi felicidad era grande y pensando en todo esto solté una risa.
Ella se había despertado, hicimos contacto visual y ahí nos quedamos un buen rato.
Quise acercarme y besarla pero ella me apartó...

- vete a dormir Rosé

- ¿Porque te apartas?

- porque no quiero que las cosas sean así, quiero arreglar todo despacio, quiero que superemos esto despacio.

Las palabras tan maduras me llegaron al alma, mi pequeña flor creció mucho sin mí, estaba orgullosa. Por otro lado yo me quedaba atrás.

- al menos ven a la cama Lisa, me sentiré mal si te quedas en el sofá.

Fuimos a la habitación y ahi nos dimos las espaldas.

Las dos chicas anhelaban tocarse o al menos rozar un poco de la otra, un abrazo no vendría mal.
Pero la rubia respetaba la decisión de la otra y durmió con la esperanza de que todo vendría para mejor.
Lisa simplemente en silencio confiaba en su decisión con la misma esperanza de que Rosé tendría una esperanza en su alma.

mi primera y única flor - chaelisaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora