Dolor, el dolor que nos hace sentir vivos y aveces nos hace desear estar muertos.
En mi caso estaba con la segunda opción, mi cuello dolía demasiado, me quede dormida en la ventana de mi habitación, sin manta , sin almohada.
Cuando desperté y quise levantarme, mi cuello dolió al intentar mirar al frente, tenía que tener la mirada hacia abajo para que el dolor fuera soportable.Días porque tarde siempre llegó. Eran las 6 de la mañana, suspiré al darme cuenta que hoy tampoco iba a desayunar.
Me adentre al baño y gire la llave para que el agua caliente empezará a caer, después de unos segundos abrí la fría para poder entrar en ella. Primero la me incliné para que el agua mojara mi cabello, unos segundos después me incorpore, aun no me quitaba la ropa.
Después de quitarme mi ropa entre al agua, me di un pequeño masaje en el cuello para poder alzar la cabeza y que el agua cayera directamente en mi cara, cuando mi cuello dio una punzada baje la cabeza, me dispuse a lavar mi cabello y después el resto de mi cuerpo.Por lo general olvidaba cosas simples como echarle sal a la comida o salir al super sin dinero, ahora tenía que agregar bañarme sin haber tomado una toalla. Salí a paso veloz dejando unos pequeños charcos de agua en el suelo.
Tomé la primera toalla que vi y seque mi cuerpo para después enrollar mi cabello en otra. Humecte y después coloque ropa interior para después mirar el closet e imaginarme conjuntos que podía armar con la ropa que tenía.
Me decidí por una falda gris y un saco del mismo color, con una blusa blanca por debajo, tomé unos tacones bajos y de maquillaje solo me hice un delineado sencillo negro y en el lagrimal puse iluminador, después coloque máscara de pestañas y un poco de corrector en mis ojeras y frente, un labial color rosa claro, mi cabello lo cepille y en la parte de enfrente solo hice una trenza, hasta formar una diadema con el.
Me coloque desodorante, perfume y me puse unos aretes de perla que en realidad eran de fantasía, una pulsera y tomé mi bolso verificando que llevaba lo necesario para el día.Llegue al trabajo 6:55 y Daniel llegó casi al minuto.
-Hoy madrugamos eh- llegó a mi lado y abrió la puerta - Las damas primero
Susurre un "gracias" suficientemente alto para que el escuchara.
- Y bien ¿Qué vamos a desayunar? Muero de hambre - puso una mano en su estómago y hizo una mueca
-No lo sé tal vez un café y ya-me encogi de hombros restándole importancia
No me malentiendan, amo comer pero estoy tan limitada en dinero que no me puedo dar el lujo de gastarlo así sin más, aparte de que si hay café puedo sobrevivir a pesar de que no me den un pan de dulce.
-¿Estas bromeando cierto? ¿Cuantos años tienes? ¿24? Necesitas comer- tomo mi muñeca entre tu mano - ¿que no ves lo delgada que estas? Te vas a romper
Solté una risita, si bien hace poco si había bajado un par de kilos no eran los suficientes para decir que estaba delgada, tenía el cuerpo tipo reloj de arena. Pero si bien mi cuerpo no estaba tan formado, esa ilusión era por la falda ajustada y la blusa que mantenía fajada la mayoría del tiempo.
-No seas dramático- dije entrando al elevador que para mi suerte se encontraba vacío.
-No soy dramático - al igual que yo entro y oprimio el botón que nos subiría hasta el piso en el que trabajamos
Al llegar deje mi bolso encima de mi escritorio y fui por el café que como todas las mañanas tenia que poner en la oficina del jefe.
- Clare Marcus llamó, dijo que desayunaria con su abuelo y padre, así que llegara a las 3 de la tarde para sus demás reuniones- mencionó Dani cuando salí de la oficina principal.
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El Mandon De Mi Jefe (Editando)
RomanceA todos nos han roto el corazón, de una u otra forma, pero en la mayoría de los casos esto no nos impide volver amar. Al principio asociamos a nuestro corazón roto con la mala suerte, mal juicio para escoger a las personas o incluso, la madurez de e...