Segunda Parte : Adversidad

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¿Qué hacía en su casa? Se preguntó la pelinegra ni bien distinguió al rubio. No entendía cómo se había colado sin su permiso y por qué su tío lo dejó subir a su habitación. ¿Es que ya no respetaba su intimidad? Su mirada dictaba todo lo contrario de una expresión feliz: estaba molesta con su entrometido comportamiento y odiaba a su tío por no preguntarle antes si estaba de acuerdo con su visita. Se cruzó de brazos y lo miró recelosa por su presencia:

—¿Qué quieres?

—Cuando te vi en la parada se te cayó algo.

—¿No pudiste esperar hasta que volviéramos a clases?

Él pareció pensarlo un poco.

—Tal vez, pero pensé que era importante para ti sabiendo lo que estás pasando.

Entonces le extendió una fotografía en la que se encontraba ella y Chouchou abrazadas. Era una foto que habían sacado en el shopping, en el set de fotografías instantáneas y que guardaba siempre con ella porque de verdad la apreciaba. Al ver la foto se la arrancó de sus manos sobresaltada y la enterró entre su pecho afligida. Le devolvió una mirada odiosa:

—¿Nadie te vio venir hacia aquí?

Esa pregunta lo descolocó un poco.

—Uhm, no. ¿Por qué? ¿Te preocupa que salgan rumores sobre nosotros?—le respondió pícaro. Ella rechistó.

—No me interesan los tipos como tú—Boruto se sintió rechazado.

—Auch.

—Será mejor que regreses a tu casa—le ordenó dándole la espalda.

Boruto hizo una mueca en desacuerdo. No le gustaba que fuera tan hostil cada vez que intentara cruzara una palabra con ella. ¿Por qué era así? Estaba seguro de que existía un porqué y quería averiguarlo, pero ella no se lo permitía. No quería que entrara a su dichoso mundo lleno de misterios y ambigüedades. Porque si algo sabía sobre Uchiha Sarada es que era una chica apática, ensimismada y terca cuando se trataba de relaciones interpersonales. Así lo percibía el rubio aún sin saber nada sobre su pasado o su presente, mas allá de lo que ya era público.

A modo de respuesta rascó su nuca indeciso y finalmente confesó:

—Está bien, nos vemos en la escuela, Sarada—dicho eso se retiró de su habitación.

La pelinegra esperó a que se fuera de la residencia para al fin arrojarse a su cama y observar la fotografía de su amiga. Una lágrima se deslizó por su rostro.

—¿Por qué...? ¿Por qué te fuiste tan temprano, Chou?

- - - -

Los interrogatorios durarían tres días más y en ese período los alumnos seguirían sin asistir a clases, por lo que Boruto tendría tiempo para poder conocer a Sarada un poquito más. Sin embargo, el hecho de encontrarse en una situación estresante, no le daba pie a preguntarse por qué lo esquivaba tanto. ¿Cuál era el verdadero motivo para rechazarlo en todos los sentidos? No lo entendía y menos ahora, que según su hermana Himawari, tendría motivos de sobra para hacerlo. ¿Cómo le daría importancia a su intento de amistad si estaba atrapada en un entramado de sospechas? Ella y toda la escuela.

—A ti solo se te ocurre intentar acercarte sabiendo cómo se siente.

—Lo sé—resopló mientras caminaban hasta la estación policial. Era su turno de responder las preguntas incómodas de la policía y aunque no tuvieran nada que ver con el asesinato, debían dar su testimonio contra su voluntad—. Con más razón quiero entenderla y acercarme. Siento que está sola, ¿entiendes?

Corazón Perdido (BoruSara)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora