Seis.

1 1 0
                                    

Son las 19:32 cuando Dylan abre la puerta de su departamento y me deja pasar.

-Llegas tarde- dice bromeando y empiezo a reír.

-Lamento mis dos minutos de demora, mis pies están demasiado cansados de anoche como para haber caminado mas rápido- deje mi chaqueta de cuero en el perchero y me deje caer en el sillón.

-Anoche fue de locos- dice Dylan sentándose a mi lado y asiento.

-Demasiado para mi gusto. Creo que estoy vieja para estas cosas- argumente seria para segundos después empezar a reír a carcajadas con Dylan.

Mi amistad con el era totalmente diferente a la que tenia con Matti, obviamente, pero la amaba por igual. Esta conectividad con Dylan era algo especial, a veces parecía que teníamos los mismo pensamientos e incluso la misma forma de pensar.

-Estas mal de la cabeza, tener veinte no esta tan mal como imaginábamos a los quince- responde el y asiento.

-En eso tienes razón- dije tomando la cerveza que me estaba ofreciendo.

-¿Que tal el trabajo?

-Me postule en una editorial. Tal vez sea mi año de suerte y me llamen de editora así dejo de escribir para periódicos o revistas artículos que se venden por miseras libras- dije dando un sorbo a la botella entre mis manos.

No me quejaba en lo absoluto, la paga era buena y podía mantenerme, pero al mismo tiempo me hacia ilusión trabajar en esa editorial que tanto espere. Es decir, escribir era mi pasión y me gastaría poder trabajar de ello en algo estable. Me gustaba leer también, así que el trabajo de editora era perfecto para mi. Realmente esperaba que me dieran una oportunidad.

-¿Por que no buscas en una editorial de aquí? Hay demasiadas en Nueva York- y ahí esta.

Dylan quiere hablar del porque me fui. Sabia que tarde o temprano esta charla surgiría, pero no pensé que tan pronto.

-Ya se de que quieres hablar- dije entrecerrando los ojos.

-Tienes que decirme, lo prometiste- me señala con el dedo y suspiro.

-Lo se, lo prometí, pero es difícil- murmure dejando la botella vacía en la mesa de centro.

-Por que?- pregunta curioso.

Aquí vamos.

-Me fui porque me enamore de alguien que jamás va a verme de esa forma. Ni si quiera en mis sueños- dije cansada de tener que aguantar con todo eso yo sola.

Por supuesto que va a tener una versión bastante omitida de lo que realmente pasó. Al fin y al cabo, no quería que nadie supiera lo estúpida que puedo ser a veces al tomar decisiones. Me tomaría dos horas de sermones de parte de Dylan y no quería eso hoy. Había tenido un bien día después de todo.

-¿Que te hace pensar eso?- pregunta confundido.

-Me lo dijo discutiendo- murmure mirando al suelo.

-Matthew- dice seguro y lo miro sorprendida.

-¿Como lo sabes?- pregunto sorprendida.

-Cuando te fuiste me hablo de que habían discutido días antes, pero no se que fue exactamente lo que te dijo- responde.

-Me dijo que era su amiga y debía atenerme a mi puesto de amiga en su vida. Supongo que eso hice- me encogí de hombros.

-Así que básicamente, te escapaste- afirma y asiento.

-Era todo muy confuso para mi. Ahora, también es confuso para mi Dylan. Matti y Ali siguen siendo Matti y Ali, y eso es lo que me gusto en un principio. Solamente vine para estar a su lado en su peor momento y ayudarlo, pero esta muchísimo mejor hace tres semanas y no consigo comprar un boleto de avión e irme de vuelta. No quiero dejarlo y se que voy a volver a caer por el para después volver a hundirme y tener que huir- literalmente, me saque diez kilos de encima.

Nosotros: Y Lo Que Nunca Seremos.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora