Cuatro.

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Un mes. Hacía un mes que estaba en Nueva York. Un mes desde que Marie falleció y que tuve que venir a estar al lado de Matt. Un mes desde que Saddy entró a mi vida y... se siente extraño.

Después de aquella noche, Saddy ha frecuentado las juntas y salidas del grupo. No es que me molestara que lo hiciera, es simplemente que su actitud conmigo es un asco y, aunque todos son conscientes de ello, nadie hace nada para cambiarlo.

Matt, por otro lado, jamás menciono algo del beso que compartimos en su casa, mucho menos nuestro momento de intimidad en el baño de su casa, pero creo que es lo mejor. Si quería ser su amiga, debía adaptarme y entender que ese era mi lugar.

Saddy tiene una relación muy afectiva con Matt y eso me ha puesto muchos celos en mi mente, pero no puedo hacer nada al respecto. Matti simplemente ignora el hecho de que ella vive recordándome de manera irónica el haberme ido.  Ha hecho de esto una competencia entre nosotras de la cuál no quiero participar. No estoy dispuesta a pelear por estas cosas, ellos son mis amigos y, si algún día una de las dos tiene que alejarse, va a ser ella y no yo.

Justo ahora estamos en la casa de Thomas. Es jueves de pizza y estamos todos reunidos en la sala comiendo lo que Emma y Amber prepararon, mientras reímos al recordar el pasado amoroso de Miles, porque créanme, si hay alguien realmente desastroso en relaciones amorosas ese es mi amigo Miles.

-Este fin de semana podríamos salir a algún lado- Dylan da por terminado el tema.

-Yo quiero- levanté la mano haciendo reír al resto.

-Yo digo que vayamos todos- opina Miles.

-Hecho- Thomas ríe.

Mi teléfono suena y todos centran su atención en mi. Saco el aparato de mi bolsillo trasero y resoplo al ver el remitente.

-Ash- dije sonriente.

-Hola, perra.

No entiendo porqué mierda le conté acerca de mi primer encuentro con Saddy porque ahora no deja de llamarme de esa manera.

-¿Algún día vas a dejar de llamarme así?- pregunté riendo y saliendo de la sala.

Decidí salir al balcón un momento y dejar que el calor de afuera me reconfortara.

-Nop ¿Qué clase de amigo sería si lo hiciera?

-Estas loco- negué apoyándome en la baranda y mirando a la calle.

-En fin, llamaba para ver cómo estabas y cómo vas con esa pequeña fiera- ruedo los ojos por acto de reflejo.

-Creo que cada día me cae peor. No deja de "competir" conmigo por la atención de todos y es realmente molesto.

-¿Sigue tratándote como mierda?

-Lo hace, solo que nadie dice nada al respecto- suspire-. Tal vez no lo hacen porque todo lo que dice es verdad.

-Tu no eres nada de la mierda que dice- suena molesto y sonrío un poco.

-No puedo decir nada tampoco porque tengo miedo de que a alguien le moleste lo que digo y terminen optando por dejarme fuera del grupo antes que a ella- confesé y el silencio le sigue a mis palabras.

Escucho la respiración de Ashton a través de la línea y sé de antemano que esta buscando las palabras correctas. Me giro cuando escucho la puerta del balcón abrirse y le sonrío a Dylan cálidamente.

-Si ellos hacen algo como eso serían unos idiotas, porque eres una persona  con mucho corazón y muy buena para que te saquen por alguien tan cínica y desagradable como ella- su respuesta me hace sentir mejor.

Nosotros: Y Lo Que Nunca Seremos.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora