O9 ✧ Hasta luego, Felix

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Un día fuimos a visitarte, sabía bien que no querías que JiSung te viera en ese estado

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Un día fuimos a visitarte, sabía bien que no querías que JiSung te viera en ese estado. Lo siento nuevamente, sus encantos pueden conmigo.

Él te abrazó y te acarició el rostro con delicadeza, tu correspondiste gustoso, mientras que yo sólo apartaba mí mirada. Era el amor de tu vida, no podía reclamarlo como mío.

Ustedes hablaron por un largo rato, yo los miraba y sonreía, me gustaba verlos juntos. JiSung lloró, tú también lo hiciste, yo no lo hice.

Nuevamente se abrazaron y decidí que era mejor dejarlos solos. Me levanté y salí sin que ustedes se den cuenta. Estaban tan metidos en su conversación que un “Oh cierto, MinHo está acá” no sé les metió por la cabeza; pero está bien, yo sólo sería tu reemplazo.

Te envidiaba. Hasta ahora lo hago. Eras guapo, carismático, amable, buena onda, tienes un padre fantástico y a un chico que se jodidamente perfecto. Quisiera estar en tus zapatos. Suena mal, lo sé, pero es lo que siento, Felix. Siempre te he envidiado.

Me puse a pensar en las cosas que hacíamos de chicos. El como jugábamos con tierra, el como cantábamos a todo pulmón, el como nos despertábamos temprano para actuar como gallos mañaneros, mí mente recreó escenas que yo pensé que había olvidado completamente.

Ví una familia salir de un cuarto... Todos lloraban, todos se arrodillaban, todos comenzaban a gritarle a la vida del porqué tan injusta era. Me ví en ellos. Yo viviría lo mismo, yo estaría en la misma situación, yo también le culparía a la vida por ser tan cruel.

No estaba preparado. Pero tú sí. Tú estabas mentalizado para ese día.

No quiero, simplemente no lo quiero.

Uno de los niños que estaba ahí se acercó a mí, se sentó a mí lado y movió sus piernas a un ritmo despacio. Pensé que los niños no podían entrar a los hospitales, aunque yo tampoco cumplo la mayoría de edad.

—Hola, señor— sonreí y le devolví el saludo—. ¿Sabe? Mí mamá se acaba de ir.

Me quedé congelado con las palabras del infante, su expresión no era de tristeza, se veía relajado y no lloraba como los demás.

—¿Po-Por qué no estás triste? Tu madre se fue.

—Mamá me dijo que estará conmigo, que no importaba lo que pasara, su alma siempre vivirá dentro de mí. ¡Y le creo! Mamá nunca me ha mentido.

Lo miré y sentí cómo un nudo en mí garganta se formaba.

—Además... Mí mami me dijo que todo lo que quería lo ha hecho, desde casarse con el hombre de su vida hasta tener al hijo mayor guapo del mundo...

El pequeño niño se levantó del asiento y fue corriendo hasta su padre, quien lo abrazó y se arrodilló con el niño en brazos. El niño sólo le acariciaba su cabeza y le decía cosas muy lindas. ¿Qué clase de niño era?

hyung, un favor ✧ minsungDonde viven las historias. Descúbrelo ahora