Capítulo tres.

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Lunes por la mañana. El departamento se había convertido en un verdadero caos, Bokuto tenía más de una hora que se había metido a bañar, Kuroo no lograba acomodar su cabello; Atsumu estaba a punto de incendiar la casa cuando dejo abierto el gas por accidente y Oikawa no podía ni levantarse de la cama, estaba deprimido porque desde el sábado no sabía de su mejor amigo.    


Kuroo salió de su habitación para tocar la puerta de la habitación del castaño: — Si no abres la puerta te la voy a tirar, Tooru — grito el mayor, golpeando la madera con fuerza —. No puedes faltar a tu primer día, darás malas impresiones y acuérdate que habíamos quedado en pasar al club de voleibol por la tarde.

— ¡Te odio! — se escuchó el grito de Tooru, el de cabello desordenado movió la perilla de la puerta dándose cuenta que se encontraba abierta, se encontró con el ex-capitán del Aoba Johsai en su pijama de galaxia, mientras checaba su celular, se acercó rápidamente a él quitándole el aparato electrónico de sus manos dándose cuenta que le gritaba a las historias de su mejor amigo —. Subió una estúpida historia de un café, ¿tiene tiempo de tomarle fotos a ese patético café barato pero no para mandarme mensajes o llamarme?, yo no hice nada malo, él tiene que pedirme disculpas y buscarme, no al revés.

— Metete a bañar — ordeno Tetsuro, señalando el baño que había dentro de la habitación de Tooru; era la única habitación del departamento que contaba con baño —, te quiero listo en treinta minutos y si cuando regrese no estas bañado y cambiado te echare agua con la manguera — dijo con molestia antes de salir de la pieza —. ¡Bokuto si no sales en cinco minutos del baño te apagare el agua caliente! — exclamo con frustración, volvió a caminar a la cocina donde uno de los gemelos Miya se encontraba cocinando —. ¿Por qué son tan irresponsables?, tienen dieciocho años y yo no soy su madre para levantarlos y arreglarlos para ir al cole — se quejó mientras tomaba un waffle que Atsumu había preparado.

— Esos no te los comas-

Kuroo escupió la masa con una mueca de asco.

— Al principio confundí el azúcar con la sal — dijo entre risas —, los buenos son aquellos — señalo otro plato.

Apenas llevaban cuatro días viviendo bajo el mismo techo y todo era un desastre.

— ¿Cómo me veo? — la voz de Kotaro se hizo presente en el salón, por fin había salido del cuarto de baño. Su cabello estaba mojado y despeinado, mientras vestía una sudadera gris que según él hacia juego con el color de su cabello, llevaba unos jeans rotos . Desde la barra de la cocina Kuroo y Atsumu podían detectar que se había vaciado toda la botella de colonia.

— ¿Quieres impresionar al chico escritor? — cuestiono Atsumu, incapaz de recordar el nombre del pelinegro que habían conocido hace algunos días.

— Su nombre es Akaashi — se quejó el de cabello grisáceo —. Pero no quiero impresionarlo... ¿creen que le guste esta hoodie? — añadió, mirando su atuendo.

Kuroo soltó una risa: — Luces bien pero a la próxima no te eches tanta loción — aconsejo el mayor.

— Dejando de lado eso — se metió Atsumu a la conversación —. Ya está listo el desayuno — anuncio con una sonrisa en el rostro.

— ¡Tsum-Tsum nos hizo el desayuno! — exclamo con emoción Bokuto, sentándose en el banco que se encontraba a un lado de Kuroo.

El trio de los chicos comenzó a desayunar con tranquilidad, mientras conversaban de temas al azar, teniendo un desayuno agradable entre todos. En cuanto el pelinegro término se levantó para adentrarse a la cocina; comenzó a sacar algunos ingredientes del refrigerador.

Compañeros por errorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora