Capítulo cinco.

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El castaño tenía el ceño fruncido. Durante toda la práctica se había mantenido pensando en su mejor amigo de la infancia, no podía concentrarse y en varias ocasiones no pudo medir la fuerza de sus saques haciendo que el punto fuera anulado, aun cuando era solo un juego de practica no podía evitar sentirse frustrado por perder. Lo único bueno en el juego fue que uno de sus saques fue a dar en la cabeza de Atsumu, haciéndolo reír un poco.

Su celular comenzó a vibrar bajo su mano, haciendo que la música parara de repente, desbloqueo la pantalla del aparato electrónico para poder ver el remitente, se sorprendió ver la foto de Iwaizumi en toda la pantalla de su móvil.

Vaya, quizá Ikki Kenji estaba ocupado, pensó Tooru. No se encontraba otra explicación de porqué su ex compañero de equipo le marcara, ya que últimamente se la pasaba llamando al ojiazul, quizá aquel rubio estaba ocupado y él era su segunda opción.   
     
— ¿Necesitas algo? — dijo en cuanto respondió la llamada, su tono de voz había sonado tan borde que incluso Iwaizumi se sorprendió.

Llamaba para disculparme — respondió Hajime, al no tener respuesta prosiguió —. Me porte muy grosero contigo la última vez, no fue correcto, tenía mis problemas y no tenía que desquitarme contigo, sé que ya es un poco tarde para las disculpas pero había estado demasiado ocupado-

Oikawa soltó una risa al escuchar lo último, haciendo que el ojiverde frunciera el ceño desde la otra línea: — Ocupado — repitió con burla.

¿Qué es tan gracioso? — cuestiono Iwaizumi.

— Entre al equipo de voleibol — cambio el tema de conversación, haciendo sentir desorientado a su mejor amigo; la conversación que estaban teniendo no era como la había planeado —. ¿Te sientes orgulloso?

Iwaizumi suspiro: — Claro que lo estoy, fuiste el mejor capitán y serás el mejor setter en tu nuevo equipo, ya te he dicho miles de veces que no te agobies tanto. Eres el mejor y no solo por ser talentoso, porque lo eres, pero también me he dado cuenta de todo lo que te esfuerzas para lograr lo que te propones y estoy tan orgulloso de eso.

— Tengo que irme — el de mirada avellana colgó la llamada antes de obtener una respuesta de su amigo. En serio quería creer las palabras de Iwaizumi, pero simplemente no podía, no después de todo lo que le había confesado Kenji —. Eres un mentiroso — susurro antes de guardar su celular en su bolsillo para seguir caminando.

¡Toto! — un grito se escuchó por los pasillos —. Hazme caso, güey —. El de cabello azabache tomo el hombro del castaño, obligándolo a parar. Oikawa reconoció al chico, lo había visto durante el entrenamiento. Era un poco más bajo que él, le llegaba unos centímetros más arriba del hombro.

— ¿Toto? — cuestiono Tooru, arqueando una ceja.

El chico asintió: — Es un apodo, mi nombre es Sebastián pero puedes decirme Sebas, soy el líbero del equipo.

Oikawa asintió: — ¿También el güey era un apodo?

— Exacto, solo que el Toto es un apodo para ti, en cambio el güey es para todos — explico Sebastián.

— ¿Y qué significa?

— Es para usarlo con tus amigos, un apodo de cariño — dijo con una sonrisa —. Por cierto, ¿el vice capitán te menciono lo de la fiesta de esta noche? — cuestiono, al ver que el castaño asintió el azabache siguió hablando —, genial, entonces nos vemos en la fiesta — se despidió.

Oikawa sonrió, el líbero de su nuevo equipo era un tanto energético.

— 🏐

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