▪︎ Quizá me llames ▪︎

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Alguien que convierta el enojo en alegría.

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El dulce aroma de harina, azúcar y vainilla despertaron a Sakura después de una larga jornada de sueño. Se estiró y disfrutó la sensación que se tiene cuando acabas de tener el mejor descanso del mundo.

Se volteo en la cama y notó la ausencia del azabache, talló sus ojos y se levantò colocando sus pantuflas. Antes de salir de su alcoba se miró frente al espejo: su cabello estaba enrollado, sus ojos hinchados y tenía una apenas visible marca de saliva en la comisura de sus labios, y aún apesar de su aspecto se sentía sensacional.

Mientras bajaba las escaleras escuchaba a la radio tocando "Somebody to Love" de Justin Bieber, y junto a esta la voz de Sasuke; su tono era cálido y suave a la vez, podía notarse que disfrutaba la canción, que sentía cada palabra de ella. Siguió el sonido y le llevó a la cocina, donde se asomó y vio al Uchiha de espaldas, moviendo  su cuerpo al ritmo de la música mientras preparaba lo que parecía y olía a hot cakes. La chica sonrió por instinto y se cruzó de brazos.

—¿Quién te dijo que podías hacer el desayuno?

Él se sobresaltó sintiendo un frío recorrer su espalda; se giró y sonrió a la pelirrosa que se burlaba de él.

—Oye, la próxima vez avisa que estás presente. Pudiste haberme matado.

—¿Qué chiste tendría eso? De haberlo hecho no hubiera disfrutado tu reacción. —respondió aún riendo— Aunque definitivamente tu muerte habría sido dolorosa.

—Yo creo que esa era tu intención. ¿Matar al esposo de la chica que pasó la noche con tu hombre? Buen plan. —comentó siguiendo el juego mientras volteaba a checar la estufa.

Eso le quitó la sonrisa a Haruno, caso contrario a Sasuke: —Preferiría dejarte viudo a ti. —murmuró— Tú no hiciste nada malo, a eso me refiero.

—¿Dijiste algo? No pude oírte por intentar hacer los hot cakes perfectos.

—No, no. Pensé en voz alta. ¿Te gustan los Hot Cakes? —preguntó acercàndose a la estufa, a pocos centímetro del chico. El aroma envolvió a sus sentidos.

—Me gustan, lo que resulta un milagro porque no soy fan del dulce. ¿A ti no te gustan?

—No. —respondió seria, haciendo que los ojos de Sasuke casi se salieran de su lugar. Sakura estalló en carcajadas— ¡Bromeo! Claro que me gustan, los amo.

El Uchiha se sintió aliviado, pero para cobrar la broma echó un poco de harina al pálido rostro.

—Eso es por casi herir mis sentimientos. —comentó victorioso.

—Acabas de declarar la guerra. —advirtió tomando entre sus manos la harina y atacando de vuelta.

Una nube de harina se formó entre ellos, siendo parte de la inmensa diversión que no habían sentido en bastante tiempo. Ambos lanzaban  puños de harina sin siquiera ver si su tino era acertado o no, solo reían a todo pulmón.

El timbre sonó parando su diversión. La chica comenzó a intentar limpiarse cln un trapo para atender.

—Tranquila, yo abro. —habló el azabache sin miedo a que lo vieran de blanco.

Sakura asintió volviendo a limpiarse con más calma. Sasuke caminó con una sonrisa embobada, ideaba cómo regresar y atacar de nuevo con balas dd harina a la pelirrosa: sujetó la manija de la puerta y la giró.

—¡Karin! ¿Qué haces aqui? —cuestionó sorprendido y decepcionado.

—Hoy se acaba el intercambio, Sasuki. —respondió sarcástica, sabiendo que su marido odia ese apodo.

Quédate 》SasusakuDonde viven las historias. Descúbrelo ahora