▪︎ Placer Culposo ▪︎

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Alguien que siempre te haga feliz.

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—La, la, la... —Sakura tarareaba alegre la canción de Pharel Williams "Happy" desde la cocina la cual limpiaba.

Los últimos días habían sido de los más dichosos de toda su vida: por las mañanas preparaba la ropa y desayuno de Sasori, aseaba un poco la casa hasta que recibía la señal de que su vecino le daba -haciendo que Candy ladrara, avisando que Karin ya había dejado la casa y la pelirrosa lo alcanzaba para pasar todo el medio día y casi toda la tarde juntos, compartiendo desde besos y caricias, hasta pláticas interminables de cualquier tema que fuera fluyendo.

Pero ahora tanto Sasori como Karin estaban tardando en partir.

—¿Por qué cantas? —preguntó el pelirrojo mientras entraba a la cocina y tomaba una pera— Hace tiempo que no te escuchaba ni siquiera silbar.

Era cierto, hace tiempo que no se sentía tan viva. Tan dichosa. Tan... querida.

—Oh, nada en particular. Es un hermoso día.

Siguió cantando. El chico se asomó por la ventana: el cielo estaba gris, a punto de dejar caer una enorme tormenta, y el viento soplaba como sí su labor fuera destruir las casas.

—Sí tú lo dices. —susurró y se acercó a su esposa.

Se colocó a su lado y estuvo lavando la pera, dejando a la vista el perfil que ella siempre consideró bello. Su cuello era rodeado por una bufanda de lana, claramente era de su propiedad.

—¿Por qué usas mi bufanda? —preguntó sin ánimos de molestar.

—Oh, pues me dio bastante frío. Creí que no te importaría.

—Para nada, es sólo que siempre has odiado las bufandas, y más las de lana. —se acercó y en un rápido movimiento despojó la prenda en un inocente juego.

—¡SAKURA!

El mayor intentó cubrir lo que parecía un moretón justo debajo del lóbulo de su oreja derecha. Su punto más débil.

El semblante de la chica se emsombreció: —¿Qué te pasó?

—Nada. Es un golpe pequeño y ya.

—¿Cómo te lo hiciste?

—Deidara lo hizo, reventó una cuerda de su bajo y me golpeó en el cuello. —justificó. Secó su fruta con una toallita y besó la mejilla de Sakura— Te veo en la noche.

Y salió corriendo con la bufanda en mano. En cuanto cerró la puerta la señal fue emitida desde la casa los Uchiha. Justo a tiempo.

Dejó el pequeño delantal que usaba sobre el desayunador y tomó sus cosas para pasar el día con Sasuke y Candy; sin embargo su mente no dejaba de pensar en el golpe de su esposo. No era tonta, claramente era un chupetón muy bien colocado.

—Hola. —dijeron al unísono y besaron sus labios fugazmente en cuanto la pelirrosa traspasó el portón.

Algunas de las cosas de cocina y películas las dejaron sobre una mesa y se dirigieron a su lugar, que era el sofá ubicado en la sala de música, donde sólo Sasuke entraba cuando quería escapar del mundo un rato. Era su santuario, exclusivamente de él, pero ahora tenía a alguien con quien podía compartir su pasión por la música.

Cada uno estaba en un extremo del sofá, con sus piernas entrelazadas en el medio; se miraban sonrientes y curiosos. Llevaban mucho tiempo hablando que sentían como si se conocían de siempre.

—¿Pasa algo? —preguntó el azabache.

—Creo que Sasori está con alguien más. —dijo totalmente tranquilo y sin rodeos.

—¿Estás seguro de ello? —la ojiverde asintió— No te veo afligida.

—Es que, es como sí ya todo fuese justo, ¿sabes? Es decir, yo lo estoy engañando, supongo que es normal que él lo haga también.

—Sakura, sabes que podemos detenernos en cuanto quieras. No estás obligada a nada.

—Ese es el problema Sasuke, no quiero detenerme. Tal vez hace un par de días hubiese sido aún capaz, pero ahora... simplemente no puedo vivir sin ti. Eres el placer culposo más delicioso del mundo y no planeo dejarte.

Aquel comentario lo hizo reír y sentirae ligeramente apenado.

La chica jugaba con los largos dedos del Uchiha, quien sólo la miraba anonadado y sonriente. El sentimiento que había desarrollado por ella ha crecido tanto que podría animarse a decir la palabra más fuerte en una relación, pero no, tal vez aún no sea el momento correcto.

—¿Y qué harás entonces? —siguió con la plática.

—No lo sé. Creo que debemos disimular un poco más. Sasori no es idiota y le parecerá raro que en dos semanas sólo te hable a ti. —hizo una pausa— No sé qué pasaría con él sí se llegara a enterar, no merece lo que le estoy haciendo. Al menos no enterarse tan de golpe.

Hubo otra pausa, Sasuke difería de eso, tanto Karin como el pelirrojo merecían esto, por ellos están ahí: sí no los trataran como gatos todo sería diferente. Sus matrimonios no tendrían problemas.

—¿Sabes qué? Tienes razón, debemos conseguir nuevos amigos. No puedo permitir que llenes esa cabecita de tantas...

—¿Mierda? —completó Sakura como niña regañada.

—Iba a decir tonterías, pero mierda puede ser mejor utilizado.

Se inclinó sobre ella y besó sus labios.

—¿Qué haremos? —preguntó aún saboreando el beso del azabache.

—No pensaba decirte, pero Neji hace una reunión semanal en su casa con los amigos cercanos. —ella encarnó una ceja cuestionando— ¿Qué? Yo llevo viviendo aquí más tiempo, es obvio que tengo amigos.

Haruno rio: —No creo conveniente ir, no los conozco.

—Oh, no seas asi. ¡Claro que puedes ir! Sólo deja le aviso a Neji y nos vamos.

Y efectivamente, el Hyuga no se opuso a recibir a la chica que tan buena química tenía con su novia.

En cuanto dio ma hora adecuada y estuvieron frente a la casa del castaño, tocaron el timbre de una casa color azul pastel y decorados blancos marfil. Estaba a unas cuantas calles de la suya. Fue abierta por la morena.

—¡Chicos, qué sorpresa! —abrió totalmente la puerta dejándolos entrar— Pónganse cómodos, Neji está dentro.

En la sala ya habían más personas: una chica con largo cabello rubio, un chico de cabello platinado, una chica alta de coletas y flequillo con lindo cuerpo, otro chico con su cabello recogido con apariencia ruda igual de atractivo que la chica a su lado, un chico rubio con mucha energía aparente y finalmente el anfitrión.

—¿Somos todos? —le preguntó Sasuke a Tenten.

—¡Sólo los esperábamos a ustedes! —gritó desde su lugar, donde tomaba del centro de mesa algunos bocadillos.

—Ven... —susurró el Uchiha al oído de Sakura, tomándola de la cintura para llevarla frente a sus amigos— Chicos, ella se llama Sakura U... —carraspeó ante su error esperando que nadie lo notara— Haruno. Es nueva en el vecindario de mi calle.

Quédate 》SasusakuDonde viven las historias. Descúbrelo ahora