▪︎ Confesiones ▪︎

723 77 22
                                    

Alguien que confiese sin temor por ti.

▪︎

En pleno abrazo, Karin y Sasori se hicieron presentes, logrando que sus respectivas parejas no supieran ni dónde esconderse o pensar en una excusa siquiera.

—Creo que tenemos que hablar, Sasuke.

—Todos necesitamos hablar. —complementó el pelirrojo con la mirada clavada en su esposa— Vamos, Saku.

Ambas parejas habían entrado a sus casas; no hubo tiempo de despedidas o acuerdos. Habían sido atrapados en plena infidelidad y debían enfrentarlo.

Karin estaba molesta y Sasuke lo sabía por cómo la vena en su frente saltaba discretamente y sus labios se fruncían.

—Karin, primero hay que calmarnos y luego...

—¡Maldición, cállate! —le apuntó con el dedo— ¡Te vas a callar y me vas a explicar lo que está pasando, maldita sea!

Ambos callaron. La chica suspiró y él le imitó. Estaban muy tensos y sobrexaltados, no pensaban ni hablaban con claridad.

—¿Por qué hiciste esto?

—¿Estar con Sakura? —ella asintió— Si quieres saberlo deberías responderme lo mismo.

—¿De qué hablas?

Sasuke le brindó una mirada cínica: —¿Me crees tan tonto como para no saber que tú y Sasori han estado viéndose?

El rostro de la mujer denotaba asombro , ¿tan descuidada había sido?

—Lo siento, ¿si? Perdón, no quise hablarte así... es solo que, me está matando esto, Sasuke.

La pelirroja se sentó en el sillón y recargó su cabeza sobre sus manos. El azabache se hincó frente a ella.

—Ambos sabemos que estamos haciendo exactamente lo mismo, Kar. —dijo tranquilo— Los dos sabemos que nuestro matrimonio era solo un negocio familiar, nada más.

Sin importar lo que el chico dijo Karin soltó algunas lágrimas, a lo que él solo se dedicó a acariciar su hombro y hacerle saber que estaba ahí y que compartía el sentimiento que había de trasfondo.

—Lo siento... yo sé que este matrimonio fue arreglado pero, eres mi mejor amigo Sasuke, y tengo miedo de que por esto nuestra amistad de años termine. —comentó una vez que se tranquilizó y pudo hablar sin interrupciones.

—Hey, no pienses eso. —el Uchiha se sentó a su lado y la abrazó por detrás de sus hombros— Nuestra amistad no va a terminar, Kar. Nunca permitiría que eso pasara.

El abrazo se consolidó por ambas partes.

—De todas formas perdóname, debí decirte lo que tenía con Sasori. —talló sus ojos y sonrió débilmente.

—Y yo lo que tengo con Sakura. —complementó. Ambos soltaron una risa— Y bueno, ¿lo tuyo con ese es formal? —alzó una ceja con complicidad a su amiga.

—No estoy segura. Es decir, el sexo es increíble, ¿sabes? Pero hay algo que aún me detiene.

—¿El qué?

—No sabría decírtelo. Por ejemplo, cuando descubrimos que ustedes dos tenían una aventura él reaccionó muy bien, ni siquiera mostró enojo o tristeza; me pareció raro considerando el cómo es su relación. ¿No crees?

El Uchiha meditó en ello, Karin tenía un punto y uno muy bueno. Según Sakura, ellos se conocieron y enamoraron como si estuvieran en una película romántica de los años 90's, ambos se querían con la misma intensidad. El que Sasori no tuviera una reacción negativa ante el "engaño" era intrigante.

Mientras tabto en la casa de los Akasuna la tensión era inquietante y perturbante.

—Así que tenías una relación con Sasuke, ¿no? —habló primero el pelirrojo mientras caminaba hasta la chica, quien yacía sentada en el sillón individual de la sala— Te portaste muy mal, querida.

—Y tú con Karin. —replicó con naturaleza y calma— Creo que ambos nos hemos portado muy mal, querido. —le imitó.

Sasori soltó una risa mientras negaba con la cabeza y seguía acercándose.

—Tú no me estás entendiendo, Saku. —llegó a su lado y tomó su mandíbula apretándola entre su dedo índice y pulgar— Tú no puedes engañarme.

Indignada lo apartó para librarse del agarre.

—¿Qué te sucede? ¿En qué año vives? ¿1800? —bufó sorprendida— Entonces solo tú tienes derecho y perdón por engañarme, pero yo no, ¿cierto?

—Exactamente. Ya comienzas a entender. —la ojijade negó.

La fuerza surgió desde el fondo de su corazón y entrañas. No tenía miedo de enfrentarlo.

—Estás loco si piensas que aceptaré eso. Tenemos un matrimonio, aquí los dos fuimos infieles y los dos sabemos que es porque ya no hay amor, Sasori. ¡Qué más da! Terminemos con esto y continuemos con nuestras vidas junto a las personas que de verdad apreciamos.

—¿Cómo te lo explico? —apretó su propia mandíbula y movía rítmicamente su pierna— Me hiciste quedar como un idiota frente a Karin. Cuando ella me dijo que ustedes dos tenían una aventura yo de inmediato lo negué porque creí que serías incapaz de hacerme algo así; pero luego los vemos salir corriendo cuando ella le llama al idiota de su esposo.

Haruno tragó en seco. No le estaba gustando cómo se ponía la situación, se sentía como en un déja vu, en un viaje en el tiempo. Se puso de pie y le sonrió con la mayor amabilidad que pudo.

—Escucha Sasori, ambos tropezamos, ¿si? Pero después de todo fue para bien. Creo que con esto ambos nos dimos cuenta que no estábamos diseñados para estar juntos.

Él la imitó y se puso de pie, esbozó una simpática pero hueca sonrisa y sin previo aviso le plantó una bofetada en la mejilla derecha, dejando marcada su mano sobre su recién rojiza piel.

—¡Nada de eso, Sakura! —la tomó por el cabello y la acercó a su rostro— Creo que ya olvidaste cómo debes portarte, ¿verdad?

Fue en ese momento cuando los recuerdos volvieron a ella. Fue justo la primer noche en la que conoció a Sasuke, hace un par de años atrás. Apenas el azabache abandonó la barra donde intercambiaron palabras y un abrazo fue que Sasori la mandó a llamar con el baterista de su banda. Fueron a camerinos y el pelirrojo inició todo un drama recriminando el haber abrazado a un extraño frente a él sin vergüenza alguna. Sakura intentó tranquilizarlo explicándole que solo fue un desconocido por el que sintió empatía. Que no era nada; sin embargo eso solo logró enfurecer más al Akasuna quien terminó por golpearla en el estómago hasta que logró que se desvaneciera. Y no fue la primera ni última vez que lo hacía.

—Sasori... —sollozó Haruno con un nudo en la garganta— Prometiste que nunca más me tocarías de esa manera.

Su esposo soltó una risotada.

—Y tú prometiste que nunca más me engañarías. ¿Recuerdas cuándo fue eso? Si, cuando le coqueteaste a aquel cajero en el banco, estúpida. —escupió en su cara.

Era mentira, Sakura solo estaba siendo amable porque era su primer día en el banco y estaba muy nervioso. Claro, también fue castigada por ello.

—Sasori... no puedo seguir así. —lloró la pelirrosa cubriéndose su mejilla. La sentía arder.

—Claro, amor. No podemos seguir así. —acarició su cabello cual perro— Es por eso que desde ahora no volverás a ver a Sasuke, ¿cierto?

La amenazante mirada de su esposo penetró hasta lo más profundo del alma de Sakura. Muchos recuerdos salieron a flote nuevamente dentro de ella. El miedo la carcomía.

—Cierto.

Quédate 》SasusakuDonde viven las historias. Descúbrelo ahora