▪︎ Los rumores dicen que... ▪︎

742 87 35
                                    

Alguien que siempre hable de ti.

▪︎

—¿En serio lo crees? —preguntó Sasori con ceño fruncido.

—¿Acaso tú no lo ves? Es muy obvio.

Karin estaba seria. Esa noche se suponía que verían una película y después se divertirían un poco, sin embargo el humor de la pelirroja se vio afectado desde la mañana tras ver el comportamiento de Sasuke, pero más aún después de que unas vecinas le dijeran que habían visto a la chica Haruno dirigirse a su casa cuando ella no estaba.

Los rumores son algo que siempre habían afligido y preocupado a la Uzumaki. No podía con ellos, los odiaba.

—Son solo chismes, rumores de viejas chismosas que no tienen nada mejor que hacer. —justificó el chico mirando a otro lado.

—Pero por algo existen, tal vez no son cien por ciento ciertos, pero tienen una razón de ser.

—Sakura se ha portado normal conmigo. Digo, sí me ha hablado de tu esposo un par de veces, pero nuestro matrimonio no se ha visto afectado. Es como su mejor amigo.

—Claro, su mejor amigo con quien se acuesta cuando nos vamos. —dijo con el sarcasmo hasta los cielos— Siento que nos están viendo las caras.

El chico apagó la televisión y se acercó más a ella.

—¿Y son los únicos? —preguntó encarnando una ceja y esbozando una sonrisa— No es como que nosotros estemos haciendo algo diferente. Aunque insisto, no creo que sea algo como lo que tú piensas, Sakura no es así. No me haría nada como eso.

En una parte tenía razón, pero la simple idea de los dos juntos en su casa, en su piscina o en su cama le provocaba una ira enorme, y no precisamente porque se trate de su esposo, sino de lo que gente sepa y distorsione.

—Mira, solo déjame comprobarlo, ¿si? Te juro que tengo este presentimiento y a mi nunca me ha fallado. —comentó con confianza— El sexto sentido femenino es impecable.

—Bien, ¿cómo quieres comprobarlo?

—Ellos creen que estamos trabajando, así que iremos a las casas y permaneceremos en el auto; le llamaré a Sasuke y le diré que estoy por llegar. —explicó con ayuda de sus manos— Si al colgar alguno de los dos sale de nuestras casa, es decir, si Sakura sale de mi casa o Sasuke sale de la tuya, sabremos que mi presentimiento no mentía y que los rumores son ciertos.

Era un buen plan, Sasori se sentía tranquilo, sabía que Sakura tenía claro jamás faltarle al respeto y que además no sería capaz después de todo lo que han pasado. En cualquiera que sea el resultado de aquel experimento él no se vería afectado, a diferencia de la Uzumaki.

—Bueno, pues andando.

Salieron del cuarto de hotel que habían rentado; pagaron, tomaron sus cosas y sin llamar la atención fueron hasta el auto de la chica, pues Sasori había dejado el suyo estacionado en la casa de un amigo que vivía cerca del estudio de grabación para evitar sospechas.

El camino hasta sus hogares fue prácticamente rápido. No hubo tráfico, tomaron atajos y charlaron un poco. Al llegar aparcaron a unas casas de distancia de las propias.

—¿Listo? —preguntó ansiosa— No estés nervioso. —dijo ella claramente nerviosa y con las manos apretando el volante.

—No, no. No te preocupes por mi. —dijo reteniendo las risas y burlas.

La Uzumaki asintió y suspiró a la par que sacaba su móvil, marcaba el número de su esposo y colocaba el aparato entre su oreja y su hombro. La mirada de ambos estaba clavada en sus respectivas casas.

Un sonido.

Dos sonidos.

Tres sonidos.

Respuesta.

—¿Sasuke?

Del otro lado de la línea se escuchaban susurros y el movimiento de cosas, luego unos pasos corriendo y por fin la voz de su esposo.

—¿Qué pasa, Karin?

—¿Estás ocupado?

No, no. Para nada. —rio un poco— ¿Por qué? ¿Ya vienes a casa?

La pelirroja miró con los ojos entrecerrados a Sasori, frunció los labios y regresó su mirada a la puerta de su casa.

—Sí. Estoy a diez minutos, tal vez menos. —apretó el volante con la mano libre que tenía.

Di-diez minutos... ¡perfecto! Aquí te espero. —soltó nervioso el azabache.

—Bien. Adiós, amor. —lo último lo dijo apretando la mandíbula y colgando.

El chico le miró con curiosidad.

—Y bien, ¿algo fuera de lo normal?

—Si. Estaba entusiasmado por verme. —comentó— Él siempre trataba que me tardara en el trabajo, era lo normal.

Sin poder más Sasori soltó una risotada que después de unos segundos fue contiagiada a Karin, acción que culminó cuando, por reflejo, notaron cómo la puerta de la residencia Uchiha-Uzumaki abría sus puertas y dejaba salir a una pelirrosa ágil con sus tennis en mano al igual que su frasada. Tras ella se asomó un azabache casi con la misma facha. Ambos hablaban y reían, pero fue Sasuke quien besó a la chica en los labios antes de verla ir a su casa.

—Oh... oh.

Karin apretaba con más fuerza el mango del volante.

Los rumores resultaron ser ciertos.

—Bueno, parece que te están engañando, querida. —soltó su acompañante sin pizca de preocupación.

—¿Solo a mi? ¿Acaso no vimos lo mismo? —cuestionó exaltada.

Él simplementense encogió de hombros y exhaló: —Sakura no me puede ser infiel.

Quédate 》SasusakuDonde viven las historias. Descúbrelo ahora