Antoine:
La cede de mi familia radica en el centro de la capital parisiense. Un rascacielos igual de majestuoso que la mismísima Torre Eiffel. La elegancia es uno de los factores determinantes que debe poseer un empleado para trabajar en este lugar, no es que sea obligatorio, es que así lo requiero yo. A pesar de no ser el presidente ejecutivo de la empresa sigo siendo él que da las órdenes, y por supuesto, siempre se hace lo que yo diga.
— Bonjour, señor Dupont.
Una de las empleadas se acerca a mí con una sonrisa en el rostro. No le respondo, la ignoro dirigiéndome directamente hacia el elevador. Mi padre debe estar esperándome en la sala de conferencias. Si hay algo que odio es la impuntualidad, y ahora heme aquí, llegando tarde a mi propia reunión por andar follando a contrarreloj.
Las puertas del ascensor se abren en la penúltima planta del edificio. Saludo con un asentimiento de cabeza a algunos de los socios corporativos que se cruzan en mi camino. Somos la multinacional más grande de Francia, y una de las primeras en toda Europa. Como mismo tenemos socios, también tenemos enemigos; debido a que nuestro apellido es reconocido desde hace más de veinte años en las calles de París.
— Llegas tarde — me recrimina mi padre cuando nota mi presencia en la sala de reuniones.
— Agradece que vine.
— Obligatoriamente tenías que hacerlo, es el negocio familiar y tú también formas parte de esta empresa.
— Sabes perfectamente que la empresa no me interesa — le regalo una sonrisa cínica mientras tomo asiento frente a él — Pasemos a lo importante, ¿qué estupidez ha cometido Bastian durante mi ausencia?
Mi padre suspira antes de sacar unos documentos de un portafolio. Sus facciones no me transmiten nada bueno. Sébastien es mi hermano menor, y es la persona que lleva el control de la empresa. Claro, eso sólo pasa ante los medios, debido a que soy yo la mente maestra detrás de todos nuestros negocios. Aunque eso no elimina la posibilidad de que su nulo conocimiento en administración pueda pasarnos factura, sobretodo en el último mes que tuve que ausentarme por una presentación de mis obras de arte en Edimburgo.
Sí, a parte de llevar los negocios de la familia desde las sombras, también me dedico a vender cuadros por toda Europa.
— Échale un ojo a esto.
Cojo entre mis manos los documentos que me entrega. Me tomo el tiempo para analizarlos, ya que tienen plasmados los últimos controles realizados por las auditorías desde hace dos años. Nuestro negocio consiste en financiar pequeñas empresas en desarrollo, tanto en la rama del comercio como en la tecnología; ellas crecen en el mercado internacional, y nosotros sacamos provecho de ese crecimiento. Por lo tanto me tomo unos minutos en analizar cada cifra invertida y donada en los últimos años. Hasta que llego a la razón por la que mi padre me citó, desde hace dos años se comienza a notar un desbalance casi mínimo en los fondos de la empresa. Es imperceptible para alguien que no sepa de negocios, pero no para mí, que a pesar de todo llevo años dedicándome a esto.
— Pasa a la última página — ordena mi padre.
No le hago caso, sigo con mi revisión hasta que efectivamente llego a la última página. Si antes el desbalance era mínimo ahora ha ido en aumento desde hace unos meses. Los números rojos han comenzado un crecimiento, dejando claro que si la empresa sigue así, podríamos estar expuestos a la bancarrota.
— ¿Dónde está Bastian?
Hecho una furia me levanto de mi sitio. Mi padre me llama y como siempre termino ignorándolo mientras busco la oficina de mi supuesto hermano. Tiro la puerta provocando los murmullos de sorpresas de algunos empleados. Bastian se encuentra del otro lado de la mesa, con uno de los gerentes corporativos.
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Efímero [Re-edición]
RomanceLibro I de la saga "Amores Altamente Peligrosos" ***** Para Olivia Campbell, su llegada a Francia es la solución de todos sus problemas. Finalmente podrá conseguir el trabajo que tanto anhela, y alejarse...