Quisiera poder huir...
A un lugar distante. Poder convertirme en humo y escapar. Sí, cómo un cobarde, un ladronzuelo o un fugitivo. Correr hasta perder el aire, la noción del tiempo y llegar hasta una realidad deseada donde sea solo la paz y el silencio lo que reine. Calmar el tormento de mi cabeza.
Sería un sueño. Sabe que el mundo jamás se los cumple y debe conformarse con la vida que tiene, su entorno, su día a día. Más que vivir, estoy sobreviviendo.
Empiezo a agotarme, y cada día me consumo con lentitud. Cuando las cosas parecen mejorar y miro la tenue luz al final del túnel, la compuerta que daba la leve esperanza a un cambio se cierra en mis narices. Y no hay más que oscuridad, negrura fría e infinita; una donde la temperatura baja congela mis huesos, haciéndome sentir vacío.
Cada momento lo estoy un poco más.
Sin cariño en lo absoluto,
Hwang Hyun Jin.
Christopher no ha parado de escribirle las últimas dos semanas y Hyun Jin ha dejado de lidiar con sus llamadas rechazadas en cuánto ha bloqueado su número de teléfono desde la lista de sus contactos. Conforme a lo ocurrido en la fiesta del colegio, ha decidido que lo mejor es tomarse distancias un tiempo de su mejor amigo, por mucho que duela, por más que desee responder sus mensajes, verle y tirarse a llorar en sus brazos por ser tan idiota...
Pero ello significa continuar sufriendo. Sufriendo por él, y aunque Hyun Jin no posea ni una pizca de amor propio, quiere conservar la poca dignidad que tiene intacta a pesar de que en la ausencia de Bang su vida se esté yendo cuesta abajo al estar sin él.
El sol se asienta con mansedumbre, un par de rayos sutiles se cuelan por las persianas. Hyun Jin entrecierra los ojos al sentir su móvil vibrar, una, dos, tres, cuatro notificaciones o más de un golpe. Lo saca debajo de la almohada. Notificación de Instagram; alzando una ceja, abre la app.
@chrisreynolds te ha enviado un mensaje.
Bufa. Se siente incluso acosado, porque jamás ha mostrado tanto interés en su relación. Chris siempre se había encargado en ser distante, seco y frío, convirtiéndose en todo lo contrario en momentos cruciales o mas bien, cuando Jinnie decidía devolver el mismo trato. Puede decir, sin lugar a dudas, que saca su lado tierno cuando mejor le conviene, precisamente al saber que Hyun Jin no podrá resistirse y acabará volviendo a Bang en menos de un parpadeo. Decide de cualquier modo abrir la bandeja de entrada.
«¿Vas a seguir huyendo de mí?»
Jinnie arruga la nariz.
«Me vine a Busan otra vez, estoy de exámenes. ¿Puedes contestar mis mensajes, al menos?»
Empieza a dolerle el pecho.
«Te extraño... solo quiero que estemos bien.»
Manipulador, con los años ha aprendido como hacerle caer a su antojo. Juntando valor, Hyun Jin cerró la aplicación, frunciendo el ceño. Los ojos le pican y su vista se emborrona. «¿Por qué? ¿Por qué ahora? Tú no me quieres, tú nunca me has querido. No como yo quiero.» Piensa mirando la pantalla, como si hablase con el mismo Chan. «¿Por qué tengo que quererte a ti?»
Cuando estás enamorado, solo te enfocas en las buenas sensaciones que traen esos sentimientos...
Sabes que amas porque empieza a doler.
«Sabes que te quiero más que a nada, ¿no?»
«eres mi pequeño, Jinnie.»
«Jinnie. Hyun Jin, tío, por favor contesta...»
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𝙽𝚘𝚝𝚊𝚜 𝚍𝚎 𝚞𝚗 𝚊𝚗𝚜𝚒𝚘𝚜𝚘 | HyunIn
Roman pour Adolescents[...] "-Tú eres realmente bueno. -dice al cabo de los segundos y Hyunjin consigue percatarse de un hilo finamente roto en su voz-. De verdad, eres una de las personas más puras y buenas que conozco y pese a todo lo que te pasa... tienes ese brillo e...