CAPITULO 15

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Cuatro semanas y tres días.
No había recibido ninguna noticia de Will, ni un correo, ni un mensaje de texto, ni una llamada.
NADA.
Desperté en el sofá de mi casa confundida, sin saber que había ocurrido la noche anterior ni la noche anterior a la anterior.
-Al fin despiertas- escuché detras de mi. Intenté moverme e incorporarme pero fue imposible.
-¿Donde estoy?- pregunté mas confundida de lo que aparentaba.
-En verdad si estas dañada- me dijo esa voz que lentamente pude reconocer. Era Alice.
-Alice.
-Asi es, soy yo- rió e intentó levantarme.
Me tomó de los brazos y tiró de mí con tanta fuerza que casi cae al suelo, pero por suerte se sostuvo de lo primero que encontró.
-No me digas- dije despues de ver todas las botellas de alcohol y los cigarros regados por toda la sala.
-¿Decirte que?- se veía demasiado burlona, posiblemente por el hecho de que hice cosas inconscientemente- ¿Que estuviste tomando durante dos dias? Diana, estas hecha un desastre, solo mirate.
-Dios, ¿Como pude haber hecho esto?
-No lo se, pero estabas tan desesperada que tomaste el carro de tu mamá sin importarte nada.
-¿Y a dónde fui?
-¿A donde crees?- preguntócon ironía.
-¿Yo compre todo esto?- pregunté escandalizada.
-Cariño, no recuerdas ni un solo detalle de lo que pasó.
-¿Qué cosas hice?
-Tal vez no lo creeras pero le llamaste a Brandon y, pues bien, los detalles dejaré que él te los cuente.
-¿ME ACOSTÉ CON BRANDON COLLINS?
Brandon siempre fue mi amigo desde tercer grado pero nunca había sentido nada por él a pesar de que yo le gustara desde aquel entonces.
Sentí que se me revolvió el estomago al saber que había pasado los limites con un amigo tan cercano. No sabía qué estaba pasando conmigo ni con mi mente.
De verdad estaba perdida.
-Así es- dijo bajando el rostro para no verme directamente a los ojos- Yo te lo advertí pero estabas demasiado desesperada.
-¡Pudiste haberme detenido!
-Te he dicho que lo intenté. Diana, hice lo mejor que pude pero nada podía detenerte.
-No es posible.
-Si que lo es.
-¿Y sigue aquí?- esperé que dijera algo pero solo negó con la cabeza- ¿A donde ha ido?
-¿Crees que yo lo se? Me arrojaste un zapato en la cabeza cuando aparecí en medio del acto.
Me ruboricé por completo y comenzaron a sudarme las manos.
-¿Estaba desnuda?
-No tonta estabas con tu vestido de graduación- dijo con sarcasmo, aunque podía esperar cualquier respuesta tonta de cosas que había hecho inconscientemente.
-No se si lo que dices es verdad pero si lograste verme desnuda mas te vale borrar todos tus recuerdos e imágenes de tu sucia mente.
-No te metas con mi mente sucia. Además estaba demasiado oscuro para poder ver todo a detalle.
-Menos mal- me relajé un poco, pero aún seguía sintiendo vergüenza.
-Eres una idota.
-Lo sé, y tú tambien lo eres.
-Ambas lo somos- dijo riendo y dió unos pasos para acercarse a mí y abrazarme.
Apoyé mi cabeza sobre su hombro y me rodeó con sus brazos cubiertos por unos cuantos tatuajes.
-Diana...
-¿Qué sucede?
-Hueles muy mal, como una combinación de cigarros, alcohol, loción de hombre y...
-De acuerdo, ya entendí, no digas lo demás que quiero olvidarlo- la interrumpí.
-Te esperaré aquí después de juntar todo lo que compraste. Más vale que esté godo limpio antes de que alguien llegue.
Corrí escaleras arriba y tomé una toalla y mis cosas de baño y me dirigí a la ducha.
Abrí el grifo y comenzó a salir el agua muy caliente. Esperé unos minutos a que se regulara la temperatura y finalmente me quité la ropa; la aventé sobre el lavamanos donde estaba mi maquillaje derramado y una nota escrita en una pequeña hija color rosado con tinta negra.
"Fué divertido, Diana, espero que se repita más seguido ;)"
<<Qué intenso>>
Tomé la nota y la guardé en mi habitación en donde estaba segura que nadie podría encontrala, supuestamente.
Volví al baño y me metí al agua.
Dejé que cada gota resbalara por mi cuerpo deshaciéndose de cada recuerdo de esas dos noches que nunca más quería recordar.
JAMÁS.
Salí de la ducha y tomé la toalla para secarme y después vestirme. Sentí que tocaban la puerta, pero no estaba segura si era mi imaginación por el estado en que me encontraba en esos momentos.
De pronto siento que vuelven a tocar con más intensidad.
-Ya llegó- gritó Alice al otro la puerta.
-¿De qué hablas?
-La carta ha llegado, Will ha respondido.
-¡¿Qué?! ¿Cómo lo sabes?
-Me he asomado por el agujero de la puerta, ese pequeño que conecta el interior de la casa con...
-Lo sé, sé de que hablas- Interrumpí.
-Entonces ve.
Salí corriendo sin haber terminado de vestirme pero no le di importancia. Estuve a punto de resbalarme y rodar por las escaleras como me había sucedido cuando tenía apenas 3 años.
Me acerqué lo más que pude a la puerta pero Alice me recordó que no llevaba ropa.
-Yo iré, a menos que no te importe que te vean así.
-¿Crees que me importa?- me miró con ojos amenazadores, sin razón alguna. Creo que más bien se veía sarcásticamente ruda, o algo por el estilo. No lo comprendía.-De acuerdo, sabes que me importa.
-Pues después de lo que paso con Brandon...
Tocaron de nuevo la puerta.
-Ni me lo recuerdes.
-Te lo recordaré por siempre- dijo mientras abría la puerta y yo me escondía detrás del sofá que olía peor que el aliento de alguien por la mañana.
Despues de recoger la carta cerró la puerta y la vi a los ojos. Desde ese momento supe que algo no estaba bien, se veía totalmente confundida, decepcionada, aterrada.
Cerré los ojos por un momento deseando encontrarme con buenas noticias sobre Will, por lo menos un avance, lo que sea.
-¿Y?... ¿Vas a decirme que sucede?
-Esto no es correcto- dio la vuelta hacia la puerta deseando escapar.
-¿De qué hablas? ¿Es Will? Dime que lo es, sino entrare en pánico. Necesito una respuesta de él y tener entendido que todo estará bien.
-No es eso... no es...
-¡DIME QUE ESTÁ BIEN!- grité con todas mis fuerzas y sentía que un nudo comenzaba a formarse en mi garganta evitando sacar mis palabras.
-Diana...
-¡ALICE!
-¡Es tu padre!
Me quedé helada por un par de segundos. No tenía sentido esto.
Si mi padre hubiera querido comunicarse con nosotros simplemente hubiera llamado o hubiera enviado un mensaje de texto como lo hacía usualmente.
-¿Estás segura?- me hizo pensar por un segundo.
-Bueno, no exactamente.
-Dime qué quieres decir, por favor, no me gusta para nada tu expresión.
-La dirección es del hospital de California, fue escrita hace cuatro dias y tiene el nombre de él, o sea, tu padre.
-¿Hospital?- al escuchar esa palabra se me revolvió el estomago, no quería pensar nada acerca de hospitales.- bien, lee la carta- añadí nerviosa.
Alice tomó asiento y comenzó a leer palabra por palabra mientras yo seguía el ritmo de sus grandes ojos al visualizar el contenido de la carta.
Cuando despegó los ojos de ella miró el techo y luego hacia el suelo y justo ahí detuvo la mirada hasta que la interrumpí.
-¿Está todo en orden?- sentí que mis ojos comenzaban a llenarse de lagrimas pero no las dejé escapar.
-Tu padre... Tuvo un accidente, está terriblemente grave.
No sabía cómo sentirme.
Estaba perdiendo cada pieza de mi vida: Will estaba grave y ahora mi padre.
Todo esto me parecía una locura, algo estaba mal, o todo lo estaba, no comprendía cómo iba a vivir con esto. ¿Qué iba a hacer sin unas de las personas más preciadas de mi vida? ¿Qué haría si algo peor les pasara?
Necesitaba estar sola, pero al mismo tiempo necesitaba del mundo entero.
Dentro del sobre de la carta venia una rosa con una pequeña nota que decidí guardar en mi habitación sin antes leerla. Solamente quería un momento a solas y tener tiempo de pensar, pensar y pensar.

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⏰ Última actualización: Apr 19, 2015 ⏰

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