CAPITULO 6

83 4 0
                                    

Llegamos a su casa rápidamente, estaba localizada en una zona privada donde todas las casitas eran iguales de tamaño y forma, sólo variaba el color y la decoración que cada familia les ponía, sinceramente su casa me pareció la más atractiva de todas, tenía un color azul llamativo y una puerta de madera lisa junto a una ventana que le daba vista a la cocina, era perfecta.

Entramos y lo primero que ví fue una gran sala comedor con una mesa larga acompañada de unas 15 sillas. Por fuera lucía un poco pequeña, pero por dentro era casi una mansión.

-Ponte cómoda, traeré algo de comer- me dijo mi chico mientras iba a la cocina

-Pero si acabamos de comer- dije en voz baja

-¿Cómo dices?

-Nada, olvidalo- le dije y sonreí tiernamente

Al momento que él entró a la cocina, me dió curiosidad explorar la sala, la mesa que les mencioné antes estaba hecha de un material carísimo y las sillas ni se digan, el suelo era de marmol y las paredes estaban pintadas de colores tintos repletas de cuadros con fotografías de la familia de Will.

-Buenas noches- escuché una voz detrás de mí medio ronca y estricta

-Buenas... noches- dije en un tono nervioso tartamudeando

En eso volteé para ver quien era, se trataba de una señora como de unos 40 años de cabello obscuro que le llegaba a los hombros de estatura alta, llevaba puesta una falda negra y unas medias transparentes con unos tacones bajitos y una camisa color azul marino. Esa mujer se veía atractiva, puesto que tenía unos enormes ojos azules que parecían pupilentes, pero en cuanto a su personalidad se notaba que era desagradable.

-¡Will!- lo llamó e hizo una pequeña pausa antes de gritar mas fuerte- ¡William! Ven acá

-¿Pasa algo?- dijo desde la cocina

-¿Por qué traes visitas sin antes avisar?

-Nunca me lo prohibiste- le respondió dandole la contra

-Te hice una pregunta, respondeme

-Es mi...

-¿Amiga?- dijo antes de que él pudiera contestar

-Novia- le corrigió

-¿Desde cuándo te hemos permitido tu padre y yo tener novia?

-Mamá, por favor, no aquí- dijo haciendole señas de que se callara

Qué mujer más insoportable, llena de odio y amargura, Dios, parecía la bruja mala de los cuentos de hadas, no se parecía en nada a Will, pobre chico.

-De acuerdo, los dejaré, pero espero que se valla pronto- dijo la "bruja"

-Pasará la noche con nosotros- dijo Will después de un silencio de varios segundos

-Esta bien, en cuanto no sienta su presencia- dijo ella y se fué

-¿Verdad que no le agrado a tu madre?- le pregunté obvia

-En realidad no es mi madre

-¿A qué te refieres?

-Es mi madrastra- dijo esto bajando la cabeza- Mi madre... - suspiró- murió cuando yo cumplí apenas los 5 años

-¡Cielos! ¿Cómo murió?

-De cáncer- me explicó

-Lo siento mucho, no sabía de eso- le dije y lo abrazé con fuerza y ternura

-No te preocupes, ya pasó

-¿Y por qué te trata tan mal? No mereces ser tratado de esa manera- me preocupaba por él, no tenía la culpa de lo que pasara con esa mujer

-Pues... mira, mi padre la conoció justo después de que mamá muriera y comenzaron a andar por un corto tiempo, mi padre decidió casarse con ella para que se encargara de nosotros e hiciera los deberes del hogar, además para tener compañía, alguien que lo acompañara en cada momento de su vida. Pero esta mujer no es lo que aparentaba ser en aquellos tiempos, cuando mi padre no estaba nos regañaba y amenazaba con cosas para que la obedecieramos y cuando mi padre llegaba nos trataba muy bien como si nada hubiera pasado.

-¿Entonces tu padre no sabe de esto?

-Ahora lo sabe, pero no puede hacer nada al respecto

-¿Por qué?

-Porque tiene miedo a perderla, al igual que a mamá

-Lo entiendo, y lo siento si mis preguntas te incomodan, soy muy curiosa y me gusta saber lo que les pasa a los demás, bueno, no soy tan mitotera pero, hay no, olvida lo que digo, no tiene sentido, por favor, ¡Diana cierra la boca!- dije exaltada y Will me veía raro- Lo siento, me frustré

-Tranquilizate, calma, respira- dijo retrocediendo un poco

-Mira, cambiemos de tema que no quiero seguir diciendo más tonterías

-De acuerdo, hay que subir a mi habitación

En eso tomó mi mano derecha e hizo que lo siguiera hasta el otro piso donde supuse que ahí estarían las habitaciones, y así lo era.

Habían varias puertas, y una de esas era la del cuarto de Will. Abrió la puerta y entramos rápidamente antes de que la madrastra de Will nos llamara la antención o simplemente estuviera molestando.

-Diana, espera un segundo, me pondré mi pijama- dijo Will acercandose a su enorme armario lleno de ropa fina y muy cara

-Yo también me la pondré- dije y me puse a buscarla en mi bolsa- No la encuentro- dije después de un rato de buscarla, que vergüenza, tendría que usar una de mi chico o dormir con la ropa que llevaba puesta

-¿La olvidaste?

-Sí, estaba presionada y la olvidé

-Pues tendrás que dormir desnuda- dijo Will con una risita pícara

-¿Desnuda?- le pregunté poniendome colorada, ni loca dormiría en ropa interior y mucho menos desnuda

-Es broma, te prestaré algo

-Idiota

Estuvo buscando algo de ropa para darme pero toda su ropa se veía muy varonil para mí, y por fín me dió una playera que me quedó un poco grande y unos pantalones bastante cómodos, no podía mentir, además tenían el mismo olor que Will, bastante fresco.

-Te queda bien, hasta te pareces a mí- bromeó

-Gracias

-Denada amor- me respondió sonrojado

Estos momentos eran los que disfrutaba más al lado de William, los dos solos, y aunque no llevaramos mucho tiempo de conocernos sentía que ya tenía años de novia con él.

Cada momento lo vivía como si fuera el último y que muy pronto se fuera a acabar todo, sin importar lo que pasara estaba dispuesta a estar a su lado, por siempre.

Por siempre en mi corazónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora